jueves, 22 de octubre de 2009

AL FIN UN NUEVO CAPITULO!!!

Capitulo #15
Los Cullen
PRIMERA PARTE!!!


La luz de otro día nublado me despertó estaba algo confundido, el recuerdo de el mejor sueño que había tenido en mi vida se estaba abriendo paso en mi mente, entonces de repente lo sucedido el día anterior vino a mi cabeza.
-¡Oh!
Me senté en la cama muy rápido porque la cabeza me dio vueltas un poco.
-aunque tu pelo se esponje se sigue viendo lindo, me gusta.
Esa voz tan dulce procedía desde la mecedora de la esquina.
-¡Bella te has quedado!- rápidamente salí corriendo hacia ella y con mucho cuidado la cargue y le di una vuelta en la habitación como si fuera una niña pequeña, Bella no era una pluma y yo tampoco un levantador de pesas fue por eso que le di solo una vuelta y lo volví a dejar en el piso después me vino a la mente lo que había hecho ¡demonios! Pensé. Pose mi mirada en ella para ver su rostro furioso por mi desenfrenado entusiasmo pero mi sorpresa fue que se estaba riendo.
-Claro que si- dio aun riendo y complacida por mi reacción, se recargo en mi pecho y yo puse mi cabeza sobre su pelo que olía hermoso.
-estaba seguro de que habías sido un sueño- le dije separándome un poco de ella.
-¿un sueño? Más bien sería pesadilla ¿no?- y rió un poco. Deje pasar ese comentario porque había otra cosa más que me preocupaba. Lo pensé durante unos segundos y al final me di cuenta de que era.
-¡CHARLIE!- casi grite lo que hizo que ella se separa de mí, ella comenzó a reír de nuevo por mi reacción.
-se fue hace una hora... después de conectar los cables de tu auto debo añadir que eso es lo único que se le ocurre a tu padre para mantenerte aquí… que decepción-
Me puse a meditar un rato quería regresar a abrazarla de nuevo pero temía tener mal aliento. Después de todo seguía siendo un Humano.
-no sueles estar tan confundido cuando despiertas- advirtió.
-bueno necesito un minuto humano- admití.
-está bien… esperare, pero no tardes- dijo con una sonrisa picara.
Me precipité hacia el baño sin reconocer mis emociones. No me conocía a mí mismo, ni por dentro ni por fuera. El rostro del espejo, con los ojos demasiado brillantes y unas manchas rojizas de fiebre en los pómulos, era prácticamente el de un desconocido. Después de cepillarme los dientes, me esforcé por tratar de domesticar un poco a mí revuelto cabello, obviamente no pude. Caso perdido, pensé Me eché agua fría sobre el rostro e intenté respirar con normalidad sin éxito evidente. Regresé a mi cuarto casi a la carrera.
Parecía un milagro que siguiera ahí, esperándome con los brazos tendidos para mí. Extendió la mano y mi corazón palpitó con inseguridad.
-Hola otra vez. -Dijo con una hermosa sonrisa en su rostro. Esta chica me traía loco.
La tome en brazos y hundí mi cara en sus cabellos olía delicioso, baje la vista un poco y con eso me percate de que llevaba puesta otra blusa. Una morada para ser más exacto.
-te fuiste- le acuse mientras señalaba su blusa nueva.
-bueno difícilmente podría salir con la misma rosa no crees que dirían los vecinos- dijo con una gran sonrisa en el rostro.
Hice un mohín.
-bueno no me he perdido de nada, déjame decirte que comenzaste a hablar muy rápido- dijo riendo, supongo era para molestarme.
-ha sí y que dije.- le pregunte con indiferencia mientras la seguía abrazando.
-bueno dijiste…que me querías.- dijo con un poco de rubor en sus mejillas.
-eso ya lo sabías.- le conteste sin nada de vergüenza.
-aun así es lindo oírlo- contesto mas ruborizada.
-TE QUIERO- le dije mientras la apretaba mas a mi pecho y le daba un beso en el pelo.
-Ahora tú eres mi vida- se limito a contestarme.
No había nada más que decir por el momento. Nos mecimos de un lado a otro mientras se iba iluminando el dormitorio.
-bueno creo que es hora de desayunar le dije, lo que provoco que ella hiciera una mueca, lo que provoco que yo me riera un poco.
-Oye, no te ofendas pero es que tu comida o la comida de ustedes los humanos no sabe nada bien, mejor yo espero hasta comer unos buenos pumas ¿te parece?- dijo algo avergonzada. Yo me reí.
-Como gustes- le respondí.
Caminamos escaleras abajo tomadas de la mano tenía miedo de que con la torpeza de mi novia se cayera de las escaleras y se lastimara aunque… era muy improbable que eso pasara. Yo ya estaba allí, bien dispuesto a ayudarla y protegerla con mi vida si fuera necesario.
Cuando llegamos a la cocina ella se sentó en una silla junto a la mesa mientras yo revisaba donde se encontraba la leche y el cereal, mientras me movía sentía sus ojos encima.
