sábado, 22 de agosto de 2009

Capitulo #9 "Teoria"

Capitulo #9

Teoría


-Bueno… puedo hacerte otra pregunta mas- le pedí, tenía un montón de preguntas que hacerle. Pero no quería abrumarla con tantas preguntas que tal vez hasta le parecerían ridículas. Ya estábamos en su auto ya no estaba o no parecía nerviosa porque ya conducía mejor que hacia unas horas, cosa que ya era un milagro de Dios.
-Está bien solo una- contesto con recelo.
-Bueno, me dijiste que no te habías dado cuenta de que me había ido de donde estaba Mike y Eric, me preguntaba cómo te diste cuenta de eso después.- le pregunté con cuidado para que no la tomara por sorpresa. Ella solo desvió la vista a propósito. Después de unos segundos contesto.
-Te seguí, bueno en realidad seguía tu olor.- contesto como si fuera un niño confesando alguna travesura. No era la respuesta que yo esperaba, la que me tomo por sorpresa fue ella a mí con su respuesta, pero aun así seguí.
Voltee hacia el circulo frente al volante donde se marcaba los kilómetros por hora y dios íbamos a casi a 200 kilómetros por hora. Esta chica conducía como una loca.
-Dios detente quieres que nos matemos.- le dije agarrado bien fuerte de los lados del asiento.
Ella volteo a verme pero no se detuvo ni bajo la velocidad.
-Que te pasa?- pregunto ella conteniendo una sonrisa, supuse que era por mi reacción.
-Vas casi a 200 kilómetros estás loca, nos vamos a matar- le volví a decir casi gritando.
Le heche una ojeada de pánico por la ventana, pero estaba demasiado oscuro para distinguir mucho. La carretera sólo era visible hasta donde alcanzaba la luz de los faros delanteros. El bosque que flanqueaba ambos lados de la carretera parecía un muro negro, tan duro como un muro de hierro si nos salíamos de la carretera a esa velocidad.
-Cálmate Edward – dijo riéndose, bueno eso seria genial al fin si nos íbamos a morir que mejor manera que viéndola sonreír.
-¿Pretendes matarnos o algo parecido?- le pregunte con arrogancia cuando ya había disminuido un poco la velocidad hasta llegar a 150 kilómetros.
-Por favor Edward siempre conduzco así.- me dijo, aun se estaba riendo.
-No apartes la vista de la carretera- eso la hizo reír aun más fuerte.
-Vamos Edward jamás he tenido un accidente, y nunca he tenido ni una multa.- lo dijo acariciando la parte delantera de su auto.- es aprueba de radares de velocidad.
-Wow, genial.- le conteste con sarcasmo.- Por si no lo recuerdas Charlie es policía y crecí obedeciendo las normas, además si nos estrellamos contra algo y nos hacemos galleta de Mercedes, tendrás que irte caminando a casa. Le recordé.
-Probablemente si, pero tu no.- me contesto descendiendo mas hasta llegar a los 120.
-Ya satisfecho- pregunto.- como odio conducir así de despacio.- agregó.
-A esto le llamas despacio, además nadie te dijo que conducías pésimo?- le critique.
-Bien basta, dejemos mi forma de conducir a un lado.- dijo con tono mas serio.- todavía sigo esperando la otra teoría recuerdas.- que recordara eso hizo que la piel se me pusiera chinita y que pasaría si era verdad, o si no era verdad. Me quede callado por un rato pensando en como se suponía que le explicaría todo eso.
-¿Tan mala teoría es?- me pregunto riéndose.
-Si – le conteste muy apenado.
-¿De qué comic o de que película lo sacaste esta vez?- preguntó aun riendo.
- De ningún comic y de ninguna película.- le contesté.
-Entonces de donde la sacaste.-
-Bueno en realidad me la conto una amiga.- le dije no quería meter a Leah en esto pero tenia que hacerlo ya que no me gustaba para nada mentirle a Bella.
- El sábado en la playa, me encontré con Leah Clearwater, su papá Harry Clearwater, Billy Black, el papá de Jacob Black y bueno también mi padre son muy buenos amigos, podemos decir que Leah y yo nos conocemos desde niños.- le conté al momento en que miraba su reacción que había cambiado, se había puesto como helada.
