lunes, 27 de julio de 2009

Capitulo #4 "Las Invitaciones"

Capitulo #4


“Las Invitaciones”


En un momento de la noche tuve un sueño de lo mas raro. no sabia si exactamente tenia que llamarle sueño... yo no soñaba, tenia pesadillas....

En mi sueño o pesadilla... la oscuridad era reinante principal, todo se encontraba cubierto de un negro carbón intenso, la única luz que había allí la desprendía una sola persona…una sola mujer...Bella…en mi sueño ella estaba parada en un claro del bosque de Forks, yo trataba de llegar hacia ella pero se me hacía imposible, por más que corriera con todas mis fuerzas nunca lograba siquiera estar cerca de ella, Bella me miraba impaciente pero de pronto la luz se apago y me encontré solo. Después de aquello, ella estuvo en mis sueños casi todas las noches, pero siempre lejos de mi…yo jamás lograba estar siquiera, cerca de ella.

El mes siguiente al accidente fue violento, tenso y, al menos al principio, embarazoso. Bella no volvió al instituto, se podría decir que desapareció del planeta, bueno desapareció de Forks.

Y yo para mi desgracia, me convertí en el foco de atención de todos a pesar de no haber sido el más afectado. Tyler Crowley volvió al instituto después de dos semanas desde aquel día del accidente. Jessica y Ángela se comportaban arrogantes entre ellas mismas, lo que me llevo a pensar en la decisión de alejarme por completo de ellas y para colmo de males me había ganado otra admiradora, Kate Williams, una jovencita de primer año, que ahora me seguía a todas partes. Al parecer me volví en el más popular del instituto cosa que no agradaba nada a Mike Newton, eso en vez de causarme miedo me causaba alegría, de verdad amaba ver la tonta cara de Newton irritada ya sea por el hecho de que yo le había ganado en popularidad o tal vez el hecho de que Jessica y yo estábamos cada vez más cercanos. No podía negarlo, Jessica era realmente hermosa, tenía una sonrisa amplia y los hoyuelos en sus mejillas la hacían lucir adorable, tenía una figura ideal sin ser demasiado gorda o demasiado delgada era…perfecta, pero su lindo rostro resultaba tonto cuando me sonreía cada vez que me veía…realmente era incomodo…me pregunte si alguna vez podría haber algo entre ella y yo… anote en mi cerebro esa idea para que no se me escapara, y es mas estaba seguro que la invitaría al cine la próxima semana. Pero el recuerdo de Bella no me dejaba pensar en aquello por las noches. Mis noches solo le pertenecían a ella…me pregunte si Bella tal vez habría sido imaginación mía…un recuerdo hermosos solo para mí. Lastimosamente no era verdad… pues sus perfectos hermanos seguían yendo al instituto.

Nadie pareció preocuparse de Bella, les había dicho a mis amigos que ella era la heroína en toda esta historia del accidente, pero a nadie parecía interesarle ella… todos mis amigos me decían que no le habían visto apartarme de nada, es más que ni le habían visto el día del accidente. Me preguntaba por qué a nadie le caería bien Bella y es más les resultara imposible creer que ella había sido capaz de salvar mi vida arriesgando la suya, ella arriesgo más que yo y sobre todo mas que Tyler aquel día…de forma increíble y casi maravillosa pero lo hizo…ella era la heroína y era ella la que se merecía las atenciones de todos. Con disgusto, comprendí que la causa más probable era que nadie estaba tan pendiente de Bella como yo. Nadie preguntaba por ella de la forma en que yo lo hacía. Un hecho que se me hizo

¡Ridículamente lamentable! Ella era tan linda, tan interesante…tan frágil y bueno ruda.

Luego de aquel mes de atenciones y mimos para mi, vi un hermoso coche negro aparcado en el estacionamiento…era un Mercedez Benz. Era el auto de ella…de Bella. Pensé que tal vez ella se dignaría esta vez en darme una explicación, pero yo estaba totalmente equivocado…ella ni siquiera me saludo cuando hubo entrado en clase de Biología, es mas alejo su silla lo más lejos posible de mi y me volteo el rostro en toda la clase, indignado tampoco me limite a intentar entablar una charla con ella. Nunca imagine que su rechazo me provocara tanto dolor, el dolor y el enojo era tan inmenso que a veces era remplazado con la ira y el rencor hacia ella.

