martes, 27 de octubre de 2009

Y EL TEAM GANADOR ES:

Bueno y el ganador es:

Obviamente que EDWARD "SEXY" CULLEN!!
jajaja Lo siento mucho Sofi :( (ELLA ES TEAM JACOB)
Alas que votaron por el TEAM EDWARD. pues no me queda nada mas que decirle que sigan votando en las proximas encuestas, ya se dieron cuenta de que tenemos una de los "actores de twilight mas sexys" pues porfa voten..(voten por ROB) jaja no, voten por el que ustedes prefieran.


A si o mas lindo?

ESA MIRADA!!! O EDWARD....



hasta tenemos el muñeco Ken de Edward jeje.

sábado, 24 de octubre de 2009

Capitulo #15
Los Cullen
Parte 2


Cuando conduje fuera del centro del pueblo comprendí que no tenía ni idea de dónde vivía. Cruzamos el puente sobre el río Calwah, donde la carretera se desviaba hacia el Norte. Las casas que aparecían de forma intermitente al pasar se encontraban cada vez más alejadas de la carretera, y eran de mayor tamaño. Luego sobrepasamos otro núcleo de edificios antes de dirigirnos al bosque neblinoso. Ella me indicaba, aun enfadada, la dirección y yo no hacía nada más que obedecer, por último me indico que girara hacia un camino no pavimentado. No estaba señalizado y apenas era visible entre los helechos gigantes. El bosque, serpenteante entre los centenarios árboles, invadía a ambos lados el sendero hasta tal punto que sólo era distinguible a pocos metros de distancia.
Luego, a escasos kilómetros, los árboles se dispersaron y de repente nos encontramos en una pequeña pradera, ¿o jardín? Sin embargo, se mantenía la penumbra del bosque; no remitió debido a que las inmensas ramas de seis cedros primigenios daban sombra a todo un acre de tierra. La sombra de los imponentes árboles protegía los muros de la casa que se erguía entre ellos, dejando sin justificación alguna el profundo porche que rodeaba el primer piso.
No tenía la mínima idea de que cosa encontrarme, pero definitivamente no era aquello. La casa, de unos cien años de antigüedad, era atemporal y elegante, clásica para ser más específicos. Mi monovolumen era el único coche a la vista. Podía escuchar fluir el río cerca de allí, oculto en la penumbra del bosque.
— ¡Guau! —dije asombrado.
— ¿Te gusta? —preguntó tímidamente.
—Me encanta.
Me acaricio el rostro y se acerco hacia mí. No quería otro ataque así que me baje inesperadamente del monovolumen y me dirigí hacia la otra puerta.
Luego, cuando le abrí la puerta, ella me preguntó.
— ¿Listo?
—No... ¡Larguémonos de aquí!
Me reí por la forma en la que dije eso. Me acomode el cuello del polo.
—Luces completamente perfecto.
La tome de la mano de forma casual, sin pensarlo. Ella me sonrió tiernamente.
Caminamos hacia el porche a la densa sombra de los árboles. Sabía que notaba mi tensión. Ella solo se apoyo sobe mi hombro sin decir nada.
Me abrió la puerta.
El interior era aún más sorprendente y menos predecible que el exterior. Era muy luminoso, muy espacioso y muy grande. Lo más posible es que originariamente hubiera estado dividido en varias habitaciones, pero habían hecho desaparecer los tabiques para conseguir un espacio más amplio. El muro trasero, orientado hacia el sur, había sido totalmente reemplazado por una vidriera y más allá de los cedros, el jardín, desprovisto de árboles, se estiraba hasta alcanzar el ancho río. Una maciza escalera de caracol dominaba la parte oriental de la estancia. Las paredes, el alto techo de vigas, los suelos de madera y las gruesas alfombras eran todos de diferentes tonalidades de blanco. Sinceramente hermoso.
Los padres de Bella nos aguardaban para recibirnos a la izquierda de la entrada, sobre un altillo del suelo, en el que descansaba un espectacular piano de cola. Era simplemente exquisito.
Había visto antes al doctor Cullen, era joven y no lucia mayor de treinta. Presumí que quien estaba a su lado era Esme, la única a la que no había visto con anterioridad. Era hermosa e irradiaba bondad y amor. Había algo en ella, era como si ya la hubiera conocido, pero aquello era imposible. Ambos vestían de manera informal, con colores claros que encajaban con el interior de la casa. Me sonrieron en señal de bienvenida, pero ninguno hizo ademán de acercarse a nosotros en lo que supuse era un intento de no asustarme. La voz de Bella rompió el breve lapso de silencio.
—Carlisle, Esme, les presento a Edward.
—Bienvenido, Edward.
El paso de Carlisle fue comedido y cuidadoso cuando se acercó a mí. Alzó una mano con timidez y me adelanté un paso para estrechársela. Estaba heladísima. Era un tempano de hielo.
—Un gusto verle de nuevo, doctor Cullen.
—Llámame Carlisle, por favor. Ahora somos familia.
Le sonreí familiarmente con una repentina confianza que me sorprendió. Noté el alivio de Bella, que seguía a mi lado.
Esme sonrió y avanzó un paso para alcanzar mi mano. El apretón de su fría mano, dura como la piedra, era tal y como yo esperaba. Todo lo contrario a la piel de Bella.
—No sabes cuánto me alegro de conocerte al fin Edward —dijo con sinceridad.
—Gracias. Yo también me alegro mucho.
Y ahí estaba yo. Toda esta situación era irreal.
— ¿Y Alice y Jasper? —preguntó Bella, nadie tuvo ocasión de responder, ya que ambos aparecieron en ese momento en lo alto de las amplias escaleras.
— ¡Hola, Bella! —la saludó Alice con un desbordante entusiasmo. Yupiii ¡¡Lo intuí!! Sabía que algún día vendrías a visitarnos.
Echó a correr escaleras abajo, y cuando estuvo delante de mi me abrazo para mi sorpresa y sorpresa de todos. Esme y Carlisle le lanzaron sendas miradas de aviso y enojo, pero a mí me agradó. Después de todo a Alice y a mí nos unía algo más que Bella, nos unía un secreto.
—Hola, Edward —dijo Alice depositando un beso en mi mejilla. Estoy enfadada ya no puedo ver tu porvenir y eso me pone en desventaja, pero espero que tú seas discreto con mis pensamientos.
Si Carlisle y Esme habían parecido antes muy cautos, ahora se mostraron estupefactos, casi con la boca abierta
Dios…le dije a Alice que se comportara….nunca me hace caso….ese era Carlisle
Alice…Alice, nunca va a cambiar….pensó Esme.
—Hola Alice—dije moviendo levemente la cabeza al escuchar los pensamientos de Esme Y Carlisle.
Me sorprendió percatarme de que Bella, a mi lado le tiro una mirada envenenada a la pobre Alice. Le acaricie la mamo para tranquilizarla, pero no lo conseguí.
—Ummm Edward… Hueles bien —me alabó despeinándome el cabello—, hasta ahora no me había dado cuenta. Lo siento solo estoy jugando un poco… quiero ver que tan celosa es mi hermanita. Jeje… espero y no te moleste.
Carraspee la garganta y me apegue un poco más hacia Bella. Aquello me puso bastante nervioso.
Nadie más parecía saber qué decir cuando Jasper se presentó allí. Diablos…el tipo sí que era alto. Sentí una sensación de alivio y de repente me encontré muy a gusto a pesar de la incomoda situación. Bella miró fijamente a Jasper, enarcó una ceja y emitió un gruñido por lo bajo. Entonces recordé lo que éste era capaz de hacer.
—Hola, Edward—me saludó Jasper. Mierda…huele genial…contrólate Jasper…contrólate… no puedes…no…Bella jamás te lo perdonaría. Pero…si tan solo…no, claro que no…Jasper se fuerte…se fuerte.
Mantuvo la distancia. Y yo me tense de inmediato al escuchar sus pensamientos.
—Esto… Hola, Jasper —le dije con timidez, y luego a los demás, antes de añadir como fórmula de cortesía—Me alegro de conoceros a todos... Y debo añadir que su casa es absolutamente magnifica.
—Muchas gracias —contestó alegremente Esme—. Estamos encantados de que hayas venido a visitarnos al fin, Bella habla tanto de ti. es mas nunca para de hacerlo.
—Esme por favor—dijo casi a gritos Bella avergonzada.
Me reí por lo bajo, Bella y todos los demás se dieron cuenta entonces ella escondió su cara entre mi pecho susurrándome algo que no logre entender. Caí en la cuenta de que no se veía por ninguna parte a Rosalie y a Emmett. Recordé entonces la negativa demasiado inocente de Bella cuando le pregunté si no les agradaba a todos.
Miré hacia otro lado, intentando ser amable y no escuchar ningún pensamiento, mis ojos vagaron de nuevo hacia el hermoso instrumento que había sobre la tarima al lado de la puerta. Súbitamente recordé una fantasía de mi niñez, según la cual, compraría un gran piano de cola a mi madre si alguna vez me tocaba la lotería. Mi madre no era una buena pianista pero me encantaba verla tocar. Se la veía feliz, absorta, entonces me parecía un ser nuevo y misterioso, alguien diferente a la persona a quien daba por hecho que conocía. Me hizo tomar clases, obviamente, con el pretexto de que yo debía ser alguien en la vida, y superarla a ella en todo. Y así lo hice. Me convertí en casi todo un profesional cuando tenía 14 años.
Esme se percató inmediatamente de mi atención y, señalando el piano con un movimiento de cabeza, me preguntó:
— ¿Tocas Edward?
Asentí con la cabeza.
—Si…no lo hago tan mal. Su piano es… Es tan hermoso... ¿Es suyo?
—No —se rió—.Es de Rosalie, pero ¿No te ha dicho Bella que amo la música?
—No —dije antes de mirarle y sonreírle—. A mí también me encanta la música.
Esme me devolvió la sonrisa.
—Bella sabe tocar el piano, ¿no? —le pregunte curiosamente.
Jasper se rió sin disimulo y Esme le dirigió una mirada de reprobación.
—Bella, cariño espero que no te hayas estado inventando atributos que no tienes —le riñó.
—No mucho…solo le he dicho que soy la persona más coordinada del mundo —Bella rió de buen grado, el rostro de Esme se suavizó al oírla.
—De hecho —rectifiqué—, Bella es muy modesta.
Jasper de nuevo rio sin disimulo a lo que Alice le dio un leve codazo.
—Bueno, Edward puedes tocar algo para nosotros, en esta casa nadie lo hace a excepción de Rosalie. —me animó Esme.
—Esme no creo que se lo apropiado —objetó Bella. —Ese piano es de Rosalie y ya sabes cómo se pone cuando tocamos sus cosas.
—Ah, vamos no creo que Rosalie se enoje demasiado Bella —le replicó. — ¿Te molestaría tocar algo para nosotros Edward?
— ¿Qué?... ah… no, a mi no me molestaría en lo absoluto —dije nerviosamente.
—Entonces hazlo.
Esme me guio hacia el piano y seguidamente Bella se acerco a ella y murmuraron algo que no pude captar.
Ambos nos sentamos en el hermoso silloncito. Dios este piano dejaba a mi piano como un pedazo inservible de madera. Era simplemente hermoso.
Mis dedos revolotearon rápidamente sobre las teclas de marfil, empecé a tocar algo que hacía una semana se me había ocurrido, la canción estaba inspirada en alguien con la cual había soñado noches atrás. Que extrañamente no era Bella. Bella quedo absolutamente sorprendida al verme tocar, yo solo me reí casi silenciosamente. *(N.T la canción que toca Edward está inspirada en Tears on Love de Yiruma)
Bella me miró con amor mientras yo seguía tocando. Le guiñe un ojo:
— ¿Le gusta? —dije nerviosamente mirando hacia donde se encontraba Esme.
—Es absolutamente hermosa…jamás he escuchado nada parecido. Es preciosa…— ¿Tú has escrito esto? —dijo Esme aun maravillada.
Asentí.
—Bueno si le gusta, entonces es para usted, se la dedico. —dije sonriéndole.
—Oh Edward, gracias…nadie había hecho esto por mi jamás. Ni siquiera Rosalie ha hecho esto por mi… me alegra mucho que Bella haya encontrado a este muchacho. Me hubiera gustado que mi pequeño hubiera sido como él y que hubiera tenido aquel precioso rostro
—Me alegra que le guste. —dije esto y continúe tocando, Bella aun me miraba silenciosamente. Alegre y feliz por el gesto que tuve con Esme.
Cerró los ojos al tiempo que sacudía la cabeza.
— ¿Qué ocurre Bells?
—Me siento extremadamente insignificante Edward.
Baje el ritmo de la música, se hizo más pausada hasta transformarse en algo más suave y, para la sorpresa Bella, distinguió la canción que le había tarareado.
—Tú inspiraste ésta mi amor —dije en voz baja.
Ella se quedo sin palabras, entonces me di cuenta de que había apoyado la cabeza en mi hombro. Sentí unas gotas frías mojándome la camisa. Bella estaba llorando.
—Les gustas—dijo entre sollozos—. Sobre todo a Esme y Alice.
Eché un fugaz vistazo a mis espaldas, pero la enorme estancia se había quedado vacía.
— ¿Adónde han ido todos?
—Para mi alivio Edward, nos han concedido un poco de intimidad.
Suspiré.
—Mira se que les gusto, pero Rosalie y Emmett... —dejé la frase sin concluir.
Bella torció el gesto.
—No te preocupes por Rose —insistió con su persuasiva mirada—. Ella cambiara de opinión.
— ¿Y Emmett?
—Bueno, opina que soy una lunática, pero no tienen ningún problema contigo. Está intentando hacer entrar en razón a Rosalie.
— ¿Cuál es el problema de Rosalie? No creo haberle hecho nada —inquirí. Lo sabía perfectamente hasta lo había escuchado en los propios pensamientos de Rosalie, ella me odiaba.
Bella suspiró profundamente.
—Rosalie es una malvada… por naturaleza… está molesta porqué tu sabes el secreto de lo que somos, y además está un poco celosa.
— ¿Celos? —pregunté totalmente perplejo.
Como era que Rosalie, la reina de la belleza, iba tener celos de un humano tan tonto y loco como yo.
—Eres humano y uno muy atractivo por cierto —Bella se encogió de hombros—. Rosalie desearía ser humana y además de eso ella es algo… bueno demasiado vanidosa…le molesta que tú seas más atractivo que ella.
—Que ridiculez —musité algo enfadado—. Cambiando de tema… Jasper... parece que tampoco soy de su agrado.
—En realidad, eso es culpa mía —me explicó—. Ya te dije que era el que hace menos tiempo que está probando nuestra forma de vida. Le previne o más bien le exigí que NO SE TE ACERCARA.
Recordé instantáneamente los pensamientos tétricos de Jasper. La sangre del cuerpo se me helo. Pero lo disimule muy bien.
— ¿Y Esme y Carlisle...? —continué rápidamente para evitar que se diera cuenta.
—Ellos son muy felices de verme feliz. De hecho, a Esme no le preocuparía que tuvieras una apariencia repulsiva o que fueras deforme. Ella es la que ha estado más preocupada por mi ya que estaba demasiado solitaria y deprimida, según ella. Ahora es todo lo contrario. Se muere, literalmente, de la alegría cada vez que te abrazo.
—Alice… ¿siempre es así?
—Si… bueno Alice es genial pero a veces es… —murmuró con los labios repentinamente contraídos.
—Si lo he notado.
Se produjo un momento de comunicación sin palabras entre nosotros. Entonces mi mente me atosigo con una pregunta… ¿Qué era lo que Esme le había susurrado a Bella?
— Oye Bells ¿Qué te susurro Esme hace rato?
Se puso nerviosa.
—Te has dado cuenta, eres inteligente.
—Bueno eso ya lo sé. ¿Me vas a decir que te dijo?
Me miró con gesto pensativo durante unos segundos antes de responder.
—Quería informarme de ciertas noticias... aunque no sé aun si debo compartirlo contigo. Aunque sé que debo hacerlo.
—Hazlo, por favor. —dije usando todo el “poder” de mi mirada. Funcionó.
—Bueno…ahí va…durante los próximos días, tal vez semanas o que se yo, voy a estar pegada a ti como una garrapata. No quiero que pienses que soy una novia acosadora o demasiado asfixiante.
— ¿Qué sucede?
—En realidad nada. Alice acaba de «ver» que pronto vamos a tener visita.
— Ah, eso es bueno ¿no?
Meneo la cabeza y rio por lo bajo.
—Un beso por tus pensamientos—dije riéndome.
— ¡Es que ni siquiera tienes sentido de la supervivencia Edward! —murmuró—. Nada te asusta.
Dejé pasar el comentario y aparté la vista para que mis ojos recorrieran de nuevo la espaciosa estancia. Ella siguió la dirección de mi mirada.
—No esperabas esto, ¿verdad? —inquirió muy presuntuosamente.
—En realidad no —admití.
—No hay ataúdes ni cráneos apilados en los rincones. Ni siquiera creo que tengamos telarañas... ¡esto sí que debe ser decepcionante para ti! —prosiguió
Me reí de su broma.
—Esto es hermoso.
—Es el único lugar que tenemos para ser nosotros mismos.
Yo seguí tocando su canción hasta que tuve que hacerla llegar a su fin…mis dedos me dolían.
—Gracias —susurro contra mi hombro. Voltee mi rostro nuevamente para verla.
Entonces me di cuenta de que tenía los ojos anegados en lágrimas. Entonces un loco impulso me lleno, bese sus ojos y limpie sus lágrimas con mis mejillas. Entonces atrape una de sus lágrimas con mi dedo índice y sin pensarlo me la lleve a la boca. Ella me miro seductoramente y se mordió el labio inferior.
—Rico—dije sonriéndole. Y era enserio, sus lagrimas no eran las comunes lagrimas saladas, sus lagrimas sabían genial. Ella se ruborizo y me dijo:
— ¿Quieres ver el resto de la casa?
— ¿Nada de ataúdes? Prométemelo—me quise asegurar.
El sarcasmo de mi voz la hizo reír. Me tomó de la mano y me alejó del piano.
—Nada de ataúdes —me prometió.
Acaricié la suave y lisa barandilla con la mano mientras subíamos por la imponente escalera. En lo alto de la misma había un gran vestíbulo de paredes revestidas con paneles de madera color miel, el mismo que las tablas del suelo.
—La habitación algo desordenada de Rosalie y Emmett... El despacho de Carlisle, impecable obviamente. .. —Decía y hacía gestos con la mano conforme íbamos pasando delante de las puertas—. La habitación de Alice... creo que si hiciéramos un avaluó esta habitación sería la más cara.
—Si ya lo veo. — No sabía mucho de marcas, pero en si había visto a mi madre ahorrar durante casi un año completo para comprarse unas botas…creo la marca era Manolo Blahnik. Alice tenía cosas de esa marca a montones, cajas y cajas por toda su habitación.
—Es una Shopaholic de lo peor.
—Y eso que es señale apuntando a el ornamento que pendía del muro por encima de mi cabeza.
—Cosas de Carlisle. —me dijo mirando hacia aquel objeto.
—Me lo contaras luego ¿no? —dije mirándola profundamente hacia los ojos.
—Te lo prometo Edward—dijo acariciándome el rostro con sus suaves manos—es mas si quieres, el mismo no lo puedes contar.
—Esto…me da algo de pena…
—Vamos, amor tu eres Edward “el que no le tiene miedo a nada” Masen. —dijo susurrando en mi oído. Temblé al escuchar la palabra >amor<>