-Fuimos a dar un paseo... -evité explicarle todas mis maquinaciones para sonsacar la historia-, y ella me estuvo contando viejas leyendas para asustarme –vacilé-. Me contó una...- me quede callado esperando su reacción.
-Continúa.-dijo seriamente.
-... sobre vampiros.
Ella se puso tensa pero rápidamente compuso su expresión para que yo no la notara… pero si lo hice.
-¿y te acordaste de mi?- me preguntó.
-No…bueno en realidad ella no te menciono ni a ti ni a tu familia-
Ella se quedo en silencio, mirando la carretera sin decir una palabra.
-Ella solo cree que es una superstición estúpida...- añadí para no darle mucha importancia, y en parte para proteger a Leah- no esperaba que me creyera ni una palabra...- como mis palabras no eran suficientes tuve que confesar.- En realidad yo la obligue a decírmelo.
-¿Por qué?-
-Bueno es que Ben dijo algo sobre ti para molestarme. Un joven de la reserva dijo que tu familia no acudía a la reserva pero sonó como si eso tuviera un significado especial entonces me lleve a Leah a la playa y la engañe para que me dijera la verdad.
-¿Cómo la engañaste?- pregunto con ojos curiosos.
-Bueno coqueteé con ella, resulto mejor de lo que esperaba- le dije con la cabeza baja y voz incrédula.
-me hubiera gustado ver eso- dijo con una sonrisa.
Sentí como la sangre se subía a mi rostro estaba rojo como un tomate ella se rio un poco mas y después de un minuto se puso seria.
-¿y después que hiciste?- pregunto mirando la calle.
-Busque en internet- le respondí.
- ¿y eso te convenció?- pregunto con voz incrédula.
-No bueno en verdad nada encajaba, solo encontré cosas que no tenían sentido, y al final…- me quede callado.
-¿Al final que?- pregunto ella con un toque de impaciencia en su voz.
-Decidí que no importa- le conteste mirando hacia abajo.
-¿Que no importa?- dijo ella parecía que se había enojado. Genial, lo que me faltaba.
-No- le conteste.- No importa lo que seas.-
-¿No importa que sea un monstruo?- pregunto aun enojada.
-No- dije firmemente ella se calló y no dijo nada por un buen rato.- no te enfades, no debía haberte dicho nada.- le dije
-No, esta bien que me digas lo que piensas aunque lo que piensas no me agrada mucho.- me contesto un poco mas calmada.
-¿Y, me equivoque de nuevo?- le desafié.
-¿importa?-
-Bueno no.- hice una pausa- ciento curiosidad-
-¿sobre que?-
-¿Bueno, cuantos años tienes?- no sabia si preguntárselo era correcto podía enojarse con migo de nuevo, pero no lo hizo.
-diecisiete.- contesto al instante.
-¿Cuánto hace que tienes diecisiete?- después de un largo minuto de silencio al fin hablo.
-Desde hace mucho.- admitió al fin.
- Está bien- Sonreí, complacido de que al fin fuera sincera conmigo. Sus vigilantes ojos me miraban con más frecuencia que antes, le preocupaba que entrara en estado de Shock. Esbocé una sonrisa más amplia de estímulo y él frunció el ceño.
-Oye no te enojes ni te ofendas pero, como sales durante el día- Ella como siempre me tomo por sorpresa y se hecho a reír.
-Un mito- contesto aun entre risas.
-¿No te quema el sol?- seguí con mis preguntas. Ella ya estaba calmada.
-Un mito- contesto mas calmada y sin reírse aunque ocultaba una risa en sus labios.
-y ¿Duermes en ataúdes?-
-No, de hecho duermo en una cama muy cómoda, pero mi demás familia…- se quedo callada.
-tu familia que.- le anime a seguir.
-Bueno ellos no duermen.- dijo al fin.
-Nunca- le pregunte atónito.
- No… jamás- y rio de nuevo por mi expresión.