Me senté y le observé mientras comía. Bella me contemplaba fijamente, estudiando cada uno de mis movimientos, por lo que me sentí cohibido. Me aclaré la garganta para hablar y distraerle.
— ¿Qué planes tenemos para hoy?
—Eh... —dijo ella dubitativamente—. ¿Qué te parecería conocer a mi familia?
Tragué saliva y casi me atraganto con los cereales.
— ¿Ahora tienes miedo?
Parecía esperanzada.
—Sí —admití, pero cómo negarlo si lo podía advertir en mis ojos.
—No te preocupes —esbozó una sonrisa de suficiencia—. Té protegeré.
—No me dan miedo ellos—me expliqué relajadamente—, sino a que no les caiga bien. ¿No les irá a sorprender que lleves a tu casa a alguien, bueno, a alguien como yo?
—Oh, están al corriente de todo. Ayer cruzaron apuestas, ya sabes —sonrió, pero su voz era severa—, sobre si te traería de vuelta, aunque no consigo imaginar la razón por la que alguien apostaría contra Alice. De todos modos, no tenemos secretos en la familia. No con el poder de Alice.
-Ni con Jasper haciéndote sentir todo ese cariño que hasta te mataría.- complete con un resoplido.- ¿Entonces Alice me vio regresar?- pregunte no dándole mucha importancia.
-Algo por el estilo.- comentó con incomodidad mientras se daba la vuelta para que no le pudiera ver los ojos. La miré con curiosidad.
-Bella… ¿Por qué lo dices en ese tono?
-Es que Alice ya no podrá verte nunca más, bueno no mientras estés conmigo.
-¿Y eso?-pregunté muy extrañado.
-Lo que pasa es que Alice solo ve a Vampiros y a Humanos…no a híbridos.
-Hey…yo no soy un hibrido-dije enarcando una ceja-¿Por qué Alice ya no puede verme?
-Por que decidiste estar conmigo…es como si me hubieras mezclado tu destino junto al mío y fuéramos una sola persona ¿entiendes? Es algo complicado.
-Ummm ya veo…genial, así tendré mas privacidad. -Dije riéndome y volviendo a meter una cucharada de cereal en mi boca.
— ¿Tiene buen sabor? —preguntó al volverse de repente y contemplar mi desayuno con un gesto burlón—. Es que no consumo mucha comida humana, al menos no con frecuencia.
—Bueno, esta rico, no es un puma, pero sabe bien... —murmuré.
Permaneció sentada en la silla mirándome y pensando.
—Creo que también tú deberías presentarme a tu padre.
—Ummm bueno…el ya te conoce. —le recordé.
—Como tu novia, tonto.
Le miré con gesto de sospecha.
— ¿Por qué? Ayer que quise hacerlo tú te negaste.
— ¿Qué es que acaso una chica no puede cambiar de opinión? —preguntó inocentemente pestañeando.
—Aquel cambio de opinión de llama ¿Jessica Stanley? —dije sarcásticamente. Mi historial de novias estaba limpio, así que no sabía ninguna de las normas o reglas, mi madre era celosa así que no me dejaba preguntar acerca del tema—. Ya te dije…que soy tuyo…no necesitamos formalizar si es que no quieres.
Su sonrisa fue paciente.
—Pero Edward…es que yo si quiero formalizar.
Me puse a jugar con los cereales del plato.
—Entonces…
— ¿Vas a decirle a Charlie que soy tu novia o no? —quiso saber algo enfadada por mi repentino silencio y nerviosismo.
— ¿Eres mi novia?
De repente me puse tenso…no es que a Charlie, mi padre, le cayeran mal los Cullen…nada que ver. Lo malo era que el ya había fichado a otra chica para mí y al no elegir yo a Jessica el seguro desquitaría su frustración con Bella. ¿Quién era Charlie para elegirme novia? Yo era el que debía tomar aquéllas decisiones.
—Si tú no quieres ser mi novio…no importa. —al decir esto ella bajo la cabeza y oí un suspiro.
—De hecho, —dije avergonzado— tengo la impresión de que somos algo más que unos simples novios—dedicándole la sonrisa que ella le encantaba.
— ¿Piensas decirle todos los detalles morbosos? —me estire sobre la mesa y le alce el mentón y le di un beso en la frente—. Pero tendremos que inventar que tenemos demasiados trabajos escolares porque si no tu padre me impondrá una orden de alejamiento.
— ¿Qué vas a venir seguido? —pregunté sonriendo—. ¿De veras vas a estar aquí?
—Hasta el día que tú me pidas que me vaya y ya no me quieras nunca más en tu vida —me aseguró imitando un rostro triste.
—Bella, amor…te querré conmigo siempre —le avisé rozando suavemente sus labios con la yemas de mis dedos—. Para siempre.
Ella se levanto de la silla, camino hacía donde yo estaba sentado, se sentó en mis piernas me abrazo y escondió su rostro en mi cuello. La oí sollozar.