N.T. Espero que les haya gustado. Bueno el siguiente capi esperamos subirselos prontito chicas!!! espero que nos tengan paciencia ya que Ingrid esta en examenes y yo pues voy a estarlo:(
Me alegra saber que tenemos tantas seguidoras!! y tantas amigas que nos siguen por el c-box.
Chicas el capi que sigue es el de Carlisle...que dicen lo suprimimos o no?
Ahi me dejan sus sugerencias en el c-box...aunque yo creo que deberimos hacerlo, ya que hay partes muy importantes. Ya ustedes me dicen.

jueves, 22 de octubre de 2009

AL FIN UN NUEVO CAPITULO!!!

Capitulo #15
Los Cullen
PRIMERA PARTE!!!


La luz de otro día nublado me despertó estaba algo confundido, el recuerdo de el mejor sueño que había tenido en mi vida se estaba abriendo paso en mi mente, entonces de repente lo sucedido el día anterior vino a mi cabeza.
-¡Oh!
Me senté en la cama muy rápido porque la cabeza me dio vueltas un poco.
-aunque tu pelo se esponje se sigue viendo lindo, me gusta.
Esa voz tan dulce procedía desde la mecedora de la esquina.
-¡Bella te has quedado!- rápidamente salí corriendo hacia ella y con mucho cuidado la cargue y le di una vuelta en la habitación como si fuera una niña pequeña, Bella no era una pluma y yo tampoco un levantador de pesas fue por eso que le di solo una vuelta y lo volví a dejar en el piso después me vino a la mente lo que había hecho ¡demonios! Pensé. Pose mi mirada en ella para ver su rostro furioso por mi desenfrenado entusiasmo pero mi sorpresa fue que se estaba riendo.
-Claro que si- dio aun riendo y complacida por mi reacción, se recargo en mi pecho y yo puse mi cabeza sobre su pelo que olía hermoso.
-estaba seguro de que habías sido un sueño- le dije separándome un poco de ella.
-¿un sueño? Más bien sería pesadilla ¿no?- y rió un poco. Deje pasar ese comentario porque había otra cosa más que me preocupaba. Lo pensé durante unos segundos y al final me di cuenta de que era.
-¡CHARLIE!- casi grite lo que hizo que ella se separa de mí, ella comenzó a reír de nuevo por mi reacción.
-se fue hace una hora... después de conectar los cables de tu auto debo añadir que eso es lo único que se le ocurre a tu padre para mantenerte aquí… que decepción-
Me puse a meditar un rato quería regresar a abrazarla de nuevo pero temía tener mal aliento. Después de todo seguía siendo un Humano.
-no sueles estar tan confundido cuando despiertas- advirtió.
-bueno necesito un minuto humano- admití.
-está bien… esperare, pero no tardes- dijo con una sonrisa picara.
Me precipité hacia el baño sin reconocer mis emociones. No me conocía a mí mismo, ni por dentro ni por fuera. El rostro del espejo, con los ojos demasiado brillantes y unas manchas rojizas de fiebre en los pómulos, era prácticamente el de un desconocido. Después de cepillarme los dientes, me esforcé por tratar de domesticar un poco a mí revuelto cabello, obviamente no pude. Caso perdido, pensé Me eché agua fría sobre el rostro e intenté respirar con normalidad sin éxito evidente. Regresé a mi cuarto casi a la carrera.
Parecía un milagro que siguiera ahí, esperándome con los brazos tendidos para mí. Extendió la mano y mi corazón palpitó con inseguridad.
-Hola otra vez. -Dijo con una hermosa sonrisa en su rostro. Esta chica me traía loco.
La tome en brazos y hundí mi cara en sus cabellos olía delicioso, baje la vista un poco y con eso me percate de que llevaba puesta otra blusa. Una morada para ser más exacto.
-te fuiste- le acuse mientras señalaba su blusa nueva.
-bueno difícilmente podría salir con la misma rosa no crees que dirían los vecinos- dijo con una gran sonrisa en el rostro.
Hice un mohín.
-bueno no me he perdido de nada, déjame decirte que comenzaste a hablar muy rápido- dijo riendo, supongo era para molestarme.
-ha sí y que dije.- le pregunte con indiferencia mientras la seguía abrazando.
-bueno dijiste…que me querías.- dijo con un poco de rubor en sus mejillas.
-eso ya lo sabías.- le conteste sin nada de vergüenza.
-aun así es lindo oírlo- contesto mas ruborizada.
-TE QUIERO- le dije mientras la apretaba mas a mi pecho y le daba un beso en el pelo.
-Ahora tú eres mi vida- se limito a contestarme.
No había nada más que decir por el momento. Nos mecimos de un lado a otro mientras se iba iluminando el dormitorio.
-bueno creo que es hora de desayunar le dije, lo que provoco que ella hiciera una mueca, lo que provoco que yo me riera un poco.
-Oye, no te ofendas pero es que tu comida o la comida de ustedes los humanos no sabe nada bien, mejor yo espero hasta comer unos buenos pumas ¿te parece?- dijo algo avergonzada. Yo me reí.
-Como gustes- le respondí.
Caminamos escaleras abajo tomadas de la mano tenía miedo de que con la torpeza de mi novia se cayera de las escaleras y se lastimara aunque… era muy improbable que eso pasara. Yo ya estaba allí, bien dispuesto a ayudarla y protegerla con mi vida si fuera necesario.
Cuando llegamos a la cocina ella se sentó en una silla junto a la mesa mientras yo revisaba donde se encontraba la leche y el cereal, mientras me movía sentía sus ojos encima.
Me senté y le observé mientras comía. Bella me contemplaba fijamente, estudiando cada uno de mis movimientos, por lo que me sentí cohibido. Me aclaré la garganta para hablar y distraerle.
— ¿Qué planes tenemos para hoy?
—Eh... —dijo ella dubitativamente—. ¿Qué te parecería conocer a mi familia?
Tragué saliva y casi me atraganto con los cereales.
— ¿Ahora tienes miedo?
Parecía esperanzada.
—Sí —admití, pero cómo negarlo si lo podía advertir en mis ojos.
—No te preocupes —esbozó una sonrisa de suficiencia—. Té protegeré.
—No me dan miedo ellos—me expliqué relajadamente—, sino a que no les caiga bien. ¿No les irá a sorprender que lleves a tu casa a alguien, bueno, a alguien como yo?
—Oh, están al corriente de todo. Ayer cruzaron apuestas, ya sabes —sonrió, pero su voz era severa—, sobre si te traería de vuelta, aunque no consigo imaginar la razón por la que alguien apostaría contra Alice. De todos modos, no tenemos secretos en la familia. No con el poder de Alice.
-Ni con Jasper haciéndote sentir todo ese cariño que hasta te mataría.- complete con un resoplido.- ¿Entonces Alice me vio regresar?- pregunte no dándole mucha importancia.
-Algo por el estilo.- comentó con incomodidad mientras se daba la vuelta para que no le pudiera ver los ojos. La miré con curiosidad.
-Bella… ¿Por qué lo dices en ese tono?
-Es que Alice ya no podrá verte nunca más, bueno no mientras estés conmigo.
-¿Y eso?-pregunté muy extrañado.
-Lo que pasa es que Alice solo ve a Vampiros y a Humanos…no a híbridos.
-Hey…yo no soy un hibrido-dije enarcando una ceja-¿Por qué Alice ya no puede verme?
-Por que decidiste estar conmigo…es como si me hubieras mezclado tu destino junto al mío y fuéramos una sola persona ¿entiendes? Es algo complicado.
-Ummm ya veo…genial, así tendré mas privacidad. -Dije riéndome y volviendo a meter una cucharada de cereal en mi boca.
— ¿Tiene buen sabor? —preguntó al volverse de repente y contemplar mi desayuno con un gesto burlón—. Es que no consumo mucha comida humana, al menos no con frecuencia.
—Bueno, esta rico, no es un puma, pero sabe bien... —murmuré.
Permaneció sentada en la silla mirándome y pensando.
—Creo que también tú deberías presentarme a tu padre.
—Ummm bueno…el ya te conoce. —le recordé.
—Como tu novia, tonto.
Le miré con gesto de sospecha.
— ¿Por qué? Ayer que quise hacerlo tú te negaste.
— ¿Qué es que acaso una chica no puede cambiar de opinión? —preguntó inocentemente pestañeando.
—Aquel cambio de opinión de llama ¿Jessica Stanley? —dije sarcásticamente. Mi historial de novias estaba limpio, así que no sabía ninguna de las normas o reglas, mi madre era celosa así que no me dejaba preguntar acerca del tema—. Ya te dije…que soy tuyo…no necesitamos formalizar si es que no quieres.
Su sonrisa fue paciente.
—Pero Edward…es que yo si quiero formalizar.
Me puse a jugar con los cereales del plato.
—Entonces…
— ¿Vas a decirle a Charlie que soy tu novia o no? —quiso saber algo enfadada por mi repentino silencio y nerviosismo.
— ¿Eres mi novia?
De repente me puse tenso…no es que a Charlie, mi padre, le cayeran mal los Cullen…nada que ver. Lo malo era que el ya había fichado a otra chica para mí y al no elegir yo a Jessica el seguro desquitaría su frustración con Bella. ¿Quién era Charlie para elegirme novia? Yo era el que debía tomar aquéllas decisiones.
—Si tú no quieres ser mi novio…no importa. —al decir esto ella bajo la cabeza y oí un suspiro.
—De hecho, —dije avergonzado— tengo la impresión de que somos algo más que unos simples novios—dedicándole la sonrisa que ella le encantaba.
— ¿Piensas decirle todos los detalles morbosos? —me estire sobre la mesa y le alce el mentón y le di un beso en la frente—. Pero tendremos que inventar que tenemos demasiados trabajos escolares porque si no tu padre me impondrá una orden de alejamiento.
— ¿Qué vas a venir seguido? —pregunté sonriendo—. ¿De veras vas a estar aquí?
—Hasta el día que tú me pidas que me vaya y ya no me quieras nunca más en tu vida —me aseguró imitando un rostro triste.
—Bella, amor…te querré conmigo siempre —le avisé rozando suavemente sus labios con la yemas de mis dedos—. Para siempre.
Ella se levanto de la silla, camino hacía donde yo estaba sentado, se sentó en mis piernas me abrazo y escondió su rostro en mi cuello. La oí sollozar.
— Cariño… ¿Eso te entristece?
No contestó mas alzo la vista y me miro a los ojos por un buen tiempo. Emitió un bajo suspiro y finalmente dijo:
— ¿Has terminado ya de desayunar?
Asentí levemente y me levante de la silla con ella aun en mis brazos.
—Sí.
—Ya bájame, y vete a vestir... Te esperaré aquí.
La baje y me dirigí obedientemente hacia mi habitación. Y de repente oí otro sollozo pero no me atreví a voltearme. Si lo hacía no me atrevería a marcharme de su lado.
Resultó muy fácil decidir que ponerme, escogí entre la ropa más decente que tenia. Aunque dudaba que hubiera libros de etiqueta en los que se detallara cómo vestirte cuando tu novia vampiro te lleva a su casa para que conozcas a su familia vampiro. Terminé poniéndome mi único pantalón de vestir caqui, pero aun así informal. Me vestí con el polo color azul oscuro que Charlie me había regalado para navidad. Un rápido vistazo en el espejo me convenció de que mi cabello era una causa perdida, por lo que ni siquiera lo toqué.
—Ok —bajé a saltos las escaleras—. ¿Cómo me veo?
Ella me miro durante un buen rato y francamente no pude distinguir qué clase de mirada era aquella. Unos segundos después ella salto el escalón que nos separaba y se acerco peligrosamente hacia mí.
—Bueno —me murmuró al oído—. Voy a pasar un mal día hoy definitivamente. Suerte que solo vamos a mi casa.
— ¿Vas a pasar un mal día? ¿Tan mal me veo? Puedo cambiar...
Ella se acerco hacia mi garganta y suspiro.
—Todo lo contrario...
Presionó con suavidad sus labios en mi garganta.
— ¿Debo explicártelo?
Sus dedos descendieron lentamente por mi espalda y su aliento rozó con más fuerza mi piel. Mis manos hacían lo mismo en la espalda de ella solo que las mías actuaban con nerviosismo. Inclinó la cabeza lentamente pidiéndome un beso y yo se lo di. Nuestros labios se rozaron suavemente para luego ser convertirse en el beso apasionado de la anterior vez. Ella me estrecho con fuerza y yo hice lo mismo, ella enredo sus manos en mis cabellos. Mi cuerpo me volvió a pedir aire.
Entonces mis pulmones sufrieron un nuevo colapso. Y me desvanecí en sus brazos.
— ¡¿Edward?! —grito alarmada mientras me sostenía suavemente.
—Los siento ha sido me culpa... —me disculpe.
— ¿Qué voy a hacer contigo? —Gimió con desesperación cargándome hasta la sala—. Me sentía ridículo. Una chica estaba cargándome. Trágame tierra.
Me reí débilmente, ante mis propios pensamientos.
—No te rías.
Suspiro ella enfadada recostándome en el sillón.
—Te pido mil disculpas Bella…no sé realmente que me ha pasado —mentí —. No sabes la vergüenza que ciento en estos momentos. —en ese momento me cubrí la cara con mis manos. Pero para nada era por vergüenza, eso ya había pasado…me la cubría porque estaba punto de tira una risotada por lo estúpido de la situación. ¿Dónde se ha visto que una chica cargue a un chico?
— ¿Estás mareado? —preguntó aun enfadada.
—No… o bueno creo que ya no —agité la cabeza aun con mis manos en mi cara—. Creo que me falto el aire.
—Te abrase muy fuerte. —dijo ella tratando de quitar mis manos de mi rostro.
—Eso parece —dije y me reí con gusto—. Vamos… Tu familia va a pensar que estoy loco de todos modos, así que... mejor acelerar las cosas no te parece.
Evaluó mi expresión durante unos instantes.
—Contestando a tu pregunta de hace rato… luces demasiado bien con esa ropa —comentó inesperadamente. Desvié la mirada.
—Eh, Bella mira no es por apresurarte ni nada de eso pero ya debemos irnos ¿no crees? Esta situación esta matándome de los nervios.
—A ti no te preocupa dirigirte al encuentro de una casa llena de vampiros, lo que te preocupa es conseguir su aprobación, ¿me equivoco?
—No, no te equivocas —contesté tranquilamente.
Ella sacudió la cabeza.
—Eres increíble Edward…absolutamente increíble.
—Ah y te informo que yo conduzco hoy.
—No sabes donde vivo. —dijo ella sonriéndome.
—Entonces serás mi mapa Bella.
(N.T. CHICAS LA PARTE QUE SIGUE ES ALGO REPETITIVA...ES LA HISTORIA DE CARLISLE...¿QUIEREN QUE LA SUPRIMA Y AUMENTEMOS COSAS NUEVAS? POR QUE LA HISTORIA DE CARLISLE SE LA DEBEN SABER DE MEMORIA NO?? JEJEJE!! AHI ME AVISAN EN EL C-BOX)

sábado, 17 de octubre de 2009

SIGAN ADELANTE CHICAS!!


COMO YA HABRAN SABIDO, NUESTRAS AMIGAS DE ROBWARD & KRISELLA, EL PORTAL MAS ROBSTEN DE LA RED, HAN SIDO HACKEADAS, POR BUENO...POR PERSONAS MALINTENCIONADAS Y ESTUPIDAS...

QUE ACASO ESAS PERSONAS NO SABEN LO DIFICIL QUE ES MANTENER UN BLOG??!!
LA COSA, ES QUE NUESTRAS AMIGAS NO SE DIERON POR VENCIDAS Y YA CREARON UN NUEVO BLOG!!

SOLO DEN UN CLIK EN LA IMAGEN!!
SI EL LINK DE LA IMAGEN NO FUNCIONA, DEN CLICK AQUI!!!

