Capitulo #7
“La Pesadilla”
*Primera parte
Cuando llegue a casa, le dije a Charlie que tenía un trillón de tareas pendientes y que si podía bajaría más tarde a prepararme un sándwich o cualquier cosa.
Iban a pasar un partido de baloncesto por la TV y tenía a Charlie emocionado _los lakers_ pensé, me encantaba el baloncesto pero bueno en estos momentos no tenia cabeza para pensar en aquello. Charlie estaba tan sumergido en la TV. No se percato de nada inusual o raro en mi voz o en mi rostro. Bien por mí.
Una vez subí las escaleras entre a mi cuarto y cerré la puerta con llave, solo por si a Charlie se le ocurría subir.
Me puse a buscar entre mis aún hechas maletas y encontré el PortaCds que me había regalo mi madre por navidad. Elegí un Cd que había sido regalo de Steven, era uno de sus grupos favoritos, aunque a mi parecer el sonido era demasiado pesado y inteligible . Lo puse en el viejo reproductor de música que había en mi escritorio. Pulse el botón play y le subí el volumen al máximo, me pregunte si a Charlie le molestaría —bueno ese es muy su problema —pensé para mí mismo.
Cerré los ojos y me tumbé sobre la cama, los reflejos de la luz aun prendida me molestaban demasiado, así que me recosté de un costado…aun me seguía molestando, me recosté boca abajo; la luz me seguía molestando. Me incorpore de un salto y me dirigí hacia el interruptor y apague las luces. El cuarto quedo en tinieblas, me hubiera asustado un poco de no ser por la escandalosa música que ahora escuchaba. Regrese a la cama y me volví a recostar en ella, mire hacia el techo de mi habitación que estaba decorado con naves espaciales y estrellas fosforescentes…Charlie no las había quitado, recuerdo que el mismo las puso allí cuando yo tenía siete años. Sacudí la cabeza intentando alejar todas aquellas tristes memorias de mi infancia, me propuse memorizar todas y cada unas de las letras de aquel escandaloso grupo, y para mi sorpresa lo logre en la segunda escuchada. Entonces recordé que el grupo se llamaba *Bullet for my Valentine o algo así. Me quede sorprendido en cuanto me di cuenta de que aquel grupo me gustaba, no era malo después de todo, aunque yo prefería mas la música clásica. Las letras fuertes y toscas de aquel grupo me impedían pensar y aclarar mis ideas.
No me di cuenta en qué momento me quede dormido…lo único que recordaba era aquel sueño.
Abrí los ojos en un lugar perfectamente reconocible para mí. —es un sueño…tiene que serlo—Reconocí los altos pinos del bosque y oí claramente las olas del mar a lo lejos. Tárate de ir hacia la playa, camine y camine pero cada vez se me hacía más lejos. De pronto Leah Clearwater estaba parada delante de mí, me tomo fuertemente de la mano y empezó a tirar de mí y me conducía hacia lo más profundo del bosque. Intente soltarme de su agarre pero me fue imposible, Leah era muy fuerte.
— ¿Leah? —Dije jadeando— ¿Qué demonios te pasa? —le pregunte angustiado y mas que todo preocupado por el asustado rostro de Leah, su cara solo reflejaba el pánico total pero aun así ella no dejaba de tirar de mi a pesar de mis burdos intentos de forcejeo.
Ella seguía conduciéndome más y más hacia lo más oscuro y tétrico del bosque. Me resistí de nuevo y me negué a dar un paso más.
— ¡Corre, Edward, te lo ruego…tienes que correr! —susurraba ella con pánico.
— ¡Por aquí, Edward! ¡Rápido! —reconocí esa voz. Me llamaba desde la parte oscura del bosque….era Jess, trate desesperadamente de localizarla mirando hacia todos los lados, me fue completamente imposible localizarla.
— ¿Por qué me haces esto, Leah? —le grite, mientras seguía tratando de zafarme de ella. — ¡La luz Edward…ve hacia la luz! —me decía mi yo interior.
Pero Leah no respondió a mi pregunta, ella de repente convulsiono, soltó mi mano y profirió un grito de dolor y cayó hacia el suelo de aquel oscuro bosque, se retorcía bruscamente sobre la tierra húmeda mientras yo la contemplaba totalmente horrorizado.