Bella jamás se vio rodeada de espectadores curiosos que desearan oír la historia de primera mano. La gente la evitaba como de costumbre. Los Cullen y los Hale se sentaban en la misma mesa, como siempre, sin comer, hablando sólo entre sí. Ninguno de ellos, y ella menos, me miró ni una sola vez. De verdad que era de locos toda aquella situación.

Cuando se sentaba a mi lado en clase, tan lejos de mí como se lo permitía la mesa, como siempre solía hacerlo, no parecía ser consciente de mi presencia. Sólo de forma ocasional, cuando cerraba los puños de repente, con la piel, tensa sobre los nudillos, aún más blanca, me preguntaba si realmente me ignoraba tanto como aparentaba.

Deseaba no haberme apartado del camino de la furgoneta de Tyler. Esa era la única conclusión a la que podía llegar. Nadie en su sano juicio ignora y desprecia de tal manera como ella lo hacía conmigo.

Tenía mucho interés en hablar con ella, y lo intenté, Dios sabe que si lo hice…pero ella siempre huía de mi encuentro y de todo lo relacionado conmigo. La última vez que le vi, fuera de la sala de urgencias, los dos estábamos demasiado furiosos. Yo seguía enfadado porque no me confiaba la verdad a pesar de que había cumplido al pie de la letra mi parte del trato y no le había contado nada a nadie, a pesar de que ella merecía que yo la traicionara…por criterio y cortesía no lo hice…de mi boca jamás salieron palabras ofensivas para ella. Pero lo cierto es que me había salvado la vida, sin importar cómo lo hiciera, y aquella misma noche después del accidente, el calor de mi ira se desvaneció para convertirse en una respetuosa gratitud.

A la semana después de su llegada y de su total despreocupación hacia mi ocurrió algo. Al fin me había animado a ser yo el que diera el primer paso en nuestra rota relación.

Ya estaba sentada cuando entré en Biología, mirando al frente lucia hermosa. Me senté, esperando que se girara hacia mí. No dio señales de haberse percatado de mi presencia.

—Hola, Bella —dije en tono agradable para demostrarle que iba a comportarme y que estaba dispuesto a dar el primer paso en todo esto.

Volvió el rostro levemente hacia mí sin mirarme, asintió una vez y miró en la dirección opuesta. Con la maldita arrogancia y frivolidad de siempre.

Y ése fue el último contacto que había tenido con ella…todas las ganas de hacer las paces con ella se me eliminaron y fueron reemplazadas con el “Ojo por Ojo”, aunque todos los días estuviera ahí, a treinta centímetros. A veces, incapaz de contenerme, le miraba a cierta distancia, en la cafetería o en el aparcamiento. Contemplaba cómo sus ojos cafeces se oscurecían de forma evidente día a día, pero en clase no daba más muestras de saber de su existencia que las que él me mostraba a mí. Me sentía miserable y con demasiada lastima por ella. Y los sueños continuaron.

A pesar de mis mentiras descaradas, el tono de mis correos electrónicos alertó a Renée de mi tristeza y telefoneó unas cuantas veces, preocupada. Intenté convencerla de que sólo era el clima, que me aplanaba. Hasta Steve y Nicholas se habían dado cuenta de mi repentina depresión, cada vez que podía hablaba con ellos o les mandaba mensajes de texto por el celular, cierto día me llego uno de ellos que me impresiono de verdad.

Eddie:

Hermano ¿como estas?, estamos muy preocupados por ti, al parecer ya te has olvidado de nosotros…hace semanas que no nos llamas, y nos mantienes pegados a la computadora para ver si hay un e-mail tuyo…pero como es de costumbre NADA.

Edward, viejo de verdad que estamos preocupados.

No nos mandas mensajes ni de texto ni e-mails, que demonios te pasa hermano... ya has olvidados a este par de tontos?

aquí todo esta triste sin ti, te extrañamos.(suena GAY lo sé)

Vuelve Eddie, te lo pido nada vale tanto la pena. Tú madre te extraña. Tus amigos te extrañan.

Atte. Nicholas Mirttle.

¿Todo estaba triste sin mí? Aquellas palabras me tocaron el corazón de una manera extraordinaria y por cierta parte me dieron mucha risa…la verdad casi la mayoría de citas a ciegas que ese par de tontos organizaban para mi siempre resultaba siendo un fiasco. Me preguntaba si mi madre pensaría lo mismo si yo le dijera que pensaba regresar con ella.