CHICAS DE ROBWARD & KRISELLA LES MANDAMOS NUESTROS MAS SINCEROS SALUDOS Y SOLO QUEREMOS DECIRLE QUE SIGAN ADELANTE!!!

Y ARRIBA CON EL ROBSTEN!!!
Y GO TEAM EDWARD!!!
ATTE:
Rose & Ingrid

lunes, 12 de octubre de 2009

La parte que faltaba.

Parte #2!!!
Capitulo #14
Mente vs Cuerpo

—Oh…Bueno yo pensé…pero da igual…pregúntame lo que quieras.
En mi mente busque la pregunta mas importante que quería hacerle, pero no la podía encontrar, todas eran importantes. Hasta que se me ocurrió una muy interesante…
— Oye… ¿Cómo es que lo haces? Digo, si yo fuera tu, ya me hubiera rendido pero tu pareces muy tranquila con todo este asunto, no me malinterpretes te lo ruego…pero es que aun no comprendo como es que lo haces.
Esperó unos instantes antes de responderme:
—Buena pregunta, y tengo que añadir que no eres el primero en hacerlo. La mayoría de nuestra especie, lo siento, me corrijo…la mayoría de la especie de mi familia, está bastante satisfecha con su vida, si es que se le puede llamar así...Ellos los creen raros por la forma en la que eligieron vivir, incluyéndome a mi. Ellos creen que soy la mas rara de todos ellos, y bueno es que tal vez nosotros nos abstenemos para tener toda la escencia humana que podamos…y bueno, ser normales en su mundo.
Me quede quieto y pensativo, yo sabia muy bien lo que me quería decir, ellos, la familia vampiresca de mi novia y hasta ella misma…intentaban ser humanos. Ser normales en este mundo que a la vez no tenia nada de normal.
— ¿Te has dormido? —dijo ella algo enfadada.
—No, claro que no.
— ¿Y eso es todo lo que me querías preguntar?
—En realidad, no.
— ¿Qué más deseas saber pequeño curioso?
— ¿Cómo es que tienes aquel don? ¿Solo tú lo tienes? ¿Y como rayos es que Alice ve el futuro? ¿Por qué sucede?
En la penumbra, vi como sonreía.
—En realidad, lo ignoro y no es que me importe mucho. Carlisle tiene una teoría. Cree que todos traemos algunos de nuestros rasgos humanos más fuertes a la siguiente vida, donde se ven intensificados, como nuestras mentes o nuestros sentidos. El sabe que yo tuve una enorme necesidad de auto protegerme desde que naci, y desde entonces el cree que yo me encierro en un escudo protector por el miedo que siento de atacar a las personas, ridículo…lo se… y que Alice tuvo el don de la precognición, donde quiera que estuviese.
— ¿Qué es lo que se trajo él a la siguiente vida? ¿Y los demás?
—Carlisle trajo su compasión, por así decirlo y Esme, la capacidad para amar a todos con tanta pasión, es como si realmente fuera nuestra madre. Emmett trajo su súper fuerza, y Rosalie la... constancia, o mejor dicho la arrogancia y maldad, si así lo prefieres —se rió a gusto —. Jasper es muy interesante. Fue bastante carismático en su primera vida, capaz de influir en todos cuantos tenía alrededor para que vieran las cosas a su manera. Ahora es capaz de manipular las emociones de cuantos le rodean para apaciguar una habitación de gente airada, por ejemplo, o a la inversa, exaltar a una multitud aletargada. Es un don muy sutil y bastante irritante a veces.
Empecé a entender lo todo, estas personas era grandiosas en sus vidas humanas, también tenían habilidades especiales cuando fueron humanos, ósea que yo no era tan raro después de todo. Aguardó pacientemente mientras yo pensaba.
— Así que todo paso por alguna razón ¿no? Me pregunto algo…si Carlisle cambio a Esme, Rosalie y Emmett... ¿Quién lo cambio a el?
—No lo se exactamente, veras…supongo que de alguien, ese es un tema que me aburre completamente. Tendrás que preguntárselo tú.
—A ver si lo he entendido... ¿Yo? Edward Masen, preguntarle a Carlisle Cullen, tu padre, ¿Quién lo convirtió? —el pánico por verme en aquella penosa y vergonzosa situación hizo que la sangre de mis venas se helase.
—Eres súper inteligente.
Bella se echó a reír. Sentí unas frías manos rozándome la garganta y subir por la línea de mi mandíbula hasta quedarse enredadas en mis cabellos. A Bella le encantaba portarse mal, de eso ya me estaba dando cuenta.
— ¿Estás preparado para dormir o tienes alguna pregunta más? —inquirió algo avergonzada como si hubiera adivinado mi pensamiento.
—Tengo unas cuantas miles más.
—Edward…tenemos mañana, y pasado, y pasado mañana... —me recordó.
— ¿Cómo es que puedo estar tan seguro? —quise asegurarme—. Después de todo, no existes…eres un mito.
—No te voy a dejar nunca, no podemos estar separados nunca más —su voz dulce se endureció un poco y sus labios fríos se posaron en mi garganta.
—Entonces, solo una mas por esta noche...
Me puse rojo de la vergüenza, la pregunta que le haría no era de las fáciles, y de solo pensarla mi cuerpo se estremecía. Ella comenzó a notar mi nerviosismo.
— ¿Cuál?
—No…nada, olvídalo. He cambiado de idea.
—Edward…tú puedes preguntarme lo que quieras.
Me quede súbitamente callado, ella suspiro tristemente.
—Edward, sabes que en estos instantes desearía canjear mi don, solo parta poder leerte la mente y saber lo que realmente pasa por tu cabeza en estos instantes.
—No sabes lo que me alegra que no puedas hacerlo, ya es un poco perturbarte que estés espiando mis sueños, aunque no me moleste en lo absoluto.
—Edward…por favor.
El tono de su voz se volvió súbitamente dulce, la necesidad de complacerla en todo lo que ella me pidiese me embargo por completo. Negué con la cabeza. Necesitaba ser más fuerte que aquel extraño sentimiento.
—Edward, si no me lo dices, voy a asumir que es porque quieres terminar conmigo, o es algo mucho peor que eso —me amenazó sombríamente—. Por favor —repitió con voz suplicante, aunque aquello me pareció mas una orden que una suplica.
—Bueno... —empecé, sintiéndome derrotado, el sentimiento pudo mas que mi voluntad. De lo único que me alegre fue de ser mucho mas alto que ella, así que ella no podía ver mi rostro que ahora era un foco resplandeciente de luz roja.
— ¿Sí? —dijo ella feliz. Mujeres, siempre son asi cuando les das lo que ellas quieren.
—Tu me dijiste que Rosalie y Emmett van a casarse pronto... ¿Es ese matrimonio igual que para los humanos?
Ahora, al comprenderlo su cuerpo se tenso y por unos instantes la sentí caliente bajo mis brazos. Juraría que estaba roja también.
— ¿Era eso lo que querías preguntar?
—Si—dije fingiendo tranquilidad.
—Mira no se como responderte…odio cuando mis hermanas me hablan de aquello, pero bueno supongo que debe ser lo mismo. Ya sabes que aquellos deseos humanos están allí…escondidos.
—Bahh, así que eso era todo —dije riéndome.
— ¿Había alguna intención detrás de esa curiosidad?
—No claro que no…no soy ningún pervertido. —dije riéndome y acariciando su fría mano que aun acariciaba mis cabellos. Me reí por lo bajo al ver que ella cerraba los ojos y se mordía el labio inferior antes mis caricias.
Ella se rio conmigo y de repente su cuerpo se tenso.
—Bueno, no creas que yo también me he preguntado si algún día tu…si algún… día tu y yo…
Mi cuerpo se tenso inmediatamente ante sus palabras. Ella se dio cuenta inmediatamente e intento excusarse de sus palabras.
—Bueno aunque no creo que sea posible, claro que no…jeje…olvida lo que te dije.
—Bella, shhhh. —trate de calmarla ya que el tono se su voz subía cada vez mas, y aquello no me ayudaría con Charlie.
—Lo siento…en serio que lo lamento.
— Lo dijiste… ¿Porque sería demasiado arduo para ti? —intente remediar aquella vergonzosa situación y al parecer dio resultado.
—Si, eso dalo por hecho…—su voz se había convertido en un suave murmullo. —Aunque… bueno, no se…tal vez perdería el control Edward, y verte muerto seria como matarme yo misma. Prefiero…
Bueno, no entendí su punto, pero sus palabras me parecieron muy dulces, confusas…pero dulces al fin.
— ¿Estás asustada? —preguntó.
—¿Por qué habría de estarlo?
—Estoy hablado en serio…
—Bella. Estoy bien.
Pareció pensativa durante un momento. Y entonces se rio por lo bajo.
—Bueno, ahora soy yo la que tiene curiosidad—dijo con voz más suelta—. Edward…tu…tu nunca has hecho… —dejó la frase sin concluir de modo insinuante. Sabia que quería desquitarse por el momento incomodo que había pasado hace rato.
—No, se a lo que te refieres, y la respuesta es no…¿Y tu?
—Noo. ¡¡Claro que no!! —casi gritó—. Ya te he dicho que nunca antes he sentido esto por nadie, ni siquiera de cerca.
—Lo sé. Pero bueno a veces el deseo y el amor no caminan juntos, deberías saber eso Bella…—una furia intensa se apodero en mi pecho imaginándome a Bella en los brazos de otro que no era yo.
—Para mí, sí. Al menos ahora que ambos existen para mí —musito abrazándome con fuerza.
—Eso está bien. Al menos tenemos algo en común—dije complacido y aliviado a la vez. Ella se mordió el labio nuevamente, ya me estaba acostumbrando a eso, cada vez que ella lo hacia había una pregunta maliciosa en camino.
—Tus instintos humanos... —comenzó. Espere a ver que se le ocurría preguntar ahora—. Bueno, ¿me encuentras atractiva en ese sentido?
Me echó a reír y deposite un beso en sus cabellos. Olían a Fresia.
—Soy un hombre, Bella, y obviamente te encuentro atractiva, tal vez demasiado —le asegure.
Bostecé involuntariamente. El maldito sueño me estaba comenzando a ganar.
—Yo también me encuentro agotada Edward, creo que deberíamos dormir —insistió ella bostezando también.
—No creo que pueda. Tu presencia aquí me lo impide.
— ¿Quieres que me marche? —dijo ella tristemente.
— ¡No! Bella, eso jamás. —dije con voz demasiado fuerte.
Rió, y entonces se acomodo en mi pecho expiro un poco y yo comencé a tararear otra vez la canción que la había compuesto.
Más cansado de lo que creí, y más exhausto de lo que me había sentido nunca después de un largo día de tensión emocional y mental, comencé a cerrar mis ojos, no sin antes desearle buenas noches a la mujer de mi vida.
—Buenas noches Bells. —aun cansado como estaba, le busque un apodo. De seguro y la había molestado ya que ella emitió un gruñido bajo.
—Buenas noches “Eddie” —dijo ella riéndose por lo bajo y alzándose un poco me fue dejándome un tierno beso en los labios. Aquella noche fue la mejor noche, la mejor de todas las noches de mi vida. Me entregue al sueño más placentero y calmado de toda mí vida, un sueño con aroma a Fresia y lavanda. Antes de quedarme completamente dormido creí escuchar de sus labios una frase…Te quiero mas que a mi vida, duerme amor, duerme. Aunque creo que solo imagine aquello.

martes, 6 de octubre de 2009

Gano Amanecer!


No se si se acuerdan que habia una encuesta aqui antes sobre, ¿Cual es tu libro favorito de toda la saga?
Pues...ya se cerró la encuesta y gano Amanecer!!
Yeah, estoy feliz, porque tambien es mi libro favorito.
Espero que en futuro Stephanie Meyer decida aunque sea, darnos un libro mas. Me encantria que eso sucediera!!

