viernes, 10 de diciembre de 2010

Capitulo #27 PART 1

Capitulo #

Capitulo #27


Propósito

No pude hacer un pacto con el tiempo... y vi como las agujas del reloj, lentamente amenazaban un ocaso.

Me pregunté más de una vez si yo podría haberlo evitado; y no encontré el motivo ni el momento en que todo se perdió.

Tampoco recuerdo su última mirada... esa en la que solía perderme entero.

Hubiese eternizado su último aliento, la última huella de su risa... si hubiese sentido que jamás regresaría...

Hoy veo desde lejos la inquietud agitada de su espíritu y puedo oler el perfume de su distancia.

Vuelvo a mirar mis manos... todavía siento su piel.

Saboreo mis labios... y su boca tibia regresa...

Sus pasos se siguen escuchando al lado de los míos... será tal vez, mis ganas de creer que ella aun está conmigo.

Una vez más vuelvo a preguntarme... y vuelvo a castigarme...

En qué momento de esta historia de amor, llegué a perderlo todo...

Cuando fue que dejé de ser su cómplice.

Cual fue el día en que dejó de reír junto a mí.

Fui yo quien se enfrentó con el mundo solo por estar a su lado?

Donde quedó mi fuerza... donde quedó mi coraje para amarla tanto...

Sé que no importa que me derrumben, solo importa que vuelva a levantarme.

Yo era el único dueño de sus noches... Pude meterme en sus sueños...

Yo tenía su brillo en mis manos...

Hoy escucho su voz a lo lejos... y a veces me cuesta entender.

Sé que ya está lejos de aquí...

Sé que ya no piensa en mí...

Volveré entonces a ese prado, nuestro prado.

Volveré a dejar todas las noches mi ventana abierta, por si a ella se le ocurre regresar.

El dolor me hace más fuerte...

Y tal vez mañana... quizás... pueda olvidar.

Diciembre….

Bueno en realidad 31 de Diciembre, la última noche del año viejo. Doce velas consumiéndose lentamente, esperando el momento oportuno para ser apagadas, un viejo reloj de campana postrado en la pared, esperando con ansias el comienzo de un nuevo año.

Una larga mesa llena de diferentes clases de comidas, el solo verlo hacia que el estomago se me revolviera, dos botellas de champagne enfriándose en el refrigerador, elegantes vajillas, y sales adornando la mesa y el ambiente. Todo, se podría decir que era perfecto, ya exactamente dos meses desde aquel incidente con Victoria.

Leah me conto todo, aunque con eso se gano un llamado de atención por parte del macho alfa de la manada de lobos de La Push, Jacob Black no era caracterizado por su buen humor ni menos por su simpatía.

Victoria estaba muerta. Pero aun quedaban dos más, Laurent y James. Estaba seguro que ellos retornarían a tomar venganza por su amiga caída. Ahora esto ya no era solo mi asunto, toda la reserva y la manada también estaba involucrada.

-Hey, en que piensas-la ronca pero a la vez femenina voz de Leah Clearwater me saco por un momento de mis pensamientos. De nuevo triste… pensé que aquella etapa ya había pasado.

-Amm, nada, solo que dentro de unas horas todo este año habrá pasado… ya no quedara nada más…

-Estamos un poco emo esta noche ¿no Emoward?- rio mientras se apoyaba en mi hombro. La noche fría y la tersa nieve cayendo lentamente desde alguna parte de el cielo hacia de esta noche la más triste del año. Un año más…

-¿Emoward? Eso es lo mejor que puedes decir Lee?-Reí apoyando mi cabeza con la suya. Desde hace dos meses yo y Lee nos había vuelto inseparables, si veías mi pálida figura saliendo de algún lugar, veía atrás mio la esbelta, morena y pequeña figura de Leah Clearwater.

-Por lo menos logre hacerte reír-suspiro.