Me acorde de Charlie y la felicidad que vi en su rostro la vez en que le agradecí por el piano…Charlie…yo no podía dejarlo. Ya no podía dejar Forks, por extrañas mi mente y mi corazón se negaban a imaginar siquiera la posibilidad de dejar Forks.

Las semanas siguientes fueron peores, Bella Cullen mo le dieron ganas de volver a dirigirme la palabra y parecía que esto iba para largo…pero al menos toda esta extraña situación entre ella y yo alegraba a alguien, Jessica. Ella estaba más que feliz por aquella situación, y ahora su confianza había aumentado hasta el punto en el que comenzó a sentarse al borde de mi mesa para conversar antes de que empezara la clase de Biología, ignorando total y completamente a Bella de forma tan absoluta como ella nos ignoraba a nosotros.

Por fortuna, la nieve se fundió después de aquel peligroso día. Mike Y Eric quienes estaban organizando “La pelea de bolas de nieve del año” quedaron desencantados por no haber podido organizar su pelea, pero les complacía que pronto pudiéramos hacer la excursión a la playa. No obstante, continuó lloviendo a cántaros y pasaron las semanas.

Mike y todas los demás chicos de mi “grupo” me hicieron tomar conciencia de que se fraguaba otro acontecimiento. El primer martes de marzo Mike me telefoneó y me pidió permiso para invitar a Jessica en la elección de las chicas para el baile de primavera que tendría lugar en dos semanas.

— ¿Seguro que no te importa? ¿No pensabas pedírselo? —insistió cuando le dije que no me importaba lo más mínimo. El parecía que no se la creía al otro lado de la línea telefónica.

-No, Mike, ni siquiera pensaba en ir—le aseguré

-Bueno…es que como se que entre tú y ella hay…bueno tu ya sabes…-decía el de modo que pareció que trataba de sacarme la verdad de cualquier modo y manera.

-¿Qué? Mike, entre Jess y yo no hay nada más que una amistad común y corriente-le volví a asegurar firmemente. Además ¿De dónde venía tanta amistad de Mike para conmigo? Hasta de donde yo sabía él y yo no éramos los mejores amigos del mundo.

-Bueno, Edward, eso era todo…nos vemos mañana ¿No?-me dijo en tono amistoso.

-Sí, nos vemos-le respondí en tono casual.

-Si te animas a ir al baile te podría conseguir una pareja, ya sabes las chicas se pelearían por ir contigo- dijo en un tono más amigable y confiable que antes. Pero aun así parecía que la idea de que yo fuera aquel viaje no fuera de su total agrado…yo podía llegar a ser muy competitivo pero en este caso lo iba a dejar pasar. Mike disfrutaba de mi supuesta popularidad...

-Mike…preferiría que no me buscaras nada…-dije avergonzado, ya que yo no solía s tratar a las mujeres como un juguete –Diviértete con Jessica.

-Lo hare…esto…bueno adiós Edward, nos vemos.

-Vale.

Al otro día me sorprendió que Mike no mostrara su arrogancia y presunción en la clase de trigonometría y español. Permaneció callado y en su mirada se notaba claramente la frustración.-Ya verá… ¿despreciarme ella a mi?... ¿Que tiene El que no tenga yo?...Claro que es mucho más alto…pero tiene el cabello horrible…además no es tan buen deportista como yo.

A mi parecer a Mike lo habían despreciado y el ahora se estaba quejando demasiado así que trate de remediarlo y darle ánimos.

-Mike, no te desanimes ya verás que ella se arrepentirá de no ir contigo.- le dije y le di una palmada en la espalda.

-Edward…-su rostro era ahora asustado-¿Cómo sabias tu que Jessica me rechazo? El pánico y el asombro fueron claramente notorios en su voz.

-Tú lo acabas de decir Mike- respondí confundido. ¿Mike se estaría volviendo loco?

-No…yo no dije nada solo lo estaba pensan… trato de decir el, pero el profesor Ramírez lo interrumpió.

No me pareció nada de otro mundo…a lo mejor Jessica se retractaba y luego aceptaba a Mike. En el almuerzo Mike y Jessica no se miraron es mas ni se dirigieron la palabra. Jessica se sentó como de costumbre en la misma mesa de la cafetería y empezó a platicar con Lauren y Ángela.

Mike hizo lo mismo y comenzó a platicar de su próximo juego de bádminton contra los del instituto de Port Angeles.

No me gustaba para nada estar metido en dramas estudiantiles…pero que le iba a ser, esta fue en lo que yo me había metido. Sin querer voltee hacia la mesa de los Cullen y rápidamente me retracte…Alice Cullen me estaba mirando y es más me había sonreído, rápidamente desvié la mirada hacia otro lugar pero estaba seguro de que me había sonrojado.

