miércoles, 14 de julio de 2010

Leah Clearwater (del fic... xD)


Leah Clearwater

Nombre: Leah Sue Clearwater
Apodo: Lee o Leelee
Edad: 17 años (al igual que Edward)
Lugar de nacimiento: La Push, Forks, WA
Padres: Harry Clearwater y Sue Clearwater
Hobby: Ayudar a Jacob en su taller, pintar y escuchar música... ahora su hobby es andar con Edward, estar siempre atenta a que nada malo le suceda y ser la mejor amiga del mundo.
Manada o Clan: Obvio... Manada. Es la 4 en rango, el primero es Sam, segundo Jacob, tercero Paul y luego ella.
Forma Lobuna: Es la mas pequeña, de color gris casi plateado.

Habilidades: En un forma lobuna Leah es la que mas rápido corre, es capaz de rodear el pueblo entero en minutos.
Mejor Amigo: Desde que era un niña ha sido y sera Edward, aunque ella le ve mas como una pareja que como un amigo, es algo que ni ella misma se puede explicar (se los diré o escribiré mas adelante en un Leah POV)
Herman@: Si. uno Seth tiene 14 años, y es todo un amor.
Características físicas: Mide aproximadamente 1, 70, es la mas bajita de la manada (En mi mente los de manada son... uff gigantes) es delgada, sin llegar a ser una debilucha. Leah poseía una hermosa cabellera azabache antes de transformarse en lobo, ahora lo lleva corto (miren la foto) tiene un rostro exótico, unos ojos cafeces oscuros muy hermosos adornados con unas pestañas rizadas, largas y negras , labios llenos, y la piel cobriza perfecta.

Historia: Leah siempre ha vivido en La Push una reserva para Nativos Americanos, se encuentra en Forks Washintong, su padre Harry, siempre ha sido uno de los mejores amigos de Charlie Masen, padre de Edward... cuando Edward venia a visitar a su padre, Charlie dejaba a Edward a cuidado de Sue, la madre de Leah, para poder ir a pescar con Harry y Billy, padre de Jacob.

Leah y Edward se conocieron así, a la edad de 6 años, ellos tenían un estrecha relación, Leah se enamoro de Edward, quien venia cada vacación( casi 3 meses... principios Junio- finales de Agosto) a visitarla a ella y a su padre, mas una vacación, cuando ella tenia 10 años, el dejo de ir a visitarla.
Leah creció y se volvió muy amiga de Jacob Black quien esta enamorado de ella desde siempre, Leah ayudaba a Jacob en su taller de reparación de coches. A la edad de 16 años Leah se entera que Edward ha regresado al pueblo pero se siente nervios de ir a visitarlo... ya que no sabe si el se acordara de ella, cosa cierta ya que Edward no la recuerda.
Leah y Edward se rencuentran en la playa de La Push, ella le cuenta a Edward la leyenda de los vampiros sin darse cuenta de que así de que esta revelando un secreto ancestral, que cambiara la vida de Edward para siempre.
Al pasar el tiempo Leah siente la necesidad de acercarse nuevamente a su mejor amigo y así lo hace, pero no tiene mucho éxito ya que Edward es novio de una Cullen, y casi siempre para con ella. Leah hace todo lo posible para recuperar aquellos años perdidos y ademas hace todo lo que puede para que Edward se fije en ella, y el lo hace... pero la ve como una amiga, una hermana, ya que el corazón de Edward le pertenece solo a Isabella Cullen, la mestiza del Clan Cullen.

Leah y Edward se encuentran nuevamente en la Playa, Leah se ha estado sintiendo muy mal, pero eso no le impide que ella vaya y se encuentre con el chico que ella ama desde su infancia.
Leah y Edward discuten, el se va molesto Leah le alcanza y entonces es cuando ellos se besan por primera vez, Edward responde al beso pero luego se aleja de Leah, diciéndole que no la ama de esa manera, que si ella no respeta eso mejor que no le hable nunca mas. Leah en su interior sabe que Edward la ama aunque no tanto como el ama a Isabella, así que lo deja marcharse.
Leah se preocupa demasiado por Edward, el no la ha venido a ver desde aquel beso en la playa, Leah va a buscarlo a su casa pero se halla con la sorpresa de que el esta de viaje con Los Cullens, los chupasangres, Leah cree que ellos convertirán a Edward en uno de ellos o lo mataran; su corazón no lo soporta y es entonces donde se transforma por primera vez.

Edward llega con vida, sano y salvo pero algo en el ha cambiado... es diferente ahora, Leah se da cuenta de las marcas que tiene Edward en el cuerpo mas no dice nada.
El tiempo pasa y Edward extraña a su mejor amiga y se ha enterado de que ella sufre, va a visitarla la encuentra en medio de la carretera ya que su coche se ha arruinado, Leah es diferente tanto física como emocionalmente, ahora ella es una licantropo. Edward y Leah platican, mas ella aun no le dice la verdad, Leah sospecha de el don de Edward (Ed, lee mentes) Leah le dice algo hiriente a Edward este se enoja y le reprocha su actitud, de la oscuridad del bosque un furioso e indignado Jacob Black emerge de la nada, dispuesto ha atacar al gran amor de Leah.

Edward se entera del secreto de Leah, mas no le sorprende... su novia es una vampiro mitad humano. Leah vuelve a ser feliz, se inscribe el mismo instituto, Forks High School, aunque esta idea no le agrada para nada a Sam y a Jacob, Leah no esta segura de si le gustaria seguir permaneciendo en la manada.

Edward y Leah son cada vez mas cercanos y la tensión es casi palpable en el ambiente... Ambos sienten mas que un simple cariño fraternal por el otro.
Una noche Leah patrulla los alrededores del pueblo, unos vampiros nómadas han llegado y los licantropos necesitan estar mas atentos que nunca.

Leah oye el grito ahogado de Edward, su corazón se estremece y sin importarle cruza el borde que separa el territorio de Los Cullen y La reserva. Leah salva a Edward de ser asesinado por un vampiro de ojos escarlata.
Las heridas de Edward no son graves, Leah se ofrece a llevarlo a su casa, sin importarle que un clan entero de vampiros estén alrededor de ella, la novia de Edward va con ellos.

Leah deja a Edward en su casa a su pesar mientras observa a la semivampira y al amor de su vida ingresar al hogar de este.
Leah se queda a vigilar los alrededores. Ya no confía en que los Cullens puedan proteger a Edward, esto se lo dice a Jacob que por el gran amor que le tiene le pide a Sam que vigilen a el pálido muchacho novio de la Semivampira. Sam accede y desde entonces siguen a Edward a luz y sombra, claro sin que este se de cuenta.

Leah ayuda a Edward a escapar de su casa, no sabe por que lo hace pero bueno, su amor es tan grande que haría lo que fuera por ese gentil y bondadoso muchacho pálido que se robo su corazón desde hace mucho.

Leah espera a Edward pero le ve marcharse en su auto a los pocos minutos de haberlo llevado a la mansión Cullen, la semivampira iba con el, ella trata de seguirlos pero luego siente el aroma de un nómada y se marcha tras el, aun con pesar.
Leah no atrapa a la nómada, a pesar de las fuerzas de sus patas la pierde de vista. Al llegar a la casa de Edward aun en su forma lobuna, ve lo lejos a Charlie salir en su coche de patrulla. A las pocas horas regresa con Edward, quien estaba en un grave estado de ebriedad. Leah no lo entiende, su amigo, el mejor de todos nunca jamas había bebido, al menos no que ella supiera.