-Bueno, si…. Por lo menos-me burle ladeando la cabeza para mirarla de reojo. Sus perfil aunque no era perfecto era agraciado, sus pestañas eran tan largas, y sus pómulos redondeados, su cabello corto estaba cubierto por un elegante gorro celeste de lana que la Abuela Dwyer le tejió.

Leah era hermosa.

-Ves algo que te guste?-Dijo sonrojada, aun con la oscuridad de la noche podía notar aquel rubor rojizo que resaltaba en su piel caliente. Por qué provocas esto en mi Ed?

-Claro, tú por supuesto-me acerque y bese sus calientes mejillas. El aroma a océano, margaritas y rosas estaba presente en ella.

-Anda… que me sonrojas-dijo ella sonriendo levemente, alcé la vista y me encontré con sus orbes marrones brillosos, como si estuviera a punto de llorar, aparte uno de sus mechones de cabello y lo acomode detrás de su oreja derecha, aquello aumentó aun más el intenso rubor de sus mejillas. Nos miramos por un ilimitado rumbo de tiempo, de pronto ella puso sus brazos en mi cuello y sollozo fuertemente.

-Shhh, Lee ¿qué pasa? ¿Te sientes bien?- pregunte mientras le daba palmaditas de consuelo en la espalda.

-No…no, no nada… Es solo que soy tan tonta, me alegra ver que estas sanando Ed, no solo físicamente, ya… ya sabes a lo que me refiero…

-Ah sí… eso

-Este nuevo año será perfecto, ya lo veras, nos vamos a graduar…. Seremos los mejores amigos de todo el mundo, Te quiero mucho Ed.

-Yo igual, de aquí a la Luna, tú ya sabes eso.

Nos quedamos allí, abrazados, en la oscuridad de la fría noche. Los copos de nieve empezaban a caer, lo que pronosticaba el comienzo de un año frio, pero a la vez lleno de pureza, me separe del abrazo de Leah e intente caminar un poco hacia el barandal del porche de mi casa, me apoye en el, me quite los guantes y extendí la mano, en aquel instante los copos fríos chocaron contra mi piel, derritiéndose casi instantáneamente.

Era extraño, aquellos copos tan hermosos, tan complicados en su forma pero tan frágiles, el solo contacto con mi piel tibia los destruyeron. Así son los sentimientos, son hermosos, son complicados pero solo una palabra puede destruirlos. Así como el copo de nieve se transformo en agua los sentimientos pueden transforme en algo totalmente distinto… odio tal vez.

Sentí la mano de Leah tocándome el hombro mas no voltee, seguía pensando en el rumbo inesperado… Del odio al amor dicen… pero que tal si esta vez fuera diferente, el infinito amor, al infinito Odio…

-Chicos!-La voz animada de Seth y el ruido de la puerta delantera abriéndose de golpe me saco de mis pensamientos, los Clearwater tenían ese efecto en mi.

-Shhh Seth- Leah le reprendió. –No tienes por qué ser taaaan efusivo.

-Es que la comida se está acabando, si ustedes vieran lo que Embry y Paul estan haciendo con el cerdo y las piernas de pollo! No entiendo por qué invitaron a Paul, el siempre quiere comer más que yo… esta vez no será como en navidad.

-Anda vamos-Reí- Quiero probar la ensalada de manzana de la abuela Dwyer, tu también tienes que probarla Lee, -dije mientras me dirigía hacia la puerta. Leah me miro horrorizada y se acerco hacia mí, agarro unos de mis brazos casi haciendo que perdiera el equilibrio y lo puso en su hombro, le di una mirada reprobatoria.

-Ya puedo caminar solo, muchas gracias-sisee mientras me soltaba de su agarre.

-Pero Ed…

-Shhhhhh Ed nada, yo puedo solo.-camine algo tambaleante pero lo hice llegue hacia la puerta y Seth dio aplausos con las palmas. Ese es mi amigo Edward!

-Viste-dije mientras volteaba hacia atrás. Leah rodo los ojos y asintió con la cabeza.