Jessica y yo empezamos a platicar en lo que íbamos hacia el salón Biología, el aspecto enojado e indignado de su rostro era claramente evidente, pero no toco el tema de Mike Newton hasta que yo llegue a mi pupitre y me senté, ella como de costumbre se encaramo sobre la mesa. Como siempre imaginé Bella estaba sentado lo más lejos posible de mi, pero ahora raramente estaba más cerca de de costumbre. Tal vez eso solo era producto de mi imaginación.

-Bueno- dijo al fin Jessica- ya sabes las buenas nuevas-agregó en tono sarcástico. De seguro que ya lo sabe…Mike es tan chismoso, hasta parece niña.

-No…Jess ni que yo leyera las mentes…-casi me mordí la lengua la decir esa mentira.

-Mike Newton me ha invitado al baile de primavera, aunque… por lo que yo sé es la chica la que elige-me dijo ella cada vez mas furiosa. como se ha atrevido a invitarme...maldito Newton

-Vaya…no lo sabía-respondí.-Que bien que vas con él, es buen muchacho- volví a decir esta vez con una sonrisa.

-Le he dicho que lo tengo que pensar... por que ya tengo a alguien en la mira-dijo mientras me miraba fijamente y me dedicaba otra sonrisa.

-Jess… ¿Por qué lo hiciste?- le respondí cortante y deje que mi voz reflejara un tono de desaprobación.

-Porque…-empezó ella-Me preguntaba si tú quisieras ir conmigo Edward, yo soy la chica y te estoy eligiendo por sobre todos esos fracasados- dijo ella acercándose cada vez más a mí.

-Jess…yo…no sé qué decir.

-No digas nada Edward…solo di que si aceptas y ya

-Bueno...

-Solo di que si...dijo ella y note en su mirada el destello del triunfo.

-Jess, creo que deberías aceptar la propuesta de Mike-agache la cabeza.

-¿Acaso alguien más te lo ha pedido?-maldita Lauren…seguro y se lo ha pedido, ya verá esto no se queda así, pero…no... Aunque no lo creo a ella le gusta Tyler¿ y si fue Cullen?.

Me pregunte si es que Bella se abría dado cuenta de que Jessica posaba sus ahora enojados y centellantes ojos en ella.

-No…-susurre tratando de proteger a Bella de la asesina mirada de Jessica- Nadie me lo ha pedido Jess. Además no pienso ir.

-¿Por qué?- exigió.

-Porque mis amigos de Phoenix y yo acordamos pasar juntos ese fin de semana.

-¿Qué no pueden pasar otro fin de semana juntos?-decía insistente y autoritaria

-Es que es el cumpleaños de uno de ellos…además no los he visitado desde hace mucho. Además ya compre el pasaje.

Me gustaba…el arte de la mentira y el engaño se me daba muy fácil en mi.

-No hagas esperar más a Mike…no vaya a ser que te lo ganen, además es de mala educación hacer esperar a una persona.

-Sí, creo que tienes razón- mascullo, ella se me quedo mirando un buen rato…se hubiera dicho que tuvimos un largo juegos de miradas hasta de el profesor Banner entro en el salón y Jessica tuvo que volver a su asiento toda mareada. Me abra despreciado pero…rayos Edward tiene los ojos mas lindos que he visto en toda mi vida…

Parece deslumbrada, pensé. Y al parecer las vocecillas que yo creía ya extinguidas estaban comenzando a llegar nuevamente.

Deseaba que me tragara la tierra…mi madre me había enseñado a no despreciar a ninguna mujer, y más si esta mujer estaba interesada en mi. Ella y mi abuela me habían educado para ser un caballero y yo ahora les estaba fallando.

Escuche a Bella, había dejado escapar una risita…eso hizo que mi bochornoso momento se convirtiera en algo pasajero y diera lugar a la ira…claro que ella me odiaba…Bella Cullen me odiaba y le daba risa mi sufrimiento. El señor Banner se dio cuenta de que ella reía y le lanzo una pregunta. Justicia divina, pensé.

-¿Señorita Cullen?- le repitió el profesor.

-Este…El ciclo de Krebs- respondió ella.

Sentí que sus ojos se clavaban con los míos…nos miramos como hace unos momentos Jessica y yo nos habíamos mirado, solo que esta mirada era diferente, esta, mirada era especial. Era como si ella me estuviera haciendo un intenso estudio…aquel jueguito me estaba comenzando a intimidar.