Leah se queda a dormir esa noche bajo las estrellas, aun en su forma lobuna, preocupada por su mejor amigo.

Edward ha estado actuando muy raro, no habla, no quiere comer, no demuestra ninguna emoción, falta a clases con frecuencia y aveces cuando va no entre a ninguna, se queda sentado en el estacionamiento, bajo la lluvia. Leah esta consternada, ella sabe que es por la culpa de la chupasangre, todos ellos han desaparecido. Es mejor así, piensa Leah.
Los meses pasan, Edward no mejora, aunque por lo menos gracias a sus ruegos asiste a clases, y hace sus tareas, Edward esta muy deprimido Leah teme de que este cometa un locura o algo por el estilo.

Edward desaparece una mañana, Leah esta comenzando a preocuparse. Al anochecer tampoco ha regresado Charlie esta como loco. Los compañeros de Edward forman un grupo de búsqueda alderredor de el bosque, Leah y los de la manada comienzan a buscar a Edward. Todos ellos en su forma lobuna, así seria mas rápido.
Leah siente el dulce aroma de Edward a lo lejos, pero también siente el aroma de un vampiro, Leah corre lo mas rápido que puede, el olor a sangre penetra sus fosas nasales.

Una vez mas Leah salva a Edward de una nómada, Jacob y Paul persiguen a la nómada, la matan.
Leah se da cuenta de Edward esta muy mal, tiene heridas graves por todo el cuerpo y 5 costillas rotas. Leah cree que este morirá, mas no es así. Edward se salva.

Ahora, sorpresivamente este tiene ganas de vivir, y eso es algo que le gusta a Leah, que se promete hacer muy feliz a Edward, ya sea que este la elija como amiga o como algo mas.

To be continued...

*Aja, ya le deje un trillon de Spoilers :P so... no molestar xD tengo que estar enfocada en mis estudios amigas, pero no se preocupen... La próxima Bio que les dejo sera la de Bella, o la de Edward cual prefieren?

XOXO

Rose

viernes, 9 de julio de 2010

Bella POV

Capitulo # 25
Adiós…
Bella POV


Escuche mi celular vibrar contra la mesita de vidrio de mi habitación, no necesitaba ser un vampiro para oírlo. Sabia quien era… era él, era Edward.
Mi amado y tierno Edward, cuanto necesitaba sentirlo cerca, necesitaba sentir su cálida y suave piel contra la mía… pero bueno no, ahora no podía darme el lujo, necesitaba estar sola, tenía que estarlo.
Había tomado una decisión, y necesitaba pensar en cómo haría para apartarme de él, como haría para mentirle sabiendo que soy pésima con las mentiras y más cuando lo miro a los ojos, aquellos verdes luceros que son capaces de enamorar y de poner de rodillas hasta a las personas más duras.
Pero la decisión estaba tomada, no iba a cambiar de opinión, no podía hacerlo, no debía hacerlo… aunque todo mi interior se apagara poco a poco con aquella sola idea.
Estaba recostada en mi cama, tratando de aguantar el llanto, recordando cada una de las cosas que me había dicho Rosalie, para tener el valor de hacerlo.