Adentro todo era cálido, había mucha gente… antes sería raro ver a tanta gente congregada en mi “hogar” desde que mi madre vino todo parecía haberse llenado de alegría, tanto en la casa como en la vida de Charlie.

-Donde estaban pillines- La abuela Dwyer se acerco a mí y me dio u fuerte abrazo, mi dulce abuela, a pesar de sus problemas de columna había venido a pasar las navidades con nosotros. Aunque ella y Charlie se detestaban hacían todo lo posible por llevarse bien o por lo menos aparentar delante mio.

-Afuera-sonrió Leah apoyándose en el umbral.- Queríamos ver caer los copos de nieves.

-Hay que lindo ser joven-exclamo la Abuela sonriendo- Y tu linda, déjame decirte, el gorro que te di para navidad te sentó muy bien, luces adorable- era ya sabido que mi abuela había comenzado a adorar a Leah, la llamaba linda, princesa, querida… y a veces “la novia de Edward” lo que para mí era bastante raro… solo vía a Lee como mi hermana, como nada más.

-Hay abuela…-susurre mientras ella intentaba acomodar mis desordenados cabellos-Me avergüenzas…

-Anthony, tienes que estar presentable para tu novia, en especial una tan hermosa como la señorita Clearwater. Harían tan linda pareja…

-Abuela… ella no es…

-Ah callar, ahora ve, la cena los espera.

La cena estuvo deliciosa, claro que fue preparada por Sue, la madre de Leah, y mi abuela. Mi madre simplemente no sabía cocinar.

Todos comenzaron a hacer hora, faltaban tan solo 2 horas más para el inicio del año nuevo. La tristeza se aunaba cada vez más en mi pecho. Leah tomo mi mano debajo de la mesa, me quede quieto… no dije nada. Todos platicaban.

Según lo que captaba, Jacob Black abriría un taller de reparaciones automovilistas y abandonaría la escuela, esto a Billy Black no le agrado pero apoyo a su hijo no sin antes decirle “ya platicaremos en casa”, Paul, Embry y Jared hablaban sobre lo divertido que sería ir de campamento a North Beach, aunque claro eso lo decían por las chicas de aquella reserva. Mi madre y Charlie platicaban sobre las noticias que habían pasado en la mañana, acerca de las extrañas desapariciones que habían últimamente en Seattle, la abuela, Sue y Leah platicaban sobre tejidos a manos, telas y lanas… cosa que me parecía poco interesante, Quil y Seth hacían competencia de quien comía mas tarta de Limón, Sam y su novia Emily se susurraban palabras amorosas a el odio, imagine que esos podríamos ser yo y Bella, ella luciendo el anillo de compromiso que le había pedido a mi abuela, aquel que mi madre desprecio, Bella sonriente con sus hermosas y rosadas mejillas, con sus bellos ojos color marron, con su malditamente dulce sonrisa… con todo su falso amor, diciendo palabras que ella no sentía solo para complacerme, desee y envidie que aquellos que se besaban discretamente en mi mesa fuéramos yo y Bella, ambos, yo enamorado y ella fingiendo … con aquello no lo soporte mas.

-Me disculpan- dije levantándome de la mesa, tumbando mis cubiertos. La atención de todos se poso sobre mí en aquellos instantes-Tengo que ir a tomar un poco de aire fresco… no me siento bien.

-Te acompaño-murmuro Leah levantándose

-NO-dije ásperamente-Yo puedo iré SOLO, no necesito la compañía de nadie...

Los ojos de Leah se nublaron de lagrimas, la confusión estaba plasmada en su rostro… la mano tranquilizadora de Sue fue a su hombro, me aleje, simplemente quería salir de allí, lo necesitaba.

Quizás si fue descortés, pero tenían que comprender… todo esto aun era muy repentino, no cualquiera soporta una ruptura de este tipo, no cualquiera soporta que una vampiresa loca trata de matarle, no cualquiera soporta tener una pierna rota, seis costillas lastimadas, un pulmón dañado y bueno varias cortadas… no cualquiera soportaría sentir lo que yo estoy sintiendo ahora, toda la rabia, todo la ira… toda la confusión.