Chicas acabo de ver que se andaban peleeando en el c-box no?? No estoy enojada, el c-box es para que ustedes nos den su opinion y todo eso.

Pero porfavor, algo mas de respeto...si no les gusta la historia pues, simplemente, no nos visiten y ya!!
Monique, Tanya.
Gracias por apoyarnos!! las queremos mucho!!
Feleicidades a las que votaron por Amanecer (Breaking Dawn)!!
Les dejare unas imagenes herchas por fans!!

XOXO.
Atte:
Ingrid & Rose.

domingo, 4 de octubre de 2009

CAPITULO #14 "Mente vs Cuerpo"

CAPITULO #14
PRIMERA PARTE!!

Tengo que admitir que Bella conducía bien cuando iba a una velocidad digamos…razonable. Como tantas otras cosas, la conducción no parecía requerirle ningún esfuerzo. Conducía mejor de lo que pensaba, aunque en mi interior me sentía algo mal…yo debería estar conduciendo, no ella. Pero lo mejor era hacerme el desentendido.
Mientras ella conducía yo le tome de la mano desocupada, ella me miro y sonrió dulcemente, rayos, el mundo era una lugar mejor cuando ella sonreía. Mientras estábamos así, ella separo nuestras manos unos instantes.
Había cambiado el dial de la radio para sintonizar una emisora de viejos éxitos y cantaba una canción que por cierto me encantaba. Lo que más me sorprendió es que ella se sabía la letra entera. Y yo que creía que era el único adolescente con gustos raros para la música. Al parecer ya éramos dos.
— Vaya, vaya ¿Te gusta la música de los cincuenta?
Ella se sonrojo y miró hacia delante. Dejo pasar unos segundos para luego responderme:
— Claro que sí. En los cincuenta, la música era genial, fue mucho mejor que la de los setenta, y los setenta... no me hagas ni recordarlos ¡Asco!—se estremeció—. Los ochenta no estaban tan mal.
— Al parecer eras admiradora de Jerry Lee Lewis ¿no?
— No está mal....en realidad soy su fan numero 1. Te debo parecer toda una vieja.
— No, claro que no…—Vacile un poco jugueteando con sus dedos blancos —A mí me gusta la música de los cincuenta y bueno…también soy “fan” de él. Entonces yo también debo ser viejo.
— Si…claro—dijo ella rodando los ojos—. Edward, luces como un niño de dieciséis años.
Me reí ante aquel comentario, en parte lo hice para ocultar mi enojo. ¿Ella me veía como un niño? Eso sí que no me gusto para nada.
— si eso es lo que dices… y bueno… tú ¿Vas a decirme alguna vez cuántos años tienes? —pregunté sin querer ofenderla, porque según mi madre “A las mujeres no se les pregunta la edad”.
— ¿Tanto te interesa saberlo?
Para mi gran alivio, su sonrisa se mantuvo tan clara y dulce como antes.
—Claro que no, pero me da curiosidad... —hice una mueca—. Sabes algo…pensar en aquello me mantiene en vela todas las noches.
—Tal vez me creas una vieja que pervierte menores... —comentó para sí.
—Jajá…eso no lo creo.
—Bueno…pero puede que te perturbe.
Fijó la mirada en el sol, pasaron los minutos y al final dije:
—Entonces ponme a prueba, Bella.
Suspiró. Luego me miró a los ojos, olvidándose al parecer, y por completo, del camino durante un buen rato. Luego sacudió la cabeza, como si estuviera aclarando sus ideas. Clavó la vista en el sol nuevamente—Su mirada ahora denotaba tristeza, al parecer recordarlo no le traía buenos recuerdos— y comenzó a hablar.
—Veras, nací en Chicago en 1871 —hizo una pausa y me miró por el rabillo del ojo. Seguramente ella esperaba ver mi cara sorprendida ante su confesión, pero no, yo estaba esperando el resto de la historia con paciencia. Esbozó una leve sonrisa y prosiguió—: Carlisle fue el que me cuido desde que…bueno desde que nací.
Me oyó suspirar por lo bajo. Volvió a mirar mis ojos.
—Me acuerdo muy bien, veras es algo que intente olvidar, pero lamentablemente no puedo —se sumió en sus propios pensamientos, luego volvió a comenzar—. Recuerdo aquel día a la perfección, recuerdo cuando Carlisle me salvo…si no hubiera sido por él quien sabe que sería de mi…además Chicago enfrentaba unos de los peores sucesos de la historia, luego de la gripe española, un incendio que prácticamente la dejo en ruinas.
— ¿Y tus padres? ¿Acaso te abandonaron? ¿De qué incendio me hablas?
Sin notarlo mi voz denoto la furia que sentía. Odiaba que le hubieran hecho daño a Bella, aunque aquello hubiera ocurrido hacia más de un siglo.
—Mi padre seguramente abandonó a mi madre, y bueno ella…ella murió cuando yo nací. Estaba sola. Por eso Carlisle decidió quedarse conmigo. No tenía otra opción.
— ¿Quedarse? ¿No tenía otra opción?
Transcurrieron varios segundos antes de que respondiera.
—Veras, el no tenia opción, yo iba acabar con todo y con todos. En Chicago del 8 de octubre de 1871 hubo un incendio atroz…solo empezó con un simple establo, luego avanzo y empezó a devorar todo. Yo era solo un bebe que estaba… sediento. La persona que cuido de mi madre hasta que yo nací desapareció y Carlisle se apiado de mí, pero yo no lo merecía. Era muy pequeña así que Carlisle siempre dice que yo no sabía lo que hacía.
Estaba sumergido ante su historia, pero una parte de mi se pregunto ¿que acaso los vampiros podían crecer? Ósea ser bebés y luego crecer y todo eso. Ella se dio cuenta.
—Si lo que piensas es que como puedo haber sido pequeña y eso, te explico nuevamente…no soy un vampiro. Pero rayos que crecí demasiado en un año.
— ¿Qué quieres decir?
—Veras, mi crecimiento fue acelerado, es como si de tener unas semanas de nacida luciera como alguien de cuatro o cinco meses. Crezco muy rápido.
—Entonces…te volverás una anciana mañana. Dios ¡tendré una novia anciana! —Dije entre risas, pero al parecer a ella no le pareció nada gracioso. —. Lo siento.
—Bueno, lo importante es que Carlisle decidió quedarse conmigo. Aunque yo haiga representado un peligro desde el primer día en que vi la luz del mundo.
—Claro que entiendo eso…pero… ¿Y tu madre?
Ella dejo de respirar por unos segundos. Sus puños se crisparon y luego comenzó a hablar algo más serena.
—Ella…murió...
— ¿De qué? si es que puedo saber — pregunte acariciando su hombro.
—Es difícil de explicar, sabes. Ya te dije que estaba sedienta…pues bueno aplaque la sed. —Hizo una pausa—. Ese día fue el día del incendio y el día de mi nacimiento—aguardó unos segundos —mi madre me alimento y me amo, hasta el último latido de su corazón, su rostro será algo difícil de olvidar sabes. Ella no me veía como si yo fuera un monstruo, cosa que soy…ella me veía con amor, no dejo de sonreírme hasta el último minuto. Carlisle también se arriesgo mucho, puesto que yo era un peligro, el me oculto hasta que fui lo suficientemente fuerte como para cazar de la manera que ahora lo hago.
Supe que no iba a revelar más de ese tema por la forma en que fruncía los labios. Reprimí mi curiosidad, aunque estaba lejos de estar satisfecho. Había muchas cosas sobre las que necesitaba pensar respecto a ese tema en particular, cosas que surgían sobre la marcha. Algo se quedo muy en el fondo de mi corazón…ella había matado a su madre. Se había rendido antes a sus instintos, pero no era algo de lo que yo tuviera derecho a juzgarla. Si su madre no lo hizo, ¿Quién era yo para hacerlo?
Su voz suave interrumpió el hilo de mis pensamientos:
—El me adopto luego, dijo que se encariño conmigo, no sé cómo pero lo hizo. Así fue como fui el primer miembro de la familia de Carlisle, aunque poco después encontró a Esme. La pobre se cayó de un risco. La llevaron directamente a la morgue del hospital, aunque, nadie sabe cómo, su corazón seguía latiendo. Es sorprendente en realidad.
—Ah, así que tienes que estar muriéndote para convertirte en...
Jamás había pronunciado aquella palabra delante de ella así que mucho menos lo iba a hacer ahora.
— En realidad no, eso es sólo algo que haría Carlisle. El nunca le haría eso a alguien que tuviera la posibilidad de continuar con vida —ella hablaba de Carlisle, su padre, con mucho respeto y cariño—. Según él —continuó—, es más fácil si la sangre es débil.
La carretera ahora estaba en tinieblas, solo las luces de mi coche nos alumbraban el camino.
— Que hay con los demás ¿Emmett?... ¿Rosalie? —tan solo pronunciar ese nombre hacia que me den arcadas…Rosalie, ¡Buaj! Que se creía ella. La Miss Universo. Era hermosa, no lo niego, pero también era fría y superficial. Me cai demasiado mal, casi tan mal como Jacob Black.
—La siguiente a quien Carlisle trajo a la familia fue Rosalie. El quería que ella y yo fuéramos unidas, ya sabes como verdaderas hermanas…cosa que fue imposible ya que Rosalie jamás se ha llevado bien conmigo. Lo único que Carlisle quería era una familia normal…Rose siempre nos la puso difícil—puso los ojos en blanco—. Pero bueno, luego hicimos un trato, nos llevaríamos bien por el bien de la familia y luego dos años después encontró a Emmett. Rosalie iba de caza, en aquel tiempo íbamos a los Apalaches, y se topó con un oso que estaba a punto de acabar con él. Lo llevó hasta Carlisle durante ciento cincuenta kilómetros al temer que no fuera capaz de hacerlo por sí sola. Sólo ahora la comprendo.
Me dirigió una mirada elocuente y entonces yo alce nuestras manos, todavía entrelazadas, para acariciarle la mejilla con la base de la mano.
—Pero ella lo consiguió —le animé mientras la miraba a los ojos, entonces ella me desvió la mirada.