- y por que tu si, que tu no eres una de ellos.- le pregunte y de repente recordé algo que Leah me había dicho.
“Tiene consigo a una hembra que es de lo más rara…no es una de ellos, pero tampoco es humana. No se sabe a ciencia cierta la abominación que sea ella.”
Bella era esa hembra, como es que no me había dado cuenta antes.
-Te explicare luego.- contesto distrayendo mi pensamiento, si Bella no era un vampiro como ellos entonces que era.
- Pero aun no me formulas la pregunta más importante- me volvió a decir y eso me saco de mis pensamientos.
-¿Cual?- contesté
-¿Mi dieta, no te importa saber si tomo sangre?-
-Ha…- hice una pausa- Esa-
-Si, esa- lo dijo casi arremedando mi tono de voz.
-Bueno, Leah menciono algo al respecto.- le conteste no dándole mucha importancia.
-Que dijo Leah-pregunto con tono de arrogancia.
-Bueno dijo que ustedes no se alimentaban de sangre humana, dijo que no eran peligrosos.- le dije.
-¿dijo que no éramos peligrosos?- su voz fue algo escéptica.
-Bueno dijo que se suponía que no lo eran, pero ellos singuen sin quererlos cerca de sus tierras por si a caso.-
Ella estaba mirando hacia enfrente no supe si era a la carreta o hacia el vacio.
-y bien- dije al fin cuando el silencio empezó a hacer algo incomodo.- ¿se equivoca sobre si beben la sangre de las personas o no?-
-La memoria de los quileutes no es mala eh- susurro. Yo solo asentí.
-Pero lo que te digan… no dejes que eso te satisfaga…- me dijo en forma de advertencia.- Por algo mantiene su distancia con nosotros.
-No comprendo.- le dije
-Bueno todos nosotros intentamos…- se quedo un poco callada- solemos ser buenos en todo lo que hacemos, pero a veces fallamos, yo por ejemplo al permitirme esta aquí sola contigo.
-¿Estar contigo ahorita es un error?- pregunte, y no pude esconder la tristeza que producía mi voz.
-si, uno muy peligroso- murmuró.
Después de esa respuesta siguió un silencio muy largo, yo miraba la carretera mirando como se pasaban las luces de los coches en las curvas, no parecían reales. Me quedaba muy poco tiempo con ella y no podía desperdiciarlo no ahora, ya que no sabía si volvería a estar con ella de esa manera a solas y sin muros entre nosotros hablando sinceramente.
-Cuéntame mas- le pedí desesperado por seguir escuchando tu voz.
-Que mas quieres saber- me pregunto un poco exaltada por el cambio tan repentino de mi voz.
-Bueno podrías decirme por que cazan animales en lugar de personas.- le sugerí.
-Bueno nosotros no queremos ser unos monstruos- explico en voz algo baja.
-pero ¿los animales no bastan?-
-Bueno digamos que es vivir a base de queso y leche de soja, nos llamamos a nosotros mismos vegetarianos, es como nuestro chiste privado, no sacia la sed completamente pero nos sirve para resistir… la mayoría de las veces.-su voz sonaba a presagio- hay veces que son mas difíciles que otras.-
-¿te resulta difícil ahora?- pregunte, ella solo suspiro.
-Pero ahora no tienes hambre.- lo afirme.
-¿Cómo puedes saberlo?-
-Bueno tus ojos. Tengo una teoría también para eso. Bueno me he dado cuenta de que la mayoría de las personas se enojan cuando tiene hambre en especial nosotros los hombres pero no hay regla que deje afuera a las mujeres.-
Ella se rio.
-eres muy observador ¿cierto?- dijo aun sonriendo.
No le respondí solo me concentre en el sonido de su risa y me la grabe, no sabría si volvería a oírla.
-Esta semana fuiste a cazar verdad- le pregunte cuando ya se había clamado todo.
-Si- dijo y después se callo como si estuviera pensando si en decir algo o callárselo.- no quería salir pero, era necesario. Es mucho más fácil estar junto a ti cuando no tengo hambre.