El señor Banner siguió haciendo preguntas a todos los alumnos en lo que restaba de la clase.

Por ratos yo me enfocaba en mi cuaderno mientras ella seguía acuchillándome con su mirada. No podía permitirme ser débil en aquel momento así que recordé todo lo mal que se había portado Bella conmigo…pero ella me obsesionaba completamente, jamás nadie me había causado tal efecto.

La ignore todo el resto de la hora…mis esfuerzos por mostrarme descortés estaban fallando pues ella no dejaba de mirarme.

-Edward- se animo ella al fin. Tárate con todas mis fuerzas de no voltear pero mis esfuerzos fueron en vano…mi corazón le gano totalmente a mi mente. Así que vire lentamente hacia el asiento contiguo en donde estaba sentada ella. No me había fijado en lo bien que lucía ella hoy. Sus ojos estaban más claros que de costumbre y sus cabellos le caían en cascada en sus hombros, llevaba una hermosa casaca azul claro y casi nada de maquillaje en el rostro. Aquel rostro con el que yo soñaba todas las noches. Era ella el ser más hermoso que yo había visto. Era un ángel.

-Vaya, vaya…Isabella Cullen me vuelve a dirigir la palabra o es mi imaginación- dije secamente en el exterior pero en mi interior me batía en una lucha de emociones.

-No…en realidad no te estoy volviendo a hablar.

-Como quieras- dije y me di la vuelta.

-Edward- dijo ella nuevamente con aquella voz tan dulce.

-¡¿Qué?!- dije lo bastante fuerte como para provocar una risita en Elizabeth Summers. Eso hizo que me sonrojara de vergüenza y de rabia a la vez.

-Sé que he sido una completa bruja contigo…pero sabes que es mejor así…-dijo ella ahora el tono de su voz dejo ver la tristeza que esto le provocaba.

-De que has sido una bruja de eso estoy de acuerdo- afirme- Pero con se a que te refieres con lo otro.

-Me refiero a que tú y yo no podemos ser amigos- me dijo y volvió a poner aquella pared imaginaria entre nosotros.

-Que mal que te dieras cuenta tan tarde- repuse con enojo.

-¿Qué me diera cuenta de qué?- respondió ella confusa.

-De que nuestra amistad es inevitable…siempre te estaré agradecido por haberme salvado.

-No deberías.

-Sabes una cosa- le dije, vaya al parecer mi interior quería desquitarse de todo lo que había sentido aquellos meses.

-¿Qué?

-Si salvarme te iba a traer tanto remordimiento, debiste dejar que…- no estaba seguro de querer completar aquella frase, pero aun así mis impulsos le ganaron otra vez a mi coherencia.- debiste dejar que hubiera muerto para haberte ahorrado tanta…culpa y enojo.

-¿Crees que siento culpa por no haberte dejado morir?-resoplo ella ahora muy molesta.- entonces no eres tan inteligente como creí.

-Sí, eso parece- volqué mi rostro hacia el pizarrón y empezó a copiar algunos cuestionarios que el profesor Banner había puesto…la verdad es que necesitaba calmarme…

Cuando la hora hubo al fin terminado me apresure a recoger mis cosas del pupitre, aun seguía iracundo por todo lo que me había dicho Bella, casi resbalo con el tiro de mi mochila al salir pero una mano suave y cálida me detuvo antes de llegar al suelo.

-Gracias- dije secamente.

-De nada- dijo ella imitando mi tono y soltando de soslayo una risa. Lo único que logro con eso fue hacer que mi furia aumentase.

-Eh…Edward- me dijo antes de que yo cruzase la puerta. Me quede automáticamente paralizado…eso me hizo castañear los dientes de furia, ella me controlaba tal y como se controla a un juguete de control remoto.

-Edward, tus ojos son de un verde esmeralda sensacional, pero a la oscuridad se ven azules ¿sabías?- dijo en tono crítico.

Rode los ojos y me dirigí al gimnasio. Cabe decir que no me concentre nada. El profesor Clapp que tenía tantas aspiraciones para mí francamente quedo decepcionado… no pude atajar ninguna pelota cuando comenzábamos a jugar soccer y me toco de arquero, y me fue peor en el voleibol. El que disfrutaba de esta situación era Mike. Eric vino hacia mí cuando yo me hube sentado en la banca rendido pues lo único que había hecho en esa hora era malgastar mi energía en nada.