—Sí —murmuró—. Rosalie lo encontró atractivo y llevan juntos desde entonces. Se casaron y por a veces se alejan de nosotros por algún tiempo…supongo que se van de luna de miel.
— A qué curioso—murmuré jugando con su cabello—. Y ¿qué hay de Alice y de Jasper?
—Ellos son los más raros de la familia. Veras, Jasper perteneció a otra familia... totalmente lo opuesto a nosotros. Se había deprimido, cosa que no es nada rara en él y vagaba por su cuenta. Entonces Alice lo encontró. Ella está dotada de poderes, que son bueno…fantásticos. Lo que yo hago queda como algo insignificante lado.
— ¿En serio? —le interrumpí haciéndome el sorprendido—. Pensé que eras la única con “poderes”. Tú te proteges a ti misma ¿no?
—Sí, soy la única que hace eso. En cambio Alice sabe otras cosas, las ve... Ve cosas que podrían suceder, hechos venideros, pero todo es muy subjetivo. El futuro no está grabado en piedra. Las cosas cambian, eso dalo por hecho.
La mandíbula de Bella se tensó y me lanzó una mirada preocupada y triste, pero la apartó tan deprisa que no seguramente me lo había imaginado. Ya estaba claro que imaginar cosas era mi fuerte. Antes de que el humor de Bella cambiase, seguí con mi farsa.
— Muy interesante ¿Qué tipo de cosas ve Alice?
—Bueno…vio a Jasper y supo que la estaba buscando antes de que él la conociera. También vio a Carlisle y a nuestra familia, y ellos acudieron a nuestro encuentro. Es más sensible hacia quienes no son humanos. Por ejemplo, siempre ve cuando se acerca otro clan de nuestra especie y la posible amenaza que pudiera suponer. Es muy útil y raro a la vez.
Ya sabía a lo que se refería. Ya habíamos llegado a mi casa. Estaciono el monovolumen y seguimos con nuestra singular plática.
— ¿Venia Alice de otra familia al igual que Jasper?
—No, y eso es un misterio. Alice es la más diferente a nosotros, o mejor dicho a ellos los “Vampiros”. Ella solo recuerda que despertó sola, sea quien hubiese sido su creador la abandonó. A ella no le importa o es eso lo que nos hace creer, ella es una vampirita de lo más peculiar…es mi mejor amiga.
Había tanto en qué pensar y quedaba tanto por preguntar... Algo humanos sucedió en mi…me sonaron las tripas. Estaba tan intrigado que ni siquiera había notado el enorme apetito que tenía. Ahora me daba cuenta de que tenía un hambre feroz.
—Cuanto lo lamento, te estoy impidiendo cenar.
—Eso no importa, me puedo aguantar.
—La verdad es que nunca había pasado tanto tiempo con alguien que se alimenta constantemente.
— ¿Qué tú no te alimentas? No eres un vampiro. —Dije acomodándole el cabello detrás de la oreja.
—Sí que lo hago aunque me resulta asqueroso…y bueno…no me culpes por esto…. Lo que pasa es que…quiero pasar más tiempo contigo.
—Tienes hambre también ¿no?
Ella asintió y se volvió a acercar más a mí. La tensión volvió. Ella tenía otra clase de hambre a mi parecer.
— ¿No quieres pasar? Dije alejándome un poco.
— ¿Me lo dices enserio? —Su rostro se ilumino, parecía que irradiaba felicidad por todos los poros de su hermoso cuerpo. — ¿Quieres que entre en tu casa?
—Por supuesto que quiero.
Ella se acerco a mí, y alcanzo los centímetros que me aleje en medio segundo, nuestras bocas casi se rozaban. Antes de que ella siquiera lo imaginase baje rápidamente del monovolumen y corrí a su lado del coche. Le abrí la puerta y le ofrecí una mano. Ella me miro y meneo la cabeza sonriendo.
—Algo muy humano —me felicitó.
—Es que soy humano por si no te diste cuenta.
Caminó junto a mí todo el tiempo, lo hicimos agarrados de la mano. En la oscuridad, su piel adquirió un tono más pálido de lo acostumbrado, pero aun así lucia hermosa. Bella era mi ángel personal.
Busque en mis bolsillos la llave de la casa y no estaba. Estaba a punto de entrar en pánico, pero de repente Bella abrió la puerta y me miro con cara de triunfo.
— ¿Estaba abierta? Dije mirando la puerta abierta aun con incredulidad.
—No, he usado la llave de debajo del alero.
Entré, encendí las luces del porche y la miré enarcando las cejas. Jamás le había mostrado a ella ni a nadie donde ponía las llaves. Ella me miro y me dedico la sonrisa más tierna que había visto.
—Es que sentía demasiada curiosidad por ti.
— ¿Me has estado espiando?
Lo más normal era que me sintiera acosado o invadido. Si nunca había querido tener novia era por el hecho de no me gustaba que me controlaran y que mucho menos que espiran o algo parecido. Pero la acción de Bella, no me molesto en lo absoluto, es más me sentí…importante y amado. Raro pero cierto.
— Es que las noches me aburren…a veces no puedo dormir.
Lo dejé correr por el momento y pasé del vestíbulo a la cocina. Ahí seguía, a mis espaldas, sin necesitar que la guiara. Su belleza iluminó la cocina. Ya no me sentía solo, ya no había tristeza con ella. Ella llenaba mis espacios vacios.
Me enfoque en prepararme la cena, tomando del frigorífico la lasaña de la noche anterior, poniendo una parte sobre un plato y calentándola en el microondas. Este empezó a girar, llenando la cocina de olor a tomate y orégano. Sus miradas me incomodaban un poco, ella no apartaba sus ojos por ningún instante de mí. Cualquier persona normal se hubiera sentido acosada, pero yo no era cualquiera. Yo me sentía feliz de que Bella me mirara con tanta insistencia.
Serví dos platos de Lasaña, uno para mí y otro para ella, ella le hizo mala cara a la comida, pero acepto a regañadientes.
No aparté los ojos de la comida mientras decía con indiferencia:
— ¿Vienes mucho?
— ¿Eh?
Parecía que la hubiera bajado de las nubes. Seguí sin girarme a verla.
— Tú me entiendes Bella ¿Has venido mucho por aquí? Finalmente la vi directamente a los ojos. Ella solo había probado un pequeño bocado de su comida.
—Lo admito. He venido aquí casi todas las noches. —dijo sonriente.
Aturdido, me agache un momento y luego volví a mirarla.
— ¿Por qué haces eso?
—Eres todo un personaje cuando duermes —explicó con total naturalidad—. Hablas en sueños.
— Ya lo sé —Sabía que hablaba en sueños, por supuesto, mi madre siempre bromeaba al respecto. ¿Qué tenia de interesante aquello?
Su expresión pasó a ser de disgusto inmediatamente. Seguramente quería molestarme y bueno…no lo logro.
— Eres tan raro.
— Bueno eso ya lo sé—me senté, al parecer la broma no le salió nada bien. —Y ¿oíste algo interesante?
— ¿De qué?
— De lo que decía en sueños—dije totalmente despreocupado.
Ella se dio la vuelta y empezó a balbucear cosas que no logre comprender, luego aquellos balbuceos fueron remplazados por sollozos. El corazón se me partió.
— Bella, ¿estás bien? —dije suplicante, tomando sus manos entre las mías.
Agachó el rostro y se apoyo en mi pecho. Estaba avergonzada de eso estaba completamente seguro. Mi tonta y amada semivampira
—Vamos Bella, no estoy molesto, —dije acariciando su espalda—anda dime, de que estuve parloteando en las noches.
—Echas de menos a tu madre y a tus amigos —susurró aun entre sollozos—. Te preocupas por ellos, y cuando llueve, el sonido hace que te revuelvas inquieto. Solías hablar demasiado de Phoenix, pero ahora lo haces con menos frecuencia. En una ocasión dijiste: «Todo es demasiado verde».
Se rió con suavidad, sus sollozos habían cesado, y entonces ella me abrazo aun más fuerte. Mis pulmones empezaron a clamar por oxigeno nuevamente, pero no les hice caso esta vez.
— ¿Alguna otra cosa? —le dije sonriendo, sosteniendo su cara entre mis manos.
Supuso lo que yo quería descubrir y admitió:
—Pronunciaste mi nombre.
Suspiré. Claro que recordaba eso, yo soñaba con ella todas las noches desde el primer día en el que la vi.
— ¿Demasiado?
—Exactamente, ¿cuántas veces entiendes por «Demasiado»? al decir eso ella se mordió el labio juguetonamente.
—Me descubriste.
Bajé la cabeza, pero ella me agarro la cara también. Ambos nos miramos a los ojos, yo me vi en sus preciosos ojos color chocolate, y ella seguramente se vio también en mis ojos de color verde ¿tanto le gustaban mis ojos? Yo no les encontraba nada en especial, pero a ella parecían encantarles.
En ese momento, ambos oímos el sonido de unas llantas sobre los ladrillos del camino de entrada a la casa y vimos las luces—delanteras que nos llegaban desde el vestíbulo a través de las ventanas frontales. Me separe del abrazo totalmente tranquilo.
— ¿Deseas conocer a mi padre?—pregunte mirándola fijamente.
—Yo... —dijo ella trabándose con las palabras—. No estoy segura...
—En otra ocasión, entonces.
Y me quedé solo. En mi corazón sentía un terrible vacio ¿Dónde rayos se había metido Bella?
— ¡Bella! —le llamé, despacio.
Escuché una risita y luego, nada más.
Mi padre hizo girar la llave de la puerta. Trague saliva ¿Qué me diría mi padre si encontrara a Bella en casa? ¿Pensaría mal de mí?
— ¿Eddie? —me llamó. Eso me hubiera molestado antes. ¿Eddie? Eso me decían cuando tenia que se yo…cuatro, o cinco años tal vez. La cosa era que odiaba que me dijeran Eddie. Lo odiaba.
—Estoy aquí, papá. —Dije con un rastro de ira.
Esperaba que no se diera cuanta de aquello. Me senté a la mesa mientras él entraba e hice como si estuviera empezando a cenar.
— Veo que adivinaste que iba a llegar —dijo mirando el otro plato de la mesa. Rayos, se me había olvidado el plato de Bella.
—Estoy hecho polvo. No nos fue nada bien en la pesca, fue una pérdida total de tiempo.