Estrelle la puerta de entrada y camine, los más rápido que mi pierna sana podría permitirme, camine y camine, el dolor punzante en mi pierna gritaba “DETENTE” pero aun así seguí, los fríos copos de nieve se estrellaban en mi cara. Escuche a lo lejos alguien gritar mi nombre. Mas no importaba, necesitaba estar solo.

Estaba en el bosque de aquello estaba seguro, había sido imprudente de mi parte, James o Laurent podrían estar por estos lugares, sería tan fácil matarme ahora ¿Por qué rayos no lo hacían de una maldita vez?

Todo estaba oscuro, las luces de las casas apenas eran visibles. Camine un poco mas rápido y tropecé con la raíz sobresalida de un árbol, el sabor a sangre inundo mi boca, me levante lentamente per aun así volví a caer, toque con mis guantes sucios mi boca un siseo de dolor escapo de mis labios, me quite los guantes, enojado por mi torpe caída. Aquello también me recordaba a ella.

De pronto me sentí torpe, lisiado, con un una pierna que no me servía para nada, con un pulmón el cual no me ofrecía el aire necesario. Me sentía tan inútil, tan poca cosa. Molesto me comencé a quitar la chalina y la tire al piso, le siguieron mi abrigo gris y mi suéter verde. Allí estaba yo… furioso llevando solamente una sudadera de manga larga gris claro y mis jeans desgastados, el frio congelaba mis huevos, la nieve no ayudaba en nada, si no aumentaba el dolor.

-BELLA! MALDITA SEAS! TE ODIO! Grite aun el suelo. –TE ODIO BELLA! TE ODIO! –grite lo máximo que pude con mi pulmón sano. Un quejido lastimero volvió a escapar de mis labios y me recosté en el suele frio cubierto de escarcha fría que se convertía en agua al tocar mis ropas.

-TE ODIO- grite mas suave-ODIO AMARTE TANTO!, ODIO NO TENERTE HOY JUNTO A MI, ODIO SENTIR TODO ESTO.

Una lagrima caliente resbalo por mi mejilla fría, luego le siguió otra y luego algunas mas. Apreté mis puños en el suelo. Odiaba ser tan débil, tan poco hombre.

-BELLA!-lloriquee-Bella… te odio, eres una mentirosa.

Me lleve mis manos a mi rostro, tratando de ocultar mi debilidad, mi vergüenza. Mi falta de hombría. Me puse de pie lentamente sin dejar de sollozar, para mi suerte un gran abeto se encontraba a mi lado, había tropezado con su raíz.

Mis puños se cerraron nuevamente, mire hacia el cielo gris, aquel cielo en donde casi siempre recordaba su rostro, aquel cielo que contemplo tantos besos, tantas caricias inocentes y no tan inocentes, aquel cielo… aquel maldito cielo.

-Necesito sacarla de mi mente-Llore con más fuerza-Aquí enfrente tuyo-Apunte hacia el cielo.- te ruego que le digas a Dios, que me la saque de el corazón, te lo pido… llévatela Dios… No puedo sopórtalo más me duele demasiado, duele, me carcome, me mata. He fingido estos meses, he fingido que estoy bien que ya no…-me ahogue entre lagrimas.- que ya no… que ya no la quiero, que lo estoy superando, hasta quemé mi libro, queme las fotos, me deshice de todo… pero ella se niega a dejar de torturarme, me está matando-gemí- Me mata.

Las lagrimas rodaron por mis mejillas incontrolablemente, me desmorone en suelo frio y sucio, sentí mi pierna derecha volver a romperse pero no importo.

-DIOS LLEVATE TODO ESTO! NO QUIERO SEGUIR ASI, NO,… YA NO MÁS-grite mirando hacia el cielo.