Flash Back
Estaba en el estudio de Carlisle, buscando un libro, algo para matar el tiempo. Me había vuelto tan dependiente de Edward, era como si le necesitase para todo hasta inclusive para respirar, y bueno la verdad era que si, le necesitaba, pero Charlie se había puesto pesado… mi Edward estaba castigado, no entendía el porqué de aquello. Mi Edward no era un mentiroso, no era un irresponsable, no era un desconsiderado ni nada de aquello de lo que Charlie le había acusado. De repente me encontré de mal, muy mal humor. Charlie Masen tenía suerte… era el padre de mi Edward, esa era una de las razones por las cuales no le había dicho unas cuantas aquella noche.
Un taconeo proveniente del pasillo me alerto y me desvió de mis pensamientos.
-Necesito hablar contigo- dijo Rose.
-Que es lo que quieres? volver a gritarme y a decirme, cosas sobre Edward, ya sé lo que dirás no te molestes- le conteste con agriamente… si claro Rosalie dejare que me sigas diciendo cosas horrendas para tratar de separarme de MI Edward.
-Bella no puedes seguir siendo una egoísta- contesto Rosalie.
-Si soy egoísta o no, eso a ti no te importa en lo absoluto Rosalie- replique furiosa. Siempre me sentía de mal humor cuando no tenía a Edward a mi lado.
-Claro que me importa, Bella, eres mi hermana, y aunque no lo creas te quiero y mucho.- me dijo Rose acercándose.- y por qué te quiero te estoy diciendo esto, Bella no quiero que en el futuro te odies por haber arruinado el futuro de Edward- dijo ella parándose enfrente de mí, enarque una ceja ¿de qué rayos hablaba Rose? – Bella entiende que si Edward sigue mezclándose en nuestro mundo va a terminar mal, peor de lo que le ha pasado con James, piensa Bella en el peligro que estas poniendo a Edward, si los Vulturis se llegan a enterar de que un humano sabe nuestro secreto, quien sabe que le harán, y de paso a nosotros también Bella, has pensado que pasara si eso pasa? Nos mataran a todos, entiéndelo de una buena vez, Edward no pertenece a nuestro mundo, No seas egoísta, si en verdad lo amas tanto como dices, tienes que dejarlo libre, para qué el sea feliz, deja que viva, el es solo y nada más que un niño tiene toda una grandiosa vida por delante, terminar la secundaria, ir a la universidad, conseguir un trabajo, casarse… tener hijos, envejecer, y morir al lado de una persona, una persona… humana.
Las palabras de Rosalie dolían, pero sabía que todo lo que estaba diciendo era, verdad, Edward jamás sería feliz conmigo, jamás podría darle la felicidad, que él se merecía, yo no era digna de él. Jamás lo fui.
No me había dado cuenta que había empezado a llorar, si no porque Rosalie, me tendió un pañuelo.
-Piensa lo que te he dicho Bella, no puedes seguir siendo egoísta y pensar solo en tu felicidad, piensa también en la de e y piensa en lo que le conviene-dijo mientras se marchaba y dejaba la puerta del despacho cerrada.
Edward… no, el… no ¿El querría tener hijos? Hijos que yo no podría darle nunc. ¿Querría el envejecer? ¿Morir? No, no, no. La sola idea de Edward inerte, frio, sin aliento ni vida bajo mis brazos me dejaba helada. Yo sin él no podía vivir ¿podría el vivir sin mí? ¿Podría el seguir adelante? ¿Volverse a enamorar? La imagen de aquella nativa de La Push hizo que mis dientes chasquearan de rabia. El solo imaginar a mi amado Edward, besándola, amándola, haciéndola su esposa, teniendo hijos con ella… era insoportable. Pero esa era mi realidad, yo misma había visto con mis propios ojos cuanta devoción sentía aquella muchacha por mi Edward, ella podría dar la vida por él, no es que yo no pudiera, claro que lo haría pero… aunque quisiera no podría mi maldito escudo me lo impediría.
¿Qué era lo mejor para Edward? ¿Yo? Una nada… una mujer que no era ni humana ni monstruo, una mujer que no podría darle hijos, una mujer que no podría envejecer con él, una mujer egoísta que a cambio de no perderlo le había pedido que ofreciera su alma para que estuviésemos juntos por el resto de la eternidad.
No, Edward no se merecía eso. El que era tan hermoso como un ángel, tan gentil, tan bueno… no merecía perder su alma, no merecía que yo fuera así de egoísta con él.
No, el no… Mi Edward no… él se merecía algo mejor. Merecía vivir, amar y ser… y ser… amado, aunque la que lo amase no fuera yo ni lo quisiera como yo lo hago. Como yo lo haría, por toda la eternidad.
No, Edward, yo no lo merecía.
Me sujete el pecho, mientras sentía que el aire dejaba mis pulmones, como pude salí del despacho a mi habitación de repente me había empezado a sentir mal, no solo por lo que me había dicho rose si no que de nuevo me dieron nauseas y unos mareos que tuve que recostarme en mi habitación, me sentía muy mal y el dolor de mi corazón lo empeoraba todo.
Sollocé unos momentos mientras el corazón se me hacia añicos, mire mi muñeca, el pedazo de tela negra seguía allí, estaba segura que el también tendría la cinta que yo le había amarrado. Escondí mi rostro en la almohada, para mitigar ambos dolores. Mi Edward… mi Edward. No, yo lo quería para mi, no para otra, pero… era lo más sensato. El era mio en todos los sentidos pero… yo no era buena para él.
-Bella cariño ¿Vamos de compras a Port Angeles? -Dijo Esme desde el umbral de la puerta… para la próxima vez, tendría que cerrar la puerta- Te sientes bien corazón? Te vez algo pálida- se sentó, junto a mi cama.
-Mamá, me siento un poco mal… quizás otro día, además tenemos escuela desde la próxima semana-me limpie rápidamente las lagrimas de las esquinas de mis ojos. Intente mostrar una sonrisa.
-Oh, lo siento cariño ¿Qué te duele?- dijo Esme mientras me tocaba la frente con sus suaves y frías manos.
-Mi estomago… además tengo nauseas.
-Oh, cielo de nuevo?-yo asentí, llevaba ya algunos días con lo mismo pero nunca quise que Carlisle me diera algo, le había dicho que lo más seguro era por el estrés de todo lo que había pasado con James- déjame llamar a Carlisle para que te revise, yo acabo de llegar de cazar con Alice y Emmett.- se levanto y fue directo al teléfono.
Después de unos segundos en el teléfono, Esme colgó y regreso al lugar de antes.
-Carlisle, vendrá en unos momentos amor, te sigues sintiendo muy mal?- pregunto en forma maternal.
-Ya se me está pasando, los demás donde estan? Necesito pedirles un favor- dije, necesitaba que alguien le dijera a Edward que hoy no podría ir a su casa, el estaría preocupado por mí.
-Quieres que Alice llame a Edward?- pregunto Esme comprendiendo mi preocupación.
-Si, por favor-le rogué.
-Ok enseguida le digo-salió Esme de la habitación, pero segundos después ya estaba de regreso.
-Dice que vendrá dentro de unos minutos, sigue viendo que color de servilletas le sienta mejor a los manteles dorados- Esme sonrío, trate de fingir una sonrisa lo mejor que pude.
Nuestro matrimonio, la cosa que mas ilusión me hacia… verme vestida de blanco, entrando a la iglesia… y mi Edward, parado allá a lo lejos, esperando por mí. Esperando a que unamos nuestras vidas. Hasta que la muerte nos separe. Trate de ahogar el llanto, las lágrimas. Trate de lucir fuerte.
Unos minutos más tarde Carlisle llego a la casa, estaba preocupado.
-Bien Bella, dime que es lo que sientes?- hablo con su tono formal de un medico profesional, aunque el tono de padre preocupado seguía allí.
-Bueno lo mismo de siempre, mareos y nauseas –conteste en un susurro. El enarco una ceja, pensativo.
-Bueno te sacare un poco de sangre,- puse cara de miedo- solo es para hacerte unos análisis, así veremos qué es lo que tienes, y descartaremos todo e iremos directo al grano.
-Pero puede que se trate solo de una infección no me puedes dar algo para eso y ya?- pregunte esperanzada.-sabes que odio las agujas.
-No, cariño lo siento, necesito estar seguro de que es lo que tienes- contesto mientras sacaba una aguja de plata de su maletín, tal vez mi piel no era extremadamente dura como la de ellos pero… bueno.
-Oh, está bien- me rendí.
Carlisle tomo unas muestras de sangre de mi brazo izquierdo, las depositó en unos tubos pequeños donde puso mi nombre y las cerró.
-Dentro de unos días tenemos los resultados- dijo mientras guardaba todo en su maletín.- bien corazón descansa un poco- dijo mientras depositaba un beso en mi frente.
Tenía que hacerlo, tenía que decirles la decisión que había tomado, tenía que hacerlo por el bien de todos.
-Mamá, papá necesito hablar con ustedes, bueno, con toda la familia, por favor- susurre, pero sabía bien que todos había oído. Para ese momento mi habitación ya estaba llena de mi familia.
-Quiero decirles… que he tomado una decisión- les dije con la cabeza gacha- no me casare con Edward- les dije en un susurro.
-Queeeee??? Tu… tu no hablas enserio- oí gritar a Alice, no me atreví a mirarla. Yo no era la única que sabía cuanta ilusión tenia Alice de hacer a Edward parte de la familia. Edward era prácticamente su hermano.
-Alice tranquilízate por favor- ordeno Carlisle, oí un refunfuño pero luego todo fue silencio- Dinos porque Bella? ¿Qué no amas a Edward?- negué con la cabeza, rogando para que las lagrimas se marcharan de una buena vez.
-Por qué Edward no pertenece a nuestro mundo, estando conmigo solo está en peligro y si le pasa algo yo moriría de tristeza, es por eso que he tomado la decisión de irme, perdónenme, pero no puedo estar en el mismo lugar, me dolería pensar que estamos tan cerca, pero a la vez tan lejos –dije con lagrimas en los ojos.- me iré hoy mismo, les prometo estar en contacto con ustedes- les dije con las lagrimas ya cayendo por mis mejillas.
Esme se acerco a mí- Bella somos una familia no podemos dejarte, si te vas tú, nos vamos todos no es así?- miro a los chicos.
-Claro… todo por ti pequeña- murmuro Emmett con tristeza, el también se había encariñado demasiado con Edward. Emmett y el eran mejores amigos. Alce la vista, mire el rostro furioso de Alice, y el triste de Emmett.
-No claro que no, eso sería aun más egoísta de mi parte, y eso es lo que menos quiero- voltee a ver a Rosalie, pero esta miraba un punto en el horizonte.
-No bella, ya oíste a tu madre nos vamos todos- dijo Carlisle, con tono autoritario pero a la vez cariñoso. Oí un bufido molesto, Alice por supuesto.
-Está bien pero quiero irme hoy mismo, y necesito hablar con Edward- susurré.
-Bueno y que se supone le dirás?- pregunto Alice, por su tono de voz supe que estaba mas que molesta, pero no podía hacer nada, era por el bien de Edward.
-Tendré que mentirle…- le conteste- aunque no se cómo lo haré soy pésima mintiendo- reí son ganas.
-Mucha suerte- me contesto sarcásticamente. Mientras apoyaba su frente en el hombro de Jasper que estaba callado, supongo que estaría tratando de calmar a Alice.
-Tendremos que sacar lo que más necesitemos, lo demás lo podremos comprar, habrá que cubrir los muebles, tu Bella descansa, luego vas y… hablas con el- decía Carlisle mientras todos iban saliendo de mi habitación.
Fin de Flash Back