Charlie se detuvo para quitarse las botas, apoyándose sobre el respaldo de la silla para ayudarse.
Le alcancé el otro plato de Lasaña, mientras lo hacia mi estomago volvió a sonar. Mi padre se sentó en la silla y suspiro.
—Gracias, Eddie —dijo mientras empezaba a comer.
Que buen hijo tengo, me espero con la cena lista. Pero nada más triste que encontrarlo todo solitario… en casa, como siempre.
— ¿Y qué tal te ha ido? —pregunté imitando una tosidura. Me moría de ganas de escaparme a mi habitación y dejar de escuchar los pensamientos de Charlie..
—Regular. Los peces no picaron... ¿Y tú? ¿Hiciste todo lo que querías hacer?
—La verdad es que no—mordí otro gran pedazo de lasaña quemándome la lengua—. Afuera estaba genial, no lo iba a arruinar quedándome en casa, es mas…acabo de llegar.
—El clima a estado genial —coincidió. Tuvo un gran día, quizás ya se está acostumbrando aquí…Reneé siempre exagera todas las cosas.
Me reí ante esto último. Era cierto…mi madre siempre exageraba todo.
Di buena cuenta del último trozo de lasaña y casi me atraganto ante esto, pero no me importo…me encontraba demasiado ansioso. Charlie estaba sorprendido con mi actitud, lo sabía.
Hoy está más raro que de costumbre… ¿Qué estará tramando?
— ¿Tienes prisa, Edward? A ver con que me sale, será tan bueno para inventar como Reneé. Ella que era un genio para inventar cosas.
—Oh, si…estoy cansado y me muero del sueño. Me voy a acostar ahora mismo.
—Pareces como nervioso —comentó. A otro con ese cuento de que “está cansado” este chico se trae algo entre manos. Lo sabia no debía hacer amistad con los de aquí.
¿Teníamos que tener una charla “Padre-Hijo” justo ahora? De todas las noches tenía que escoger precisamente esta.
— ¿Enserio? por que no me siento para nada nervioso —contesté algo irritado.
Lavé rápidamente los platos en la pila y para que se secaran los puse bocabajo sobre un trapo de cocina. Charlie seguía entretejiendo mis supuestos “planes de escape” para esta noche.
—Es sábado —musitó por lo bajo.
No le respondí, pero de repente preguntó:
— ¿Nada de planes para esta noche?
—No, creo que no…estoy agotado, ya te lo dije papá
—Ninguno de las jovencitas del pueblo es de tu tipo, ¿no? Su madre lo crió demasiado refinado.
Charlie estaba ansioso por mi respuesta, pero intentaba actuar con frialdad.
—Son todas muy hermosas…pero bueno, no he encontrado nada aún. Ninguna chica me ha hecho perder los estribos todavía.
Deseaba ser sincero con Charlie y decirle ¡Papá, estoy enamorado de una chica sensacional, hermosa, fantástica y que además es una semivampira! Pero seguramente mi confesión mataría a Charlie.
—Bueno…yo pensé que tal vez Jessica Stanley y tú... Dijiste que era linda. ¿Cómo es que no le gusta aquella chica? Ella es una buena chica, y además proviene de una de las mejores familias del pueblo.
—Ya te lo he dicho…sólo es una amiga, papá. Además yo te dije que ella sale con Mike Newton
—Bueno, Edward, se me hace muy raro que aun no tengas novia. Deberías intentarlo con Jessica…a mi me agrada ella para ti. No creo que lo de ella con ese tal Mike vaya enserio. Aun tienes chance.
Sí, bueno Jessica era la chica ideal para mí…según Charlie y ahora que más me faltaba.
—Si…puede que lo intente, ya sabes engañar a mis amigos es lo mejor que hago —dije sarcásticamente mientras me dirigía iracundo escaleras arriba. Ya quería acabar con todo esto de una buena vez.
—Buenas noches, Eddie—se despidió. Sin duda, iba a estar con el oído atento toda la noche, a la espera de atraparme intentando salir a escondidas.
—Buenas noches papá. Nos vemos en la mañana.