Sin percibirlo si quiera, dos brazos fríos me acunaron, unos labios fríos besaron mi frente y mas lagrimas rodaron por mis mejillas, deje a mi imaginación fantasear, pretendí que aquellos brazos eran los de ellas y que esta era su despedida, que ella me decía “Esta bien, ya no molestare” con aquel pensamiento llore aun mas hundiendo mi rostro en el hombro de mi protectora. Aspirando su aroma, era diferente… intente voltear pero no podía, la persona me tenia fuertemente abrazado.

No deseaba estos brazos, no los quería, quería los de ella, no quería este aroma, deseaba el de fresas salvajes, el de lilas del campo… no quería esta calidez, no la deseaba, deseaba la calidez de el de ella, aquella vez cuando le hice el amor por primera vez, aquella en la cual perdí toda mi inocencia y ella perdió la suya. Sollocé pesadamente abrazando a la persona que me rodeaba con sus brazos. ¿Por qué si Bella no me amaba me dio su inocencia? ¿Su virginidad? A ya recuerdo… ella dijo que en ese tiempo aun yo le gustaba, solo que ahora ya no, le parecía una persona aburrida… no era lo que ella necesitaba realmente.

-¿Cuándo se acabara todo esto?- gemí sin pensarlo- ¿Cuándo dejare de sentir esto?

Intente en oír las voces, pero todo estaba tan callado, el ruido de la lluvia comenzando a caer y deshacer la escarcha era todo lo que podía oír. La persona al lado mio intensifico su agarre y deposito un beso en mi mejilla, una de sus manos frías limpio mis lágrimas, aunque hubiese querido verla no podía, estaba demasiado oscuro.

-Shhh… pronto, lo prometo-dijo depositando un beso en cada uno de mis parpados. Olía a miel, esa que me daba mi abuela cuando me enfermaba. Su frio aliento baño mi rostro inundando y sumergiéndome en un mundo de recuerdos.

Cerré los ojos…

Cuando los abrí me di cuenta de lo oscuro que estaba, si no hubiera sido por las luces de los foquitos del árbol de navidad hubiera creído que estaba aun en el bosque.

Mire alrededor… Rayos eran las 1 y media… me había perdido el año nuevo. Intente levantarme pero no pude el cuerpo me dolía. Intente hablar mas no pude sentía que mi garganta estaba siendo clavada por cientos de cuchillos de doble filo.

-Eddy, amor ya despertaste-sonrió mi madre emergiendo de la oscuridad de mi habitación.

-Mamá… -fue lo único que pude articular.

-Nos diste un susto Ed, te encontramos cerca del bosque tirado y si tu abrigo, estabas congelándote… No vuelvas asustarme así Edward Anthony Masen, si lo haces juro que te castigare por un mes…-Reneé se llevo sus dos blancas manos al rostro y lloro. Dios… por que le haces esto, el aun es muy joven como para querer morir… Dios ¿Qué he hecho mal?

-Mamá y ella… donde…

-Quien ella?-dijo mi madre limpiándose un poco la mejilla.

¿La persona que estaba a mi lado? ¿Desapareció? ¿Habrá sido solo producto de mi fructífera imaginación?

-Siento… Siento haber-me lleve las manos a la garganta. Dolía demasiado pero aun así quería disculparme.

-A callar, ahora duerme, mas tarde hablaremos Edward-mi madre beso mi frente y salió de mi habitación.

Todo esto era muy confuso… ¿Qué con mi salvadora del bosque? Por que de lo que si estoy seguro es que era mujer…

Y a todo esto ¿Que paso con Leah, Sam, Jared, Jacob, Seth, y los demás miembros de la manada?

Todo esto era demasiado confuso... por el momento.



*He aqui! Al fin! NO ESTAMOS MUERTAS! jajajajaja Bueno haganme saber que les parecio ok? Espero que les guste a mi me dio mucha pena escribirlo, hay un Bella POV de todo esto... no la odien por favor! ¿Quien sera la mujer misteriosa? ¿Que paso con los lobos?*