— Cariño… ¿Eso te entristece?
No contestó mas alzo la vista y me miro a los ojos por un buen tiempo. Emitió un bajo suspiro y finalmente dijo:
— ¿Has terminado ya de desayunar?
Asentí levemente y me levante de la silla con ella aun en mis brazos.
—Sí.
—Ya bájame, y vete a vestir... Te esperaré aquí.
La baje y me dirigí obedientemente hacia mi habitación. Y de repente oí otro sollozo pero no me atreví a voltearme. Si lo hacía no me atrevería a marcharme de su lado.
Resultó muy fácil decidir que ponerme, escogí entre la ropa más decente que tenia. Aunque dudaba que hubiera libros de etiqueta en los que se detallara cómo vestirte cuando tu novia vampiro te lleva a su casa para que conozcas a su familia vampiro. Terminé poniéndome mi único pantalón de vestir caqui, pero aun así informal. Me vestí con el polo color azul oscuro que Charlie me había regalado para navidad. Un rápido vistazo en el espejo me convenció de que mi cabello era una causa perdida, por lo que ni siquiera lo toqué.
—Ok —bajé a saltos las escaleras—. ¿Cómo me veo?
Ella me miro durante un buen rato y francamente no pude distinguir qué clase de mirada era aquella. Unos segundos después ella salto el escalón que nos separaba y se acerco peligrosamente hacia mí.
—Bueno —me murmuró al oído—. Voy a pasar un mal día hoy definitivamente. Suerte que solo vamos a mi casa.
— ¿Vas a pasar un mal día? ¿Tan mal me veo? Puedo cambiar...
Ella se acerco hacia mi garganta y suspiro.
—Todo lo contrario...
Presionó con suavidad sus labios en mi garganta.
— ¿Debo explicártelo?
Sus dedos descendieron lentamente por mi espalda y su aliento rozó con más fuerza mi piel. Mis manos hacían lo mismo en la espalda de ella solo que las mías actuaban con nerviosismo. Inclinó la cabeza lentamente pidiéndome un beso y yo se lo di. Nuestros labios se rozaron suavemente para luego ser convertirse en el beso apasionado de la anterior vez. Ella me estrecho con fuerza y yo hice lo mismo, ella enredo sus manos en mis cabellos. Mi cuerpo me volvió a pedir aire.
Entonces mis pulmones sufrieron un nuevo colapso. Y me desvanecí en sus brazos.
— ¡¿Edward?! —grito alarmada mientras me sostenía suavemente.
—Los siento ha sido me culpa... —me disculpe.
— ¿Qué voy a hacer contigo? —Gimió con desesperación cargándome hasta la sala—. Me sentía ridículo. Una chica estaba cargándome. Trágame tierra.
Me reí débilmente, ante mis propios pensamientos.
—No te rías.
Suspiro ella enfadada recostándome en el sillón.
—Te pido mil disculpas Bella…no sé realmente que me ha pasado —mentí —. No sabes la vergüenza que ciento en estos momentos. —en ese momento me cubrí la cara con mis manos. Pero para nada era por vergüenza, eso ya había pasado…me la cubría porque estaba punto de tira una risotada por lo estúpido de la situación. ¿Dónde se ha visto que una chica cargue a un chico?
— ¿Estás mareado? —preguntó aun enfadada.
—No… o bueno creo que ya no —agité la cabeza aun con mis manos en mi cara—. Creo que me falto el aire.
—Te abrase muy fuerte. —dijo ella tratando de quitar mis manos de mi rostro.
—Eso parece —dije y me reí con gusto—. Vamos… Tu familia va a pensar que estoy loco de todos modos, así que... mejor acelerar las cosas no te parece.
Evaluó mi expresión durante unos instantes.
—Contestando a tu pregunta de hace rato… luces demasiado bien con esa ropa —comentó inesperadamente. Desvié la mirada.
—Eh, Bella mira no es por apresurarte ni nada de eso pero ya debemos irnos ¿no crees? Esta situación esta matándome de los nervios.
—A ti no te preocupa dirigirte al encuentro de una casa llena de vampiros, lo que te preocupa es conseguir su aprobación, ¿me equivoco?
—No, no te equivocas —contesté tranquilamente.
Ella sacudió la cabeza.
—Eres increíble Edward…absolutamente increíble.
—Ah y te informo que yo conduzco hoy.
—No sabes donde vivo. —dijo ella sonriéndome.
—Entonces serás mi mapa Bella.
(N.T. CHICAS LA PARTE QUE SIGUE ES ALGO REPETITIVA...ES LA HISTORIA DE CARLISLE...¿QUIEREN QUE LA SUPRIMA Y AUMENTEMOS COSAS NUEVAS? POR QUE LA HISTORIA DE CARLISLE SE LA DEBEN SABER DE MEMORIA NO?? JEJEJE!! AHI ME AVISAN EN EL C-BOX)

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