Y ahí está yo en mi habitación recostada, sollozando y pensando en que le diría a Edward, que mentira le contaría, para que me odiara y así me olvidara más rápido, lo único que se me ocurrió era decirle que ya no lo amaba, esa sería la más estúpida y negra de las mentiras que jamás había dicho, por qué nunca sería así, yo siempre amaría a Edward más que a mi propia vida, pero tenía que hacerlo si quería verlo feliz. De nuevo la imagen sonriente y triunfal de aquella nativa cruzo mi mente… no podía echarme para atrás, no podía.

Mire el reloj, del buro que tenía cerca de mi cama, ya era tarde… Charlie ya seguramente se habría ido a trabajar, y Edward estaría solo. El tiempo iba muy rápido y yo tendría que ir a verlo, el dolor en mi corazón incrementaba con el pasar de los segundos, estaba segura de que este dolor jamás se ira. Solloce. Un familiar y dulce olor impregno mi habitación.
—Amor estas bien? —oí esa voz, y voltee rápidamente Edward se veía asustado, que hacia el aquí no se supone que estaba castigado.
—Esto…—solloce y trate de limpiar mis lagrimas mientras me levantaba de la cama—Nada, Edward ¿qué haces aquí? Creí que Charlie te había dicho que no saldrías de tu casa por mentiroso.- conteste algo fría… tendría que empezar desde ese momento.
—Ah y eso que importa ahora ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Carlisle ya te diagnostico?
—Aja…-cortante
— ¿Y? con un “aja” no me calmare Isabella
—Dijo que estoy bien ¿ok? No sé porque siempre te comportas como un chiquillo, madura ya Edward- Dura tenía que ser muy dura con el aunque me doliera en el alma.
—Ah ya… no te desquites conmigo si estas malhumorada.
—Entonces para que vienes… no te necesitaba si lo hubiera hecho te hubiera llamado ¿no crees?- te necesito Edward, te necesito, dije para mis adentros, pero lo de nosotros no puede ser… no puedes pertenecerme.
—Ah, ya…- volvió a contestar
—Deja de decir “ya” cuanto te odio cuando dices eso…
—Ya… hay lo siento lo dije de nuevo… es que no lo puedo evitar, me siento nervioso, tu sabes que me intimida aquella actitud tan… rara que tienen tú y tu familia ahora, hablando de eso ¿Dónde estan todos? No los he visto.
—Se han ido- le conteste
—A donde- que le contestaría, no le podía decir eso aquí, sería demasiado duro para él.
—Eres tan inocente… eres solo un niño- fue lo único que pude contestar.
—No me digas niño Bella, sabes que lo odio, si estas de tan mal humor lo mejor será que me vaya, mejor estaba castigado.- perdóname Edward, te amo.
—No, espera- pedí
— ¿Qué? A que sigas peleando conmigo… no gracias
—Tenemos que hablar… pero no aquí, ¿trajiste tu coche?
—Sip...
—Bueno, tenemos que irnos, te tengo que decir algo.
—Hay no dímelo aquí, afuera hace mucho frio— no aquí no podía ser, no aquí, tenía que llevarlo a un lugar donde estuviéramos solos, donde nadie nos escuchara. Sabía el lugar perfecto, aunque dolería mas hacerlo ahí.
—Vamos
Caminamos hacia la puerta, Edward trato de abrazarme pero con todo el dolor de mi corazón, quite sus brazos de mi, por más que quisiera estar entre ellos, no podría hacerlo, por más que quisiera que sus brazos calentaran mi cuerpo, ya no lo harían más y tendría que acostumbrarme desde ahora.
—Esto ¿A dónde vamos Bella?
—No puedes solo estar en silencio, de verdad Edward a veces me irritas demasiado.
—Disculpa pero ¿Dónde está Emmett? ¿Y Alice y Jasper? ¿Rosalie?
—Ya te dije, se han ido
—Sí, lo sé pero… ¿A dónde?
—Eres tan inocente—murmure, pero sé que me hoyo. Me percate en su brazo lastimado ¿Cómo habría conducido el hasta aquí en estas condiciones? Que imprudencia. El olor a perro mojado me dio la respuesta, el y su inseparable amiguita… por lo menos sabía que no sufriría mucho, ella le consolaría aunque eso hacía que mi corazón me dolería aun mas.
Edward condujo hasta el prado por un atajo que yo le había dicho en el auto el silencio reino, podía escuchar el corazón de Edward como el aleteo de las alas de un colibrí, estaba nervioso. Lo notaba, su mandíbula estaba tensa.

Aléjate de mí y hazlo pronto antes de que te mienta.
Tu cielo se hace gris, yo ya camino bajo la tormenta.
Aléjate de mí, escapa ve que ya no debo verte.
Entiende que aunque pida que te vayas, no quiero perderte.


Al llegar me baje del auto sin esperar a que el me abriera la puerta.
-Vamos Edward apúrate-le dije, mientras caminaba hacia el prado, el viaje duro 5 minutos eternos, acompañados por un gran silencio, por primera vez no me tropecé, eso fue bueno, no quería que Edward tuviera que cargarme si me tocaba todo se iría por la borda, y no podía permitir eso.
-Que hacemos aquí bella?- pregunto, medite lo que diría y como lo aria para que no se diera cuenta de mi mentira.
Después de unos segundos más hable.
-Nos vamos Edward- dije
-Nos vamos a donde? Pregunto aun sin entender nada. A veces mi… bueno Edward podía ser tan inocente, eso era lo que lo hacía diferente, lo que lo hacía especial. Rayos Bella, concéntrate.
-Nos vamos, los Cullen-agregue a mi familia para que viera que él no estaba incluido en ese “nos vamos”.
-Los Cullen.- susurro.
-si Edward nos vamos- dije mirando un punto fijo detrás de el por qué no podía mirarlo a los ojos, si miraba aquellos increíbles ojos verdes me perdería…

La luz ya, no alcanza.....
No quieras caminar sobre el dolor descalza.......
Un Ángel te cuida.......
Y puso en mi boca la verdad para mostrarme la salida....


-Cuando regresan?- pregunto
-Hay Edward eres tan inocente.- volví a decir.- No volveremos-
-Pero entonces donde nos casaremos? Y cuando?- pregunto. La Boda, Golpe bajo. Gracias Edward…
-Edward no entiendes?- grite- no nos casaremos, me voy, me largo de aquí, no nos vamos a casar, no te amo me equivoque y lo siento mucho pero esto se acabo perdóname.-saque todo de golpe como si decirlo todo aminoraría el dolor que estaba sintiendo.