-¿Por qué no querías marcharte?-
-bueno…- se sonrojo, como era posible que ella se sonrojara se supone que era un vampiro.-si no estoy cerca de ti eso me pone algo ansiosa.- su mirada era amable e intensa y me estremecí hasta la médula.- No bromeaba cuando te pedí que no te cayeras al mar o te dejaras atropellar el jueves pasado. Estuve abstraída todo el fin de semana, preocupándome por ti, y después de lo acaecido esta noche, me sorprende que hayas salido indemne del fin de semana- dijo moviendo la cabeza.
-Fueron tres días realmente largos y puse a mi hermano emmett con los nervios de punta.- Volvió a decir con una sonrisa.
-¿Tres días? ¿No acaban de regresar hoy?- pregunte algo exaltado.
-¿Entonces por que no fueron a la escuela?- estaba algo enfadado por el hecho de cómo me puse al saber que no estaba en la escuela, esta chica me estaba volviendo loco.
-Bueno me preguntaste si el sol me lastimaba y no es así pero no puedo salir a la luz de sol, no al menos donde me vea alguien.-
-¿Por qué?- pregunte.
-Te lo mostrare después- me puse a pensar en eso un momento y asentí.
-Pero pudiste haberme llamado ¿no?- ella se puso confusa.
-Pero sabía que estabas bien- me respondió.
-Pero yo no sabía dónde estabas. Yo…- me quede callado comencé a sentir de nuevo como la sangre se me subía a la cara me había sonrojado de nuevo esto era muy embarazoso.
-¿Qué?- pregunto ella conteniendo su risa.
-me disgusta no verte. También me pone ansioso.- le conteste mirando mis manos.
-hay- gimió en voz baja- eso no esta bien.-no comprendí eso que había dicho mal.
- No te das cuenta Edward, de todas las cosas en las que te has involucrado esta es lo que me hace sentir más mal, no me gusta que te sientas así. Soy peligrosa Edward grábatelo, por favor.
-No- le conteste esforzándome para no parecer un niño caprichoso.
-Hablo en serio Edward- casi gruño.
-Yo también estoy hablando enserio, ya te lo dije no me importa lo que seas, ya es demasiado tarde.-
-No, jamás digas eso.-dijo con dureza.
Contemple la carretera, ya debíamos de estar cerca de la casa. Después de un momento pregunto.
-¿Estás bien?-
-Si- le conteste lo mejor que pude.
-lo siento- no me creyó. Supe que no sólo se estaba disculpando por las palabras que me habían perturbado. La oscuridad se deslizaba a nuestro lado en silencio.
Después de unos segundos de silencio, hablo.
-¿Dime es que pensabas cuando me salvaste?- pregunto.
-bueno, quería matar a esos tipos, si te hacían algo, estaba que estallaba de pura furia, iba a matarlos con mis propias manos.- lo dije y apreté mis puños tan solo recordarlo me hacia enfurecer.
-¿Ibas a pelear con ellos?- eso como que la perturbó.
-Estuve a punto, solo no lo hice porque tú me lo pediste.- le conteste, con tono de indiferencia.
-¿Pero bueno tú estás loco o algo así?- dijo casi con histeria.
Si ella supiera yo también creo que estoy loco quizá tenga razón y necesito internarme en una clínica psiquiátrica o algo parecido. Primero escucho voces en mi cabeza, después estoy enamorado de una mujer vampiro que tiene una familia vampiro, si definitivamente estaba loco, pero supongo que ya es demasiado tarde ya estoy muy enamorado de esta chica y no hay nada que pueda hacer. Suspire, ya habíamos llegado a Forks por lo que bajo la velocidad, como conducía como loca el viaje nos había llevado menos de 20 minutos.
-¿Te voy a ver mañana?- quise saber.
-si, mañana tengo que entregar un trabajo.- suspiro actuando un poco.- te reservare un lugar para el almuerzo.- Ella detuvo el auto pero no me moví.
-¿Me prometes que vas a estar ahí?-
-Lo prometo.- alzo la mano jurándolo, yo sonreí.
Apenas iba a abrir la puerta cuando Bella hablo.
-¿Edward?-
-¿Si?- me voltee hacia ella con demasía avidez.