— ¡Leah! ¡No! —grite con todas mis fuerzas.
Pero de pronto ella desapareció y ahora la sustituta un lobo con el pelaje gris y los ojos negro como la noche. El lobo me dio la espalda y se alejo velozmente rumbo a la costa con el pelo del dorso completamente erizado, gruñendo por lo bajo enseñando sus blancos colmillos.
— ¡Corre, Edward! —volvió a gritar Jessica a mis espaldas, pero jamás voltee a verla. Ahora yo estaba contemplando una luz que venía a mí desde la playa.
Justo en ese momento, Bella apareció caminando muy deprisa de entre los arboles del bosque, con sus marfileña piel brillando tenuemente y con los ojos negros como el carbón. Alzo una mano y me hizo señas para que me acercara a ella.
El lobo de hace rato vino hacia mí encuentro antes de que yo pudiera dar un pasio hacia donde estaba esperándome Bella, el lobo miro hacia donde se encontraba ella y le gruño ferozmente interponiéndose entre Bella y yo.
No me importo en lo absoluto, no importo que aquel lobo fuera enorme o no me importo lo grandes de sus colmillos…no me importaba nada más que ir hacia donde Bella, así que me arme de valor y di un paso hacia delante, di un paso hacia Bella. Entonces ella sonrió, tenia los dientes afilados y puntiagudos.
—Edward, confía en mí—me ronroneo dulcemente—No te hare daño. Antes sus palabras y además hechizado por su belleza me acerque unos pasos más, ya solo nos separaban tres o cuatro pasos.
El lobo me miro y luego la miro a ella, Bella se acerco hacia mí, el lobo gruño furiosos ante esto y recorrió de un salto el poco espacio que faltaba entre Bella y yo buscando la yugular con sus largos colmillos.
— ¡No! —grité, levantándome precipitadamente de la cama de un solo salto, aquel repentino movimiento hizo que todos mis Cds que estaban sobre la cama cayeran hacia el suelo y resonaran sobre el suelo de madera.
Todo estaba en tinieblas, yo estaba con la respiración agitada a causa del sueño y con la ropa de la excursión aun puesta. Completamente fuera de mi mismo fui hacia el interruptor cerca de la puerta tropezando con mi maleta que estaba abierta en el suelo, prendí la luz y mire hacia el gran reloj clavado en la puerta. Eran las 5:30 de la madrugada.
Me senté en el borde de la cama, mi respiración aun seguía siendo anormal, aproveche a quitarme las zapatillas mientras me calmaba, también me quite la cazadora negra que llevaba puesta. Me volví a recostar en la cama con la intención de volver a dormirme. Me fue imposible.
Di miles de vueltas en la cama, sin conseguir la comodidad ideal, me quite los jeans y me quite la casaca negra entonces esa es la parte en la que quede semidesnudo. Trate de dormirme así… pero el frio me helaba hasta la medula, así que torpemente me levante de nuevo de la cama y fui hacia el estante que Charlie había improvisado para mí cuando venía de vacaciones, y tome una frazada y un polerón viejo y con huecos de mi maleta. Me puse el polerón y me acosté en la cama de nuevo, me envolví en la frazada.
Tampoco sirvió de nada, estaba demasiado agitado como para dormir, mi subconsciente había sacado a relucir las imágenes que tanto había estado queriendo evitar. No podía seguir esquivándolas más.
Me senté en la cama aun envuelto en la frazada—Adelante, Ed…lo primero es lo primero—Me dije a mí mismo. Pero primero…Tomare un baño, para calmarme. Estaba feliz de poder retrasar lo inevitable.
Me levante de la cama, agarre una toalla y tome un poco de ropa de la maleta que aun seguía abierta en el piso…me dirigí hacia el cuarto de baño sin importarme si despertaba a Charlie o no. No podría describir lo relajante que era sentir el agua caliente sobre mis tensos músculos, la sensación era indescriptible. La ducha no duro lo que yo esperaba a pesar de que casi pase una hora en ella y de casi haber gastado toda el agua caliente de Forks. Una vez salí de ella me seque y me puse la ropa lo más lentamente posible, hasta intente crearme un nuevo peinado una vez estuve frente el espejo, todo lo posible para retrasar el esperado momento para mi mente y para mi corazón.
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