Y aléjate de mi amor....
Yo se que aun estas a tiempo....
No soy quien en verdad parezco....
y perdón no soy quien crees YO NO CAI DEL CIELO


-Perdón Edward se que te ilusione demasiado, yo también pensé que eras el amor de mi vida pero me equivoque perdón, no era mi intensión lastimarte.- suspire, pensé que en cualquier momento perdería el control y me pondría a llorar arruinándolo todo
- Te prometo que jamás sabrás de mi de nuevo, nunca he existido en tu vida, será como si regresara el tiempo como si nada hubiera pasado, en verdad es lo mejor…- cada palabra que salía de mi boca quemaba como fuego ni siquiera la sed de sangre me había quemado tanto como el decir tantas mentiras, cada palabra era como un puñetazo a mi corazón, me pregunte ¿cómo podría seguir viviendo después de esto?.
-Perdóname en verdad perdóname- susurre.

Si aun no me lo crees amor............
Y quieres tu correr el riesgo
Veras que soy realmente bueno
En engañar y hacer sufrir
A quien más quiero..


-solo contéstame una cosa, alguna vez en verdad me amaste?-que estúpida pregunta. ¿Que si lo ame? Por supuesto lo amo lo ame desde el primer momento y siempre lo haré, pero no podría decírselo.
-Claro, que te ame, pero el amor no es eterno, no sabes cuento lamento que todo esto llegara tan lejos perdóname Edward, nunca quise lastimarte.- mi amor si era eterno. Siempre lo amaría.

Aléjate de mí pues tu bien sabes que no te merezco
Quisiera arrepentirme, ser el mismo y no decirte esto
Aléjate de mi, escapa, vete ya no debo verte
Entiende que aunque pida que te vayas no quiero perderte.


-Te suplico que no pidas perdón y que no lamentes todo esto, yo no lo hago y no quiero que tu lo hagas, si piensas así es porque crees que todo fue un error desde el principio y para mí no lo es-claro que no era un error nada fue un error.

Y aléjate de mi amor....
Yo se que aun estas a tiempo....
No soy quien en verdad parezco....
Y perdón no soy quien crees YO NO CAI DEL CIELO.


-Te prometo nunca más volverme a involucrarme en tu vida, nunca más me volverás a ver te lo juro, pero solo te pido que me perdones por este gran dolor que te dejo.- me acerque le di un beso en la mejilla- espero algún día puedas perdóname y olvidarme- susurre y me marche, todo el camino derrame lagrimas, que ahora ya podía sacar pues nadie me veía.
En la frontera de estados unidos con Canadá me esperaba mi familia.
Nadie pregunto nada cuando me subí al auto donde iba manejando Carlisle todos menos Emmett y Alice se limitaron a mirar y sentir mi dolor. Note un brazo frio a mi alrededor, Rosalie.
-Bien hecho, el ahora tendrá un futuro.


Si aun no me lo crees amor............
Y quieres tu correr el riesgo
Veras que soy realmente bueno
En engañar y hacer sufrir
Y hacer llorar
A quien más quiero..