Me esforcé en que el ruido de mis pasos pareciera lento y cansado cuando subí las escaleras hacia mi dormitorio. Cerré la puerta de mi dormitorio dando un portazo. Estaba tan irritado por aquella incomoda conversación, me dirigí hacia la ventana. La abrí de un tirón y me asomé, escrutando las oscuras e impenetrables sombras de los árboles.
— ¿Bella? —susurré, sintiéndome un completo idiota. ¿Qué demonios hacia buscándola afuera? Ni que pudiera saltar desde mi ventana hacia la calle. Edward, eres un idiota, me dije.
Unas frías manos me agarraron los hombros y una tierna voz me susurro en el oído.
— ¿Me estabas llamando?
Me giré bruscamente al tiempo que, como reacción a la sorpresa. Los sabia, esta chica no solo sería mi perdición…seria mi muerte además.
Sonriendo de oreja a oreja me miro sensualmente y se mordió el labio como siempre lo hacía. Era la viva imagen de la despreocupación y belleza infinita.
— ¡Oh, rayos Bella me asustaste! — dije riéndome tontamente mientras acariciaba la fina barbilla de Bella.
—Lo siento.
Frunció los labios en un intento de ocultar su alegría.
—En serio…tienes que darme un minuto para que el corazón me vuelva a latir.
—Bueno…pero solo un minuto eh. Dijo aquello y se marcho a sentar en el borde de mi cama. Me hizo señas como para que la acompañara y así lo hice. Estaba seguro que mi única meta en la vida seria complacer a Bella en todo lo que ella me pidiese.
— ¿Y? —sugirió, poniendo temblorosamente su mano sobre la mía—. ¿Cómo va el corazón?
—Bueno algo mejor…pero apuesto a que tu lo escuchas mejor que yo.
Asintió y volvió a reír, de nuevo estaba de buen humor. Ella apoyo su cabeza en mi pecho y se acurruco entre mis brazos. Yo la rodee con estos, acariciando su largo cabello.
Nos sentamos ahí durante un momento, ella escuchando los latidos de mi corazón y yo contemplando al ángel más hermoso del universo. Por un momento pensé en que diría mi madre….ella siempre me había enseñado a respetar a las mujeres, claro que yo no estaba haciendo nada malo o impropio. Pero claramente estaba rompiendo una de las reglas más importantes…Nunca, jamás te quedes solo con una chica mientras estas en una habitación… y más si es una habitación tan pequeña.

Una parte de mi se sentía mal…se sentía desobediente. Pero otra parte, la parte más egoísta se sentía ¡Genial! Genial, porque estaba con la persona que mas amaba en le mundo.
— ¿Me concedes unos minutos para atender mis necesidades humanas?
—Claro.
Me indicó con un gesto de la mano que procediera.
—No te vayas a ir, ni siquiera te muevas —le dije, agarrando sus manos entre las mías.
—Seré toda una estatua, lo juro.
Y me hizo una demostración de cómo convertirse en una estatua sobre el borde de mi cama. Y vaya que era una muy sexy estatua.
Me incorporé de un salto, recogí mi ropa de dormir del suelo y mis cepillos de dientes de mi escritorio. Dejé la luz apagada y me deslicé fuera, cerrando suavemente la puerta al salir.
Charlie estaba en la sala mirando un partido de soccer…aun seguía molesto con el así que cerré de un portazo la puerta del baño.

Tenía que hacer todo a la velocidad de la luz si quería reunirme nuevamente con ella. Me cepillé los dientes minuciosamente y use un poco de aquel asqueroso enjuague bucal que me había mandado mi madre. Me saque la ropa y me metí a la ducha, el agua caliente de la ducha me relajó los músculos de la espalda. Me sentí a agotado, no todo lo que le había dicho a Charlie habían sido mentiras. También me sentía algo mal por arriesgarme a estar a solas con una chica…bueno ya no era cualquier chica…era mi novia.