-¿Qué pasa?- dijo el preocupado. -Luces mal.

-La verdad es que no se- repuse.

-Tú eres bueno en todo Eddie… te puedo decir así ¿no?- dijo el avergonzado

-Claro, en Phoenix todos me llamaban así- dije ahora recuperando mi extraviada sonrisa.

- Vamos no te dejes vencer por lo que sea que estés pasando-Lo que daría por ser como tu…tu eres súper y todas las chicas andan muertas contigo…en cambio yo solo seré el estúpido reportero del estúpido periódico escolar.-

-Eric, tú no eres estúpido, eres la mejor persona que he conocido, además ser reportero debe ser súper.- dije queriendo controlar el ataque depresivo de Eric.

El me miro con los ojos abiertos como platos. Y no dijo nada más.

-Vaya…parece que lo dije en vos alta.

-Oye Eric- le intente preguntar – ¿Cuanto conoces a los Cullen?

-Ah, los Cullen…a ver, lo único que se de esa “rara” familia es que todos son adoptados, y todos salen con todos…bueno excepto una…y tu sabes perfectamente quien es.- dijo mientras me daba un codazo. Eso hizo que me sonrojara.

-Además…ellos son como la familia perfecta, el Doctor Cullen es un médico cirujano excepcional, y su esposa es muy linda aunque casi nunca viene al pueblo…dicen que su casa es hermosa, solo que nadie va, ya sabes ellos son como muy reservados. Emmett el súper musculoso, dicen que él estuvo en una correccional de menores…por golpear a alguien y de Rosalie su “hermananovia” es súper vanidosa…dice Ángela que ella tiene algún tipo de desorden alimenticio…es que no toca su comida. De Alice…bueno ella es ya sabes…la mas “rarita” de todos ella baila en los pasillos y dice cosas súper raras… y du “hermanonovio” Jasper…de él se dice que ha estado internado en más de 10 hospitales psiquiátricos, ya sabes cual es Jasper…el rubio que tiene la cara larga y mas ojerosa. De Isabella…

-Bella- le corregí son darme cuenta.

-Bueno… está bien…Bella, de ella no se dice nada solo que es callada y que es la mejor de su salón y que anda locamente enamorada de alguien.- dijo él en tono misterioso.

-¡¿De quién?!- dije rápidamente y luego sentí que una oleada de celos me invadió.

-Pues, del que se puso celoso…ah vaya creo que eres TU- me dijo él y se mato de la risa. Me enfade pero no fue al extremo pues me alivie al darme cuenta de que él lo dijo en broma.

-Eres un idiota de primera categoría Eric- le dije mientras iba a las duchas para quitarme el sudor de mi burda presentación en el gimnasio.

A la salida del gimnasio me dirigí hacia el estacionamiento y ahí fue cuando vi una pequeña figura acercándose hasta donde yo estaba, así que corrí hacia mi monovolumen lo más rápido que pude. Lastimosamente ella me alcanzo.

-Hey, Edward. ¿Por qué estabas corriendo?- dijo Kate mientras tragaba grandes bocanadas de aire a causa de la corrida, no es que Kate fuera muy atlética.

-Este… ¿Qué pasa Kate? Se te ofrece algo o...-deje que mi impaciencia se mostrara evidente.

-¿Quieres ir al baile conmigo?- dijo ella directamente.

-Kate, lo que pasa es que yo no voy a estar en Forks para aquel día…el cumpleaños de mi mejor amigo es ese mismo día…ya sabes tengo que ir a Phoenix.

-Ya veo, de todas maneras gracias Edward- dijo ella y se alejo rápidamente antes de que comenzara a llover. La verdad es que me dio mucha pena, pero que le iba a ser.

Bella pasó andando delante de mi coche, con la vista al frente y los labios fruncidos. Parecía que quería contener la risa…no le di importancia. Abrí la puerta con un brusco tirón, entré al coche de un salto y la cerré con un sonoro golpe detrás de mí. Aceleré el motor en punto muerto de forma ensordecedora y salí marcha atrás hacia el pasillo, Bella ya estaba en su automóvil negro, a dos coches de distancia, deslizándose con suavidad delante de mí, cortándome el paso. Se detuvo ahí para esperar a su familia. Pude ver a los cuatro tomar aquella dirección, aunque todavía estaban cerca de la cafetería. Consideré seriamente la posibilidad de embestir por detrás a su hermosos Mercedez Benz, pero había demasiados testigos, claramente me hallarían culpable además no tenía dinero como para pagar el arreglo de aquel coche. Miré por el espejo retrovisor. Comenzaba a formarse una cola. Inmediatamente detrás de mí, Ángela Webber me saludaba con la mano. Estaba demasiado fuera de mis casillas para saludarla a pesar de que eso sería una gran descortesía.