sábado, 3 de julio de 2010

capitulo # 24

Capitulo#24
¿ADIOS?—Anda contesta…
“Estas llamando al número de Bella Cullen… si obviamente si no te contesto es porque estoy ocupada o bueno olvide mi celular… que es lo más seguro, deja tu mensaje después del bip… si eres Edward, te amo.”
—Mierda—masculle por lo bajo, era la decima vez que intentaba llamar a Bella en el día pero no contestaba y pues como se suponía que “estaba castigado” Charlie no me daría permiso de ir a buscar a Bella a su casa. Maldición… esto de estar castigado era estúpido, yo no tuve la culpa de romperme el brazo, la tuvo aquel maldito vampiro nómada.
—Intentare llamarla una vez más…—susurre marcando con rapidez el número de Bella en mi celular.
“Estas llamando al número de Bella Cullen… si obviamente si no te contesto es porque estoy ocupada o bueno olvide mi celular… que es lo más seguro, deja tu mensaje después del bip… si eres Edward, te amo.”
—Arghhhhh—gruñi estrellando el aparato plateado contra mi pared. Maldición, maldición, y otra vez maldición. Esto ya me estaba preocupando.
—Edward que rayos fue eso ¿Todo bien por allí? —dijo Charlie desde afuera de mi habitación
—Nada.
— ¿Estás bien? ¿Seguro?
—Si…
Charlie abrió la puerta, me miro algo avergonzado. El sabía muy bien que yo estaba molesto, ¿Quién rayos está de buen humor cuando está castigado?
—Sigues enojado conmigo?
—Nooo- murmure sarcásticamente.
—Entiende hijo, hasta que no me des una explicación racional sobre cómo te hiciste lo que te hiciste en el brazo estarás castigado. Si claro… “Emmett me golpeo con el bate de beisbol” anda a decirle eso a tu abuela…
—Para que quieres que te explique si no me vas a creer… papá ¿no me puedes castigar otro día? Tengo que ir a hablar con Bella de verdad.
Le mire de la misma manera en la que lo hacía cuando quería algo que me era negado.
—No me mires así Eddy… Rayos pone la misma triste mirada que ponía Reneé cuando quería algo, maldición hasta eso le heredo a su madre.
—Anda papá de verdad, de verdad necesito ir a casa de Bella, no me ha contestado el celular en toda la mañana… anoche se sentía algo mal, estoy preocupado.
-los siento Edward pero n, estas castigado y he dicho no.- dijo Charlie saliendo de mi habitación
Arrggggg… tenía que hacer algo pronto si no moriría de desesperación, de pronto algo paso por mi cabeza, estaba desesperado así que no tuve otro opción.
—Edward Masen regresa aquí en este instante— el grito de mi padre inundo todas y cada una de las partes de la casa, poco me importo que estuviera “demasiado enfadado” o “a punto de darle un ataque” esto ya era demasiado… mi padre, Charlie Masen el jefe de policía de Forks me había tenido prácticamente 7 días, 2 horas y 4 minutos encerrado en mi habitación. Según el… por mentiroso, ya claro el seguro quería que le diga “Papá, un vampiro nómada, si papá…de esos que salen en las películas, me ha roto el brazo solo por que he defendido a mi prometida… no te enojes” Oh, claro, claro Charlie me habría entendido.
Salí corriendo por la puerta de atrás, que daba al verde bosque, si Leah, mi mejor amiga me estaba esperando allí, con la puerta del coche abierta y con el motor de aquel viejo Ford encendido. Le había llamado antes apara que me recogiera ya que yo solo no iba a poder.
—Edward, aun sigo pensando que esto le hará mucho daño a Charlie— susurro Leah, arrancando velozmente, di un solo vistazo hacia atrás, la figura de Charlie, parado en medio de la carretera me hizo estremecer. Tonta Leah… eres una tonta… esto es una mala idea, pobre Charlie
—Ya me canse de estar “castigado”… además Leah, tú me dijiste que esto era una buena idea.
No me iba a sentir culpable… no, no podía, no debía. No en estos momentos.
—Sí, te lo dije… pero no era para que corras a ver a tu chupasangre.
—Lee…
—Ya lo sé… “tengo que aceptar tu relación con ella” —dijo tratando de imitar mi voz—Es que tienes que darme tiempo Ed, no pretendas que me convierta en la BFF de tu mestiza… eso si que no, primero muerta.
—Hay Lee… no sé que voy a hacer contigo—me reí mientras despeinaba el sedoso cabello de Leah con mi mano sana, la otra obviamente no la iba a poder mover en algunas semanas. —Lee me trajiste… eso que te pedí que recogieras.
—Oh, sí lo recogí ayer por la mañana, no sabes las ganas que he tenido de abrir el jodido paquete… pero bueno. Parecer ser algo pequeño… Los licántropos deberíamos tener visión e rayos X
—Ah, pero lo hubieras abierto, no es nada de otro mundo… le pedí a mi abuela que me lo mandara, aunque fue difícil escabullirme hacia el teléfono, se supone que tampoco debía usar el teléfono.
—Charlie se enojo mucho esta vez no? Es que Edward tu también tienes que entenderle, no siempre vez a tu hijo llegar con un brazo roto a tu casa. Malditos vampiros, todo ha sido su culpa.
—Oye Lee, no ha sido culpa de nadie, solo mía, y yo asumí las consecuencias de mis actos aunque de verdad no esperaba que Charlie me castigara así.
Observe los frondosos pinos que estaban a los lados de la carretera, mire el cielo a través de la ventana, Leah seguía “regañándome” hice como si la escuchara. Ya tenía mucho con Charlie como para aguantar los regaños de mi mejor amiga.
Hoy no era mi día. Todo el mundo parecía estar en mi contra, hasta mi madre me había llamado totalmente enfada por el “gran” asunto de mi brazo. Ni que hubiera sido gran cosa, era solo un simple brazo roto, nada más.
Finalmente llegamos. Leah se tenso al ver a Esme salir de la casa y pararse en el porche de la mansión.
—Quieres que venga mas tarde? —dijo Leah tensa, mirando con rabia a Esme. Aunque no era exactamente a Esme a quien miraba así, era a todos los vampiros en general, Leah odiaba a los vampiros, aun recordaba el día que Leah me había dicho que ellos solo eran simples cuentos, simples historias. Todo había cambiado. Ahora.
—No, le diré a Emm me lleve a casa, Bella no podría se ha estado sintiendo mal estos días, ha tenido demasiados mareos y ha estado vomitando ¿me pregunto que tendrá?
—Los vampiros vomitan? Vaya eso es nuevo—rio Leah acercándose para darme un beso en la mejilla, me aleje discretamente. No quería hacer enfadar a Bella, menos aun cuando mi adoraba inmortal se sentía tan mal.
—Lee… me voy—abrí la puerta del Ford y me bajé con destreza, me despedí de Leah con gesto amistoso, ella meneo la cabeza aun algo aturdida por mi comportamiento. – sabes mejor te dejo el auto puede que lo necesites y los chupasangres no estén disponibles- dijo bajándose
-no lee, no te preocupes además como te irás tu?- pregunte.
-en un momento más le cambiare la guardia a Paul y tendré que convertirme en lobo, no necesitare el auto.-
-Oh, bueno, como quieras- le dije mientras los dos nos bajábamos del auto.
-Bueno me voy Edward- “se enojara si lo abrazo?” pensó
-Somos amigos no, puedes abrazarme- le dije con una sonrisa.
“claro amigos, siempre amigos”
-Adiós lee- moví el brazo que no tenia enyesado para decirle adiós, ella solo movió su cabeza por mi comportamiento.
“adiós Edward “pensó mientras me daba una sonrisa y salía corriendo
Camine directo a la mansión Cullen donde Esme me miraba
—Hey Esme—sonreí cuando hube llegado hacia el porche de la lujosa casa de los vampiros. La tonta sonrisa que tenia grabada en mi rostro desapareció cuando vi la cara triste y preocupada de Esme. Vamos Edward se supone que puedes oír las tontas voces, anda óyelas. Me dije a mí mismo.
—Ed, cariño… no te veía como desde hace una semana.
Anda, Esme has algo para calmarte, ah ya se…Mexicanos al grito de Guerra; el acero, aprestad y el bridón.
— ¿Qué? Mex-xi ¿Qué? —pregunte confundido.
—Nada… no dije nada. Dios Esme eres tan obvia. Ciña ¡Oh patria tus sienes de oliva!
De la paz el arcángel divino
—Esme deja de hacer eso…—dije tocándome las sienes. Esme me miro asustada y confusa a la vez. —Vengo a ver a Bella.
¿Le habría dicho Carlisle a Esme sobre mi particular habilidad? No, rayos no. Se suponía que yo se los diría cuando me convirtiera.