-¿Promete una cosa?- pidió.
-Si- respondí inmediatamente, y en ese instante me arrepentí y si me pedía que me alejara de ella no iba a poder cumplir esa promesa.
-No andes por ahí solo y menos en el bosque- eso tomo por sorpresa
-¿Por qué?-
-Bueno…- se puso a pensar- digamos que yo no soy la única persona peligrosa suelta por ahí.
-Está bien.- esta era una promesa que si podía cumplir.
-Nos vemos mañana.- dijo mirando al cielo.
-Hasta mañana.- abrí la puerta con muy pocas ganas ahí dentro estaba muy bien tranquilo y me sentía bien estando junto a Bella, con ella no había voces molestas y con ella podía ser yo mismo.
-¿Edward?- volvió a llamarme. Yo voltee para mirarla. Todavía no salía del auto por lo que su cara por alguna razón estaba a pocos centímetros del mío- que duermas bien.-
Su aliento rozo mi cara aturdiéndome, era un exquisito aroma. Parpadeé y Bella se alejo. Después salí del coche, ella soltó una sonrisa pero estaba algo aturdido que pensé que era producto de mi imaginación.
Bella se arranco el coche después de que me baje y llegue a la puerta, tome la llave y abrí la puerta al entrar mi papá me llamo.
-¿Edward eres tu?- pregunto
-si papá soy yo- le conteste. Cuando había entrado a la sala el estaba sentado en su sillón viendo un partido de baloncesto, me hubiera sentado a verlo con el si no fuera por que me estaba cayendo del cansancio.
-Volviste temprano, todavía no son ni las ocho.- dijo papá.
“le abra pasado algo, por que volvió tan temprano, se supone que los adolecentes siempre llegan tarde. Que le abra pasado.”
Genial regresaron las voces.
-Si papá, es que terminamos temprano.- le conteste para calmarlo.
-¿Estás bien?- ahora si se le notaba preocupado.
“Este chico no tiene buen aspecto, se estará enfermando, si es asi Reneé me mata.”
-Si papá estoy bien es que estoy un poco cansado.-
-Bueno pues será mejor antes de que te vallas a acostar.-
“Antes de que te me desmayes aquí.”
-Si solo necesito llamarle a Mike.-
-Pero no acabas de estar con el, tan siquiera deja que llegue a su casa.-
-Cierto, entonces voy a la cocina.- le dije mientras me dirigía hacia allá.
Cuando llegue el teléfono me sorprendió de pronto, levante el auricular al segundo toque.
-Bueno- salude.
-¿Edward?- la voz de Mike sonaba como si no esperara que fuera yo.
-que tal Mike en este momento te iba a llamar.-
-¿ya estas en tu casa?- su voz sonaba como de sorpresa.
-si, para eso te iba a llamar para avisarte.-
-claro, dime que ha pasado.- exigió saber.
-Eh mañana en trigonometría ¿vale?-
-Ah tu padre esta ah cierto.-
-Si exacto.-
-Vale, nos vemos mañana- colgué.
Subí las escaleras lentamente, llegue a mi cuarto tome mi pijama y me fui al baño para tomar una ducha, el agua estaba algo fría así que rápidamente le abrí a la caliente, esta comenzó a recorrer todo mi cuerpo cada parte de mis músculos, quería relajarme y olvidarme un poco de todo. La ducha no duro lo que yo esperaba tenia que salir por que si no me demandarían por acabarme toda el agua caliente que había en Forks. Rápidamente salí y me puse mi pijama me fui a mi cama y me acosté tapándome bien con todas las cobijas; estaba haciendo un frio horrible afuera. Esto causó que me estremeciera un par de veces. El dolor de cabeza que tenia no se me pasaba y por esa razón no podía dormirme. Al principio, no tenía nada claro, pero cuando gradualmente me fui acercando al sueño, se me hicieron evidentes algunas certezas.
Estaba seguro de tres cosas la primera Bella era un vampiro o algo muy parecido a eso, la segunda una parte de ella y no sabia si era muy poderosa tenía sed de mi sangre, y la tercera esta incondicional e irrevocablemente enamorado de ella.

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