Oí a alguien llamar con los nudillos en el cristal de la ventana del copiloto mientras permanecía allí sentada, mirando a cualquier parte excepto al coche que tenía delante. Al girarme, vi a Ángela. Confundido, volví a mirar por el retrovisor. Me incliné dentro de la cabina para bajar la ventanilla. Abrí el cristal hasta la mitad y me detuve.

—Lo siento, Ángela —lo que pasa es que el coche de Cullen me tiene atrapada.

—Oh, lo sé. Sólo quería preguntarte algo mientras estábamos aquí bloqueados.

Esbozó una amplia sonrisa. No podía ser cierto.

— ¿De verdad no quieres que yo sea tu pareja para el baile de primavera? —continuó.

—No voy a estar en el pueblo, Ángela.

Mi voz sonó un poquito cortante. Intenté recordar lo que era ser un caballero pero la cara de Bella se me venía a la mente y eso hacía que mi irritación se haga cada vez más inmensa.

—Ya, eso me dijo Jessica —admitió triste. Bueno al parecer no me ha mentido.

—Entonces, ¿por qué...?

Se encogió de hombros y esbozo una amplia sonrisa que hizo que su rostro luciera estúpidamente empalagoso.

—Tenía la esperanza de que fuera una forma de quitártela de encima. Es que es tan resbalosa…no sé cómo eres su amigo.

—Lo siento, Ángela—repliqué mientras intentaba esconder mi irritación—, pero me voy de verdad, es el cumpleaños de un amigo.

—Está bien. Aún nos queda el baile de fin de curso, estoy segura de que si iremos juntos. Aunque lo que yo daría por ir con Ben Cheney.

Se fue rápidamente antes de que yo pudiera articular alguna palabra. Supe que mi rostro reflejaba la sorpresa. Miré hacia delante y observé a Alice, Rosalie, Emmett y Jasper dirigiéndose al Mercedez. Bella no me quitaba el ojo de encima por el espejo retrovisor. Resultaba evidente que le estaba dando un mortal ataque de risa, como si lo hubiera escuchado todo. Entonces me disponía a estrellar mi monovolumen contra aquel hermoso Mercedez.

Pero al parecer se dio cuenta y se fue lo más rápido que pudo…la verdad eso fue lo mejor, yo no quería lastimarla a ella, bueno a ella tal vez si…pero sus hermanos que culpa tenia de nuestros problemas.

Al llegar, decidí que debía hacer algo de comida decente…pero no sabía mucho de eso así que prepare huevos con tocino y algo de papas fritas. El teléfono sonó mientras cocía a fuego lento las papas. Realmente no quería contestar. Pero al final lo hice.

Era mamá, quería decirme que Steve y su familia se iban de viaje a Europa pues su tía había enfermado. Así que el cumpleaños quedo cancelado. Maldición tendría que buscar alguna otra escusa.

Después de colgar, intenté concentrarme en la cocina, después de todo ¿qué desastre puede causar un hombre en la cocina? Pero la cabeza me daba vueltas de tanto analizar cada palabra que hoy había pronunciado Bella. Ella había dicho “tú y yo no debemos ser amigos”…la verdad que todos esto estaba bien raro.

Sentí un retortijón en el estómago cuando comprendí el significado. Ella no estaba interesada en ser mi amiga…más aun no quería darme esperanzas, naturalmente que no le interesaba, pensé con enfado

Yo no era interesante y ella sí. Interesante... y brillante, misteriosa, perfecta..., y hermosísima, y posiblemente capaz de levantar una furgoneta con una sola mano. Vaya mi dilema había sido resuelto. Yo y ella…eso era imposible.

Cuando Charlie llego a la casa se sorprendió al verme cocinar…de seguro que le pareció raro…no trate de imaginarme que era lo que pensaba, es mas no podía-Dah- me dije a mismo.

-Vaya, cocinaste- dijo el extrañado. Como demonios habrá criado Reneé a mi hijo.

-Solo es huevo con tocino, Papá…eso no me hace menos hombre- bromee.