—Ed, cariño no creo que este sea el mejor momento Bella nose ha sentido bien. Ella necesita reposo.
—Bella sigue sintiéndose mal—casi grite aterrorizado. Rayos. ¿Por qué Alice no me había dicho, o Emm o Jazz?
—Puedo verla? Te lo ruego Esme—rogué mirando a Esme, ella sonríe y asintió. Aunque la verdad es que no se por qué aun seguía cantando aquella canción.
—Gracias Esme, eres la mejor—le di un abrazo y entre corriendo a la casa, subí las lujosas escaleras de dos en dos hasta llegar a la puerta de la habitación de Bella. Toque la puerta dos veces. Oí un sollozo ahogado, abrí la puerta con o sin el permiso de Bella, entonces la vi… estaba llorando tendida en su cama.
—Amor estas bien? —casi grite completamente asustado ¿estaría lastimada? ¿Le dolería algo? ¿James habría vuelto? ¿La habría lastimado?
—Esto…—sollozo ella limpiándose las lagrimas mientras se levantaba de la cama—Nada, Edward ¿qué haces aquí? Creí que Charlie te había dicho que no saldrías de tu casa por mentiroso.
—Ah y eso que importa ahora ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Carlisle ya te diagnostico?
—Aja…
— ¿Y? con un “aja” no me calmare Isabella
—Dijo que estoy bien ¿ok? No sé porque siempre te comportas como un chiquillo, madura ya Edward
Deje pasar aquel comentario, aunque dolió.
—Ah ya… no te desquites conmigo si estas malhumorada.
—Entonces para que vienes… no te necesitaba si lo hubiera hecho te hubiera llamado ¿no crees?
Bien… yo vine aquí, escapándome de mi casa, por que mi padre no me ha quitado el castigo y ella me dice que no me necesitaba… genial
—Ah, ya…
—Deja de decir “ya” cuanto te odio cuando dices eso…
—Ya… hay lo siento lo dije de nuevo… es que no lo puedo evitar, me siento nervioso, tu sabes que me intimida aquella actitud tan… rara que tienen tú y tu familia ahora, hablando de eso ¿Dónde estan todos? No los he visto.
—Se han ido
—A donde
—Eres tan inocente… eres solo un niño
Aquella palabra me hizo recordar a Rosalie. Yo no era un niño, ya no lo seria nunca mas ¿nadie lo entendía? Yo no soy un jodido niño… maldición un niño no tiene sexo con su novia y un niño no se va a casar dentro de cómo seis meses. Rayos.
—No me digas niño Bella, sabes que lo odio, si estas de tan mal humor lo mejor será que me vaya, mejor estaba castigado.
—No, espera
— ¿Qué? A que sigas peleando conmigo… no gracias
—Tenemos que hablar… pero no aquí, ¿trajiste tu coche?
—Sip..- Bueno se supone que por hoy seria mío, Leah me lo había prestado
—Bueno, tenemos que irnos, te tengo que decir algo.
—Hay no dímelo aquí, afuera hace mucho frio—rezongue, ella me miro inexpresivamente. Mire hacia el suelo ¿Qué le pasaba a Bella?
—Vamos
Caminamos hacia la puerta, yo detrás de ella, la quise abrazar mas ella quito mis manos de sus brazos…esto ya me estaba asustando… bajamos las escaleras de la misma forma, mire hacia mi alrededor en silencio, ¿Por qué los muebles de la casa traían aquella manta blanca encima? Una gota de sudor frio cayó por mi espalda.
—Esto ¿A dónde vamos Bella?
—No puedes solo estar en silencio, de verdad Edward a veces me irritas demasiado.
Suspire y seguí caminando en silencio, salimos de su casa, no sin antes recordarme mentalmente la desaparición de Esme. Ya no estaba, no había salido a despedirme de la misma dulce forma que lo hacía siempre.
—Disculpa pero ¿Dónde está Emmett? ¿Y Alice y Jasper? ¿Rosalie?
—Ya te dije, se han ido
—Sí, lo sé pero… ¿A dónde?
—Eres tan inocente—murmuro ella.
Le abrí la puerta como lo había hecho siempre, se acomodo en el asiento en silencio. Mientras me dirigía a la puerta del piloto, no te atreves del cristal del coche como una gruesa lágrima rodaba su pálida mejilla. Me acomode yo también, puse las llaves en el contacto y me dispuse a arrancar.
Se me hizo raro que no mencionara nada sobre el auto, ni del olor que según ella aborrecía de Leah, así que arranque el auto mas nervioso de lo que ya estaba antes.
Conduje atrás de una carretera diferente, ella dijo que este era un “atajo” hacia el prado de la otra vez. Estaba lloviendo, hacia un frio de los mil demonios y ella quería ir a el prado, ok…
Estacione el coche al lado de un frondoso árbol de pino. Me apresure a ir a abrirle la puerta del coche, pero ella ya se había bajado.
Esto en verdad me asustaba.
-vamos Edward apúrate-dijo bella.
-caminamos durante 5 minutos los cuales se me hicieron eternos. Gracias a que estos venían acompañados de un silencio que hacía que me pusiera aun más nervioso.
Al llegar al prado aun seguía el silencio, yo no quería romperlo pero cada segundo que pasaba era como una bala atravesando mi corazón.
-que hacemos aquí bella?- pregunte pasaron otros minutos más que parecieron horas al esperar su respuesta. En ese momento quería poder leerle la mente y saber que estaba pasando por su cabeza que le ocurría.
Después de unos segundos más hablo.
-nos vamos Edward- al fin dijo.
-nos vamos a donde? Pregunte sin entender nada.
-nos vamos, los Cullen- agrego. Y en ese momento comprendí los Cullen se iban, yo no. Yo no era un culle. Pero bella si, bella se iba.
Algo hizo clip en mi cabeza.
-los Cullen.- susurre.
-si Edward nos vamos- dijo mirando un punto fijo detrás de mí.
-cuando regresan?- pregunte-
-hay Edward eres tan inocente.- susurro.- no volveremos- agrego.
-pero entonces donde nos casaremos? Y cuando?- pregunte.
-Edward no entiendes- grito- no nos casaremos, me voy, me largo de aquí, no nos vamos a casar, no te amo me equivoque y lo siento mucho pero esto se acabo perdóname.-saco todo de golpe como si alguien le hubiera pegado en el estomago y esta hubiera dicho todo con su último aliento. Yo aun no comprendía las cosas.
-Perdón Edward se que te ilusione demasiado, yo también pensé que eras el amor de mi vida pero me equivoque perdón, no era mi intensión lastimarte.- suspiro- Te prometo que jamás sabrás de mi de nuevo, nunca he existido en tu vida, será como si regresara el tiempo como si nada hubiera pasado, en verdad es lo mejor.
Vi como una lagrima derramaba de su mejilla o tal vez la imagine. Mis ojos me picaban quería llorar, pero no lo aria seria fuerte.
-Perdóname en verdad perdóname- susurro.
-solo contéstame una cosa, alguna vez en verdad me amaste.?- pregunte con todas las fuerzas que tuve para poder hablar.
-claro, que te ame, pero el amor no es eterno, no sabes cuento lamento que todo esto llegara tan lejos perdóname Edward, nunca quise lastimarte.
-te suplico que no pidas perdón y que no lamentes todo esto, yo no lo hago y no quiero que tu lo hagas, si piensas así es porque crees que todo fue un error desde el principio y para mí no lo es- le dije entre susurros tratando de que la voz no se me quebrara a causa del nudo que estaba formándose en mi garganta con cada palabra que ronunciaba.
-te prometo nunca más volverme a involucrarme en tu vida, nunca más me volverás a ver te lo juro, pero solo te pido que me perdones por este gran dolor que te dejo.- Bella se acerco me dio un beso en la mejilla- espero algún día puedas perdóname y olvidarme- susurro. Y después se marcho.
Me quede mirando hacia su dirección. Podría alcanzarla pedirle perdón, decirle que si había hecho algo mal que me perdonara, que si quería que no nos casaríamos que no me importaba eso, pero que solo quería que ella estuviera a mi lado. Pero ya era demasiado tarde ella ya había desaparecido entre las sombras negras del bosque.
Lo único que me importaba era que ella estuviera conmigo siempre, pero eso ya no seria posible, ella se había ido, ella no me amaba y yo me había quedado solo, sin su presencia sin su olor, sin su sonrisa.
Me senté en el suelo pensando en que a lo mejor todo esto podría ser un sueño o una pesadilla, que despertaría, estaría en mi recamara de Phoenix y que jamás había pasado nada, que ella solo había sido un producto de mi imaginación, algo que no existía, y que jamás existiría. Cerré los ojos muy fuerte pues si esto era un sueña ya quería despertar, ya no soportaba mas el dolor de su ausencia.