No tenía nada de experiencia en este asunto de las novias, así que me daba demasiada vergüenza hacer el ridículo delante de ella. ¿Qué pasaría si hacia algo mal? Tenía demasiada vergüenza con la chicas…ellas siempre me habían intimidado. Intenté tranquilizarme nuevamente. Bella no era como las otras chicas, Bella era única, era mía…mi Bella.
Cerré el grifo del agua y me sequé con la toalla apresuradamente, mis inseguridades me seguían consumiendo. Me puse mi camiseta delgada llena de agujeros, y mis viejos y gastados shorts. Era la única ropa de dormir, que mas daba, era solo ropa…una muy gastada pero especial ropa de dormir.
Volví a frotarme el pelo con la toalla, quedo todo revuelto como siempre. Arrojé la toalla a la canasta de la ropa sucia y agarré el cepillo y la pasta de dientes. Bajé lentamente las escaleras para que Charlie pudiera verme con la ropa de dormir y con mi alborotado pelo húmedo aun a cuada de la ducha, obviamente ya no dudaría de mi.
—Buenas noches, papá.
—Buenas noches, Eddie. Creo que pensé mal de mi muchacho. Al parecer se quedará en casa esta noche.
Subí las escaleras intentando no hacer ruido, entré en mi habitación, y me aseguré de cerrar bien la puerta detrás de mí.
Bella no se había movido ni un milímetro, seguía pareciendo una ninfa encaramada a mi cama. Sus labios se curvaron cuando sonreí.
Me evaluó con la mirada, tomando nota del pelo húmedo y mi vieja camiseta. Se me quedo veindo mas de lo necesario por un buen rato.Sus ojos resplandecieron.
— ¿Te gusta lo que ves? Dije mirándola de reojo y ruborizándome.
—Sí. Bonita ropa. —dijo ella y me desvió la mirada. Sus mejillas estaban de un color rosa pastel encantador.
Me reí suavemente. No sabía que mi vieja camiseta le causara tales efectos.
—En serio…te ves…muy bien.
—Si tú lo dices debe de ser así —susurré.
Regresé a su lado y me senté. Miré las líneas del suelo de madera.
— ¿A qué venía todo eso? Te enojaste con tu padre ¿no es cierto?
—Sí, además Charlie cree que me voy a escapar.
— ¿Y tu como es que sabes eso? Ni que leyeras la mente de las personas.
—Bueno…—dije tartamudeando un poco—C...Creo que piensa eso.
—Ah —dijo ella calmadamente—. ¿Por qué? —preguntó ahora algo más impaciente.
—Al parecer, porque cree que estoy algo raro.
Se apoyo nuevamente en mí y me abrazo por la espalda.
—De hecho, si es que él no se ha dado cuenta aun…tú eres el hombre más raro del mundo entero.
—Eso parece... —musité.
Resultaba muy difícil formular una pregunta coherente mientras ella se acercaba tanto a mí.
—Hey, al parecer ahora te resulta demasiado fácil el estar cerca de mi ¿no?
— ¿Eso crees? —murmuró Bella mientras deslizaba la nariz hacia la curva de mi mandíbula. Sentí su mano enredarse mi cabellos húmedos y luego sentí sus labios contra mi mejilla.
—Uff, vaya que si —contesté mientras me volvía el rostro en dirección a ella.
—Humm. Dijo ella mirándome profundamente a los ojos.
—Por eso me preguntaba... —comencé de nuevo, pero sus dedos se seguían enredando en mis cabellos, la sangre de mi cuerpo me hervía y me resultaba muy difícil decir algo coherente. Ella no sabía lo que provocaba en mi cuando me tocaba…o bueno, quizás lo sabía y por eso lo hacía.
— ¿Sí? —musitó seductoramente.
— ¿Por qué será? —Inquirí seriamente, intentando controlar mis emociones—. ¿Qué crees?
Ella se rio suavemente dándome otro casto beso en la mejilla.
—Al parecer, mi querido Edward, es el triunfo de la mente sobre la materia. —dijo esto y sus manos acercaron mi rostro hacia el de ella. Estábamos a punto de besarnos nuevamente. Pero…
Retrocedí. Se quedo como petrificada cuando lo hice, sus rostro denotaba la confusión del momento.
Durante un instante, que me pareció un siglo, nos miramos el uno al otro; luego, ella pregunto temerosamente:
— ¿Hice algo mal? Dímelo te lo ruego.
—No, Bella tú no has hecho nada malo…lo que pasa es que me con tu cercanía…pues me vuelves completamente loco—le expliqué.
Lo pensó brevemente y pareció complacida cuando preguntó:
— ¿En serio?
Una hermosa sonrisa triunfal iluminó su rostro.
—Pues si— dije sonriéndole— ¿Acaso lo dudas tontita?
Sonrió de oreja a oreja y dos hoyuelos se le formaron en sus hermosas mejillas.
—Sólo estoy gratamente sorprendida—me dijo ella—. En los últimos cien años, o bueno Cien y más años… —comentó con tono bromista— nunca me imaginé algo parecido o igual a esto. Jamás pensé en encontrar a nadie con quien quisiera estar de una forma distinta a la que estoy con mis hermanos y hermanas. Y entonces apareciste tú y pusiste mi mundo de cabeza, sabes algo…el estar contigo se me da bien.
—Bueno… ¿En serio puse tu mundo de cabeza? —observé sonriéndole.
Se aclaro la garganta, dejando correr mi pregunta, y los dos nos reímos en voz baja.
—Pero ¿cómo te puede ser tan fácil ahora? —le presioné—. Esta tarde no pensabas lo mismo...
—En realidad no es tan fácil—suspiró—. Pero esta tarde estaba todavía... indecisa. Lo lamento, te debo parecer toda una facilona ¿no?
—No, claro que no—discrepé casi a gritos.
—Gracias —sonrió—. Esta tarde te puse en demasiado riesgo... bueno…la verdad es que yo… aun existía la posibilidad de… ¿entiendes mi punto?
Jamás le había visto trabarse de esa forma con las palabras. Resultaba tan... humano y a la vez comiquísimo.
— ¿Existe aun esa posibilidad?
—La mente domina la materia, ¿no has oído aquel dicho? —Repitió con una sonrisa tan fantástica como las otras. —Sí, bueno… ha sido fácil.
— ¡Fácil para ti! —le corregí al tiempo que le acariciaba la nariz con la yema de los dedos.
En ese momento se puso seria.
—Intentare que esto funcione—susurró con voz dolida—. Si resultara..... Insoportable, estoy bastante segura de ser capaz de marcharme.
Torcí el gesto. Odiaba hablar de despedidas. Ya sea de cualquier tipo, despedidas son despedidas.
—Mañana va a ser más difícil —prosiguió aun con aquella voz que me rompía el corazón—. Ya me acostumbre a tu aroma, mañana tendré que comenzar todo de nuevo. Pensar en eso me pone algo irritable.
—Entonces, porque no te quedas —le dije sin ninguna malicia.
—Bueno…me parece una fantástica idea—replicó mientras su rostro se relajaba y se convertía en una sonrisa—. Saca las esposas... Soy tu prisionera.
—Puedes quedarte, pero no quiero que piense mal de mí…
Intentaba confesarle mis temores, pero mientras hablaba, eran sus manos las que se convertían en esposas alrededor de mis muñecas. Esbozo una de sus sexys sonrisas.
—Pareces más alegre que de costumbre —observé mirando nuestras manos que ahora estaban entrelazadas—. Jamás te había visto así
— ¿Qué no debe de ser así? El esplendor del primer amor, y todo eso. ¿No es increíble la diferencia existente entre leerlo o mirarlo en alguna cursi película adolescente y experimentarla?
—Sí, es demasiado diferente —admití rodando los ojos—. Y si tú me permites decirlo…es mucho más fuerte.
—Sí, es exactamente en lo que estaba pensando—comenzó a hablar más rápido, seguirle el paso no fue nada fácil, hay que admitirlo—, además la emoción de los celos. He leído sobre los ellos un millón de veces, he visto actores representarlos en mil películas y obras teatrales diferentes. Y tú sabes que no estoy exagerando. Creía que eran ridículos, estúpidos y para nada se aplicarían en mi caso, pero me asustaron demasiado... —hizo una mueca de rabia—. ¿Recuerdas el día en que Jessica te escogió a ti para ir al dichoso baile ese?
Asentí, aun sintiéndome incomodo, pero además de eso recordaba aquel día por un motivo muy diferente.
—Claro que lo recuerdo…aquel día me volviste a dirigir la palabra.
—Me sorprendió la llamarada de resentimiento, casi de furia y odio, que experimenté... Al principio no supe qué era o me quise hacer la boba. No sabes lo que hubiera dado para solo poder leer tu mente en aquel instante, y no sabes cuánto odie mi maldito don inservible. Se me hacía demasiado raro, ella te pedía o me mejor dicho te rogaba que la acompañaras, y tú te negaste…no sabía el porqué ¿Lo hacías en beneficio de Newton? ¿O había alguna otra chica? En cualquier caso, sabía que no tenía derecho alguno a que me importara, e intenté que fuera así.
«Entonces, todo empezó a estar absolutamente claro —rió avergonzada y yo le devolví la sonrisa—. Esperé, irracionalmente ansiosa de oír qué les decías a “esa”, de vigilar sus facciones, el modo en el que los dos se miraron, me hiso enfurecer. No niego el alivio que sentí al ver el NO tatuado en tu rostro, pero no podía estar segura…estaba segura de que ella no se rendiría.
»Ésa fue la primera noche que vine aquí. Entre todo lo que te quería y todo lo que me traería problemas. Supe que si continuaba ignorándote como hasta ese momento, o si dejaba transcurrir unos pocos años hasta estar completamente segura de mi autocontrol, o hasta que te fueras, llegaría un día en que serias tu el que buscaría a Jessica o a alguien como ella. Eso me enfurecía, me ponía demasiado iracunda.
»Y en ese momento, en el momento que todas mis inseguridades estuvieron a flote —susurró en voz baja—, pronunciaste mi nombre en sueños. Lo dijiste con tal claridad que por un momento creí que te habías despertado y me habías visto, pero te diste la vuelta, inquieto, musitaste mi nombre otra vez y suspiraste. Un sentimiento desconcertante y asombroso recorrió mi cuerpo. Y supe que no te podía ignorar por más tiempo, supe lo que realmente quería.
Enmudeció durante un momento, el rubor de sus mejillas era notorio aun en la oscuridad de mi habitación.
—Pero los celos condenadamente poderosos, más de lo que alguna vez imagine. ¡Son estúpidos y molestos! Justo ahora, cuando Charlie te ha preguntado por ese vil tonta, superficial de Jessica “perfecta” Stanley...
Movió la cabeza con enojo y suspiró pesadamente. Su cara pálida ahora estaba roja por la ira.
—Supuse que estarías escuchando —dije avergonzado.
—Por supuesto que lo hice.
—Bella eso no significa nada.
—Ah…no te atrevas a decirme eso…no cuando tu...tú… ¿En serio le dijiste a Charlie que Jessica era linda?
— ¿De veras que aquella tontería que dije te hace sentir celosa?
—Soy nueva en esto Edward. Has resucitado a la mujer que hay en mí, y lo siento todo con más fuerza porque es reciente. Además de una vez te confirmo que Stanley no es linda, Emmett me lo dijo y le creo.
—Pero sinceramente —bromeé—, tu estas celosa por aquellas tonterías, que me dices que tu…has vivido mucho más que yo…de seguro has tenido millones de pretendientes, de solo pensar que he tenido competencia la sangre me hierve.
—No has tenido competencia.
Arrastró mis manos que acariciaban sus cabellos. Y las puso sobre su pecho y acerco su rostro al mío.
— ¿Sientes eso? No ha latido por demasiado tiempo y ahora gracias a ti lo hace y lo hace demasiado rápido.
—Lo sé —murmuré sobre su fría piel—. Pero es que yo soy tan poca cosa para ti, tú te mereces algo mejor.
—Eres hermoso, soy yo la que no cree merecerte…físicamente eres el humano más atractivo que he visto en toda mi vida…los de mi especia podemos ser hermosos, pero solo es por nuestra naturaleza, en cambio tu solo eres un humano y tu belleza es infinita. —estaba seria—. He caminado entre los míos y los hombres durante un siglo... Todo ese tiempo me he considerado completa sin comprender que estaba buscando, sin encontrar nada porque tú aún no existías. Los de mi especie no me atraían y los humanos mucho menos. Mi corazón estaba tan duro como una piedra. Y luego ¡Pam! apareces tu y tu belleza me aturdio, pero aun mas que eso...fue tu gran corazón.
—No parece demasiado justo entonces—susurré, escuchando la cadencia de su respiración y los desbocados latidos de su corazón. —. En cambio, yo no he tenido que esperar para nada, no te merezco.
—Tienes razón —admitió divertida—. Debería ponértelo más difícil, sin duda —le acaricie nuevamente el cabello, ella sonrió.
Al hablar su voz se llenó abruptamente de la antigua tristeza. Intente decirle que todo estaba bien…pero entonces hubo algo que me llamo mucho la atención…unas suaves pasos subiendo las escaleras…pensando en varias cosas a la vez.
—Shhh…— dije aun a la escucha de los lentos pasos.
— ¿Qué...? —empezó a preguntar Bella, entonces cuando su cuerpo se tensó, alerta.
Me quedé totalmente inmóvil, era Charlie, y hallaría a Bella en mi habitación. No quería imaginarme siquiera la regañiza que me esperaba. Bella se separo de mí abruptamente y se paró de igual forma.
— ¡Túmbate! —murmuró entre la oscuridad. No sabría decir desde qué lugar de la negrura me hablaba.
Me di la vuelta para meterme debajo de la colcha y me acurruqué sobre un costado, de la forma en que solía dormir. Oí el crujido de la puerta cuando Charlie entró para echar un vistazo a hurtadillas y asegurarse de que estaba donde se suponía que debía estar. Respiré acompasadamente. Me hubiera ganado un Oscar con mi fabulosa actuación.
Esta aquí, por un momento pensé que no lo hallaría. Dulces sueños Eddie.
Transcurrió un largo minuto. Estuve atento pero inmóvil, necesitaba estar seguro de que mi padre se había marchado y así lo hizo. En ese momento, los delicados brazos de Bella me envolvieron entre el edredón y depósito un beso en mi mejilla.
—Eres un actor increíble, hasta yo me creí que dormías. Ademas ¿Como le has hecho para sentir que Charlie venia? ni siquiera yo lo hice.
— ¡Rayos! Eso no importa ahora.
Mi corazón estaba a punto de salirse del pecho. Ella me acaricio los cabellos y emitió un angelical bostezo.
—Esta tan cansada—afirme dándome vuelta para verle el rostro, estaba a solo unos centímetros del mío. Pero aun así no me incomode…ya me había acostumbrado a su cercanía.
—Sí, ha sido un día muy pesado. En días así de agitados termino agotadísima.
— ¿Debería cantarte para que te durmieras?
— ¿Sabes cantar?
—No lo hago mal, debo admitirlo. Entonces empecé a tararear la canción de piano que compuse para ella.
—Es preciosa. Pero jamás la he oído. Hablando de cansancio…tú deberías dormirte.
—Seguro —me reí—. ¡Cómo me podría dormir estando tú aquí!
—Lo has hecho todo el tiempo —me recordó.
—Pero no sabía que estabas aquí…para serte sincero—repliqué con frialdad.
—Oh vamos no te hagas el remilgado.
—Por qué no te duermes tú…—dije algo molesto por su insistencia.
—Bueno, si no quieres dormir... —sugirió, ignorando mi tono.
— ¿Qué hay si no quiero dormir?
Rió entre dientes y se puso encima de mí. Mi respiración se volvió anormal. Esto estaba mal.
—En ese caso, ¿qué quieres hacer? —dijo mordiéndose el labio sensualmente.
Al principio no supe qué responder, me aparte un poco para acurrucarla entre mis brazos, al parecer esto no le gustó pues ella emitió un bufido de frustración. Yo solo me reí. ¡¿Por qué rayos era tan jodidamente tímido?!
—No estoy seguro.
—Dímelo cuando lo hayas decidido. Dijo abrazándome y enredando nuevamente sus delgados y pequeños dedos entre mis cabellos.
Sentí su aliento sobre mi cuello y el deslizarse de su nariz a lo largo de mi mandíbula, inhalando.
—Pensé que te habías insensibilizado.
—Que haya renunciado a beber el vino no significa que no pueda apreciar el buqué —susurró juguetonamente—. Hueles claveles, y a menta…hueles a algo que nunca he olido en mi vida —señaló—. Se me hace la boca agua, lo juro.
—Nunca había causado esa clase de sensaciones en una chica. Aplausos para mí.
Rió entre dientes, y luego suspiró.
—He decidido qué quiero hacer —le dije dejando mi respuesta en el aire.
— ¿Qué? Dijo ella tímidamente. Elle seguramente estaba esperando otra clase de respuesta de mi parte.
— Quiero saber más de ti.
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Chicas, bueno aqui les dejo esta parte. Espero que la disfruten, les hare un Bella POV ok?
No me digan que cuando por q la verdad es q no lo se.
Yo creo q este Martes se las subo, lo q pasa es que mi examen practico de Anatomia es este Martes y bueno tengo q estudiar me pregunto...¿Tanto se esforzo Carlisle para llegar a ser tan buen Doctor?
Nos dicen q les parecio, ya saben... dejen sus comentarios en la c-box.
Las queremos un monton!!
Atte:
Ingrid & Rose

Unas imagenes de New Moon que me fascinaron!!!


Chicas como estan?!!, pues yo aqui feliz...muchas gracias a mis amigas del msn que se acordaron de mi cumpleaños...cosa que me incomoda pues soy algo "Bella" con el asunto de los cumpleaños. xD
Pues aqui les dejo las imagenes que le prometi a Sofi, Miranda, Euge, Kata y a mi amixx Tanya.

Chicas las quiero.
Hoy subire un nuevo capi, o mejor dicho la mitad, esta divertido hasta la mitad...despues la otra no me gusto demasiado...u.u

Saben que como fueron tan lindas con migo y me mandaron tantos maravilloso blends, les voy a hacer un Bella´s POV. de la mitad de este capitulo!!! espero que les guste.

Las quiero mucho.
Espero que el anterior capitulo les haya gustado tanto como a mi, ¿acaso Ingrid no es genial? Sin ella casi no se me ocurre nada!! Parece qeu las dos nos complementamos demasiados bien para escribir este fic.

Nuevamente gracias gsby por seguirnos!!! TKM!!
Me encanata tu blog!!
A poco esta pick de Edward y Bella no esta genial??

Dios ya quiero ver New Moon!!
pero bueno a darle espacio a los chuchos...digo a el Wolf Pack xD
Sorry Sofi que es team Jacob...es qeu no lo tolero!! Team Edward, for ever!!

Bye.
En seguida les cuelgo el capi, les voy diciendo que el 15 estara buenisssssimooo!!

XOXO
Atte:
Rose.