Rápidamente antes de que comenzara a derramar esas gotas de agua salada, que bañan tu rostro cada vez que te sentías muy triste, me levante del suelo, y camine de nuevo directo a mi auto. Y conduje a ningún lugar en especial solo quería escapar del dolor, huir, quería que me dejara en paz.
De repente un recuerdo se vino a mi memoria algo que ya no recordaba y que había sucedido algo a lo que jamás le di importancia, una conversación con Nick.
Flash Back
Estábamos en su casa, su hermana había hecho una fiesta para celebrar que el equipo de futbol del instituto había ganado el campeonato por quinta vez consecutiva.
Nick no estaba bien, no tenia ánimos de bajar a la fiesta, estaba muy deprimido, así que como buen amigo subí hasta su habitación a convencerlo de que bajara.
Toc toc
-Lárguense, sea quien sea no quiero ver a nadie- recibí como respuesta al toque de la puerta
-Nick amigo soy yo Edward puedo pasar.
-Edward vete, no quiero hablar con nadie.- no entienden que quiero estar solo?
Para ese momento yo ya había abierto la puerta y me encontraba dentro de la habitación de Nick.
-para que pides permiso si de todas maneras entraras- dijo con arrogancia.
-perdón pero es que por qué no quieres bajar?- pregunte
-No quiero no estoy de ánimo, no lo entiendes?- casi grito.
-OK tranquilízate, pero Fanny esta haya abajo, amigo no la iras a ver?- pregunte con la esperanza de que con la mención del nombre de su novia él quisiera bajar.
-Edward Fanny y yo terminamos ayer, por eso estoy así- joder por que tenía que mencionarla.
Oh joder la cague. Pensé yo.
-bueno Nick no lo sabia perdón, por que no nos lo habías dicho?- pregunte.
-porque no he estado de humor para platicar con nadie- dijo mientras se sentaba en el sillón de la esquina derecha de su habitación.
-Lo siento, pero no estés así, Nick, hay mas chavas, debes de ir a divertirte, míralo del lado bueno hoy puedes coquetearle a cualquier chica haya abajo y nadie se enojara ahora estas soltero. Sal a divertirte.- le dije mientras le daba un puñetazo amistoso en el hombro.
-claro Edward tienes razón, iré a divertirme, iremos a divertirnos y conoceremos muchas mujeres hermosas- dijo mientras se ponía de pie- es mas dicen que el alcohol ahoga las penas, bueno vamos a probarlo, veremos si el alcohol lo cura todo.- dijo mientras caminábamos directo al piso de abajo a divertirnos.
FIN de Flash back
De repente una frase estaba en mi cabeza, el alcohol lo cura todo.
Después de recordar eso me encontraba manejando hacia un lugar desconocido pero que a la vez n estaba muy lejos de mi casa, mi casa me esperaba Charlie para cenar y al contrario de todo eso a mí no me importaba nada, ni siquiera me importaba si mi castigo por llegar tarde a mi casa era de por vida, no me importaba nada solo quería llegar a algún lugar donde me olvidara de todo, donde curaran mi heridas. cuando llegue al lugar indicado estaciones mi auto enfrente del edificio, desde afuera se escuchaba ya la música, pero yo no venía a eso.
Bienvenidos a TOO BAR
Me baje del auto y me adentre a aquel lugar, donde las luces eran muy pocas y las que habían eran de un color fosforescente, adentro hacia demasiado calor
Me senté en una silla que se encontraba junto a la barra, atendiendo se encontraba una hermosa muchacha de pelo negro tez blanca ojos color miel, no muy alta, ella se dio cuenta de que la estaba mirando y se acerco, me sonrió.
-Hola, te ofrezco algo de tomar?- pregunto con un tono de voz que a mi parecer fue un poco chillón. Y molesto fue ahí donde todo lo hermoso desapareció.
-quiero un wisky- dije
-claro guapo- contesto la chica tratando de sonar sexi.
“para ser un mocoso pequeño esta guapo”
-Gracias- le dije después de que me dio la copa
-de nada- me guiño el ojo.
Me estremecí.
Después de un par de horas y casi una botella y media de wisky yo seguía pensando en ella pensé que eso de el alcohol ahogaba las penas era verdad como lo había dicho Nick, pero en realidad lo que hace es que recuerdes mas y duela mas la herida me levante de mi lugar un poco mareado lo que me hizo saber que ya estaba ebrio. Sabía que esto iba a pasar de hecho venia para que esto pasara para emborracharme y olvidarla a ella pero era inútil cada cosa que veía me recordaba a ella, y estar ebrio no ayudaba en nada.
Sabía que no podría manejar en mi estado hacia mi casa pero si le llamaba a Charlie se enojaría y se decepcionaría de mi, aunque a estas alturas el castigo de por vida no me importaba mas, ya nada tenía sentido sin ella. Tome mi celular y marque.
-bueno, Charlie, no, no ,no que diga papá, pe perdón- hable torpemente mientras me sostenía de un tubo que se encontraba afuera del bar.
-Edward ya viste la hora que es casi es la una de la mañana me tienes preocupado donde estas?- me regaño Charlie.
-papá, te quiero mucho- le conteste.- en verdad eres el mejor papá del mundo.- abrasé el poste como si este fuera Charlie
-Edward estas bien?-pregunto.
-que si estoy bien, no papá estoy de maravilla.- mentí.
-Edward? o por dios estas tomado, muchacho donde estas- dijo algo alterado.
-estoy am estoy espera papá-
Mire el letrero del bar y le conteste.
-en Too Bar, salud- conteste quitando mi mano del tubo para alzarla lo que provoco que me tambaleara y casi callera al piso pero volví a sostenerme.
-Edward que haces ahí no que ibas a ir a ver a bella?- su nombre me dolió como un puñetazo.-
-papá bella se fue- le conteste.
-Edward quédate donde estas iré por ti- y colgó.
Al cabo de unos minutos, mi padre llego yo estaba botado en la acera enfrente del bar.
-Edward que te ha pasado?- pregunto mi padre más que enojado, preocupado.
Dios mío no he sido un buen padre?, caso eduque mal a mi hijo?
Charlie se echaba toda la culpa de que yo estuviera así cuando en realidad nadie la tenia, ni siquiera ella, ni siquiera Bella tenía la culpa.
-no es tu culpa papá- le dije.
-que ha pasado Edward, porque estas así?-
-ella se fue papá, bella se fue, me dejo.- lo abrase. Charlie me devolvió el abrazo que me sirvió de mucho.
-lo siento Edward pero las cosas del amor así son, a veces se gana a veces se pierde.
-yo la amo papá- le conteste mientras me ayudaba a subir al auto.
-lo sé hijo, lo sé, pero ahora debes aprender a olvidar, eres joven tienes una vida por delante y más mujeres que conocerás.- respondió mientras avanzábamos por el camino que nos dirigía a nuestro hogar.
Pero yo la quería a ella, ella era todo para mi, con ella quería una familia, con ella quería vivir para siempre, y aunque no fuera para siempre quería que fuera ella, la única mujer que había amado y que siempre amaría.
-perdón- susurre. Cuando al fin llegamos a casa, ya se me había pasado un poco lo ebrio.
-te entiendo Edward, no pidas perdón.- contesto.
Entramos, y el dolor se intensifico, bella había venido varias veces a mi casa que cuando me adentre en ella sentí su olor, por toda esta.
-anda Edward sube a tu habitación, mañana será un día muy largo, pero un día nuevo.- dijo Charlie.- sube a tu cuarto y trata de descansar.
Pobre muchacho, me duele verlo así, pero tiene que ser fuerte y superarlo, el es fuerte yo se que podrá
Como pude subí las escaleras agarrándome del barandal para que no me fuera a caer debido al efecto del alcohol. Tome la manija de mi recamara con miedo de que lo único que estuviera ahí fuera su ausencia.
Abrí la puerta y en efecto su olor impacto mas en mi cabeza y el dolor se intensifico.
Cerré la puerta con cuidado tras de mi tome las mantas de la cama y la distendí me senté sobre la cama con mis piernas abrazadas enterré la cabeza sobre estas y por primera vez en el día hice algo que no había hecho por miedo a creer que no podría parar nunca, por miedo a creer que dirían que yo era un cobarde, por miedo a que dijeran que yo era débil , pero en ese momento no me importo, he hice lo que mi corazón pedía a gritos.
LLORE.