-Sí, pero eso te hace un peligro- respondió. De seguro y fue su abuela esa mujer quiere que mi hijo se vuelva un maricón…

-Calla- le dije sonriendo ante sus pensamientos- enseguida te sirvo un plato.

-Claro- dijo el muy bajo.

Cuando le hube servido el plato a Charlie, este se quedo callado por unos momentos…luego hablo.

-Vaya. Esta… bastante bien para ser solo Huevos y tocino.- dijo mientras le daba otro bocado y se metía unas papas a la boca.

-¿Te gusto?...di la verdad Papá- dije.

-Es de verdad- dijo el – Y Edward me he enterado de que será el baile de primavera… ¿Ya tienes alguna cita? Las debe traer locas a todas.

-No- dije cortante mientras me dirigía a la cocina.

-Y eso… ¿Es que no hay nadie que te agrade? Oh… esto se me hace raro... si el me dice que es... no, mierda maldita mujer....

-Papá me lo han pedido tres chicas pero yo me he negado…contento- dije sonrojado.

-Vaya…tres y se puede saber ¿Quiénes fueron?-me dijo el insistente.

-Jessica Stanley, Ángela Webber y una chica llamada Kate, pero no recuerdo su apellido…que descortés soy.

-¿Stanley dijiste? Debe ser la hija de Carl Stanley, es muy buena esa familia Edward. Y la de los Webber ni que decir su hija, yo la conozco desde niña ahora ya es todo una jovencita y además ella es muy bonita.

-Si lo sé…me caen bien, pero creo que daré un paseo a Seattle ese fin de semana.

-Tú solo…no, claro que no. No lo permitiré… allá hay más de 100 asaltos por día…no, claro que no.

-Papá…tengo 17 años ya se me cuidar.-dije enfadado por la prohibición de Charlie.

-Eddie, los acabas de cumplir…que tengas ese tamaño no quiere decir que hayas dejado de ser un niño, además Seattle es una ciudad muy grande- decía el muy preocupado.

-Papá Phoenix es más grande.-dije.

-Está bien, pero me prometes que lo pensaras antes de solo ir por que se te dio la gana de ir…

-Si…te lo prometo.

Esa noche al irme a la cama, pensé otra vez en ella…pensé que me estaba creando ilusiones en donde no tenía que crearlas, ella y su familia en general eran inalcanzables para mí. Esa noche tuve otro sueño.

Soñé que ella y yo estábamos en el rio ella tenía los ojos claros, se podría decir que casi eran dorados. Estaba mojándome y yo la perseguía y trataba de alcanzarla cosa que me resultaba realmente sencillo… la llamaba por su nombre…gritaba su nombre, cuando al fin la alcance ella me acaricio la cara, y me decía “Edward, mi vida... me has encontrado”… entonces los dos vimos nuestros reflejos en el agua cristalina y caliente del rio…al contemplarme en el rio vi a alguien junto a ella…era alguien de verdad muy apuesto, el tenía el pecho descubierto y el cuerpo que cualquier deportista envidiaría su rostro era blanco como la cal y sus ojos rojos como la …sangre... aquel rostro en el agua se me hizo muy familiar… se parecía.. se parecía... ¿a mi?

Me desperté asustado, empapado en sudor. Lo que acababa de soñar era una loca fantasía…tenía que serlo, nadie en este mundo tiene los ojos rojos ¿o sí?... como era que mis ojos habían pasado de verdes a rojos…ese no era yo… no podía ser yo.

No volví a pegar el ojo en toda la noche ...

A la mañana siguiente, cuando me detuve en el aparcamiento, dejé mi coche lo más lejos posible del Mercedes negro. Quise apartarme del camino de la tentación para no acabar debiéndole una Bella un coche nuevo cosa que mi corazón deseaba con fervor. Al salir del coche jugueteé un rato con las llaves, que cayeron en un charco cercano. Mientras me agachaba para recogerlas, Surgió de repente una pequeña mano nívea las tomo y antes que yo. Me erguí bruscamente. Isabella Cullen estaba a mi lado, recostada como de "casualidad" contra mi automóvil ... menuda casualidad ...

-Vaya que eres torpe-me dijo

- ¿Si? A mi parecer yo soy mas coordinado que tu-dije comenzando a enfadarme.

-Sí, no eso no lo dudes, yo soy un cero a la izquierda en equilibrio ...-dijo ella echándose para atrás.-Eh ... Quería disculparme por lo de ayer, ya sabes ...-dijo ella en tono amistoso.

-No te preocupes ... ya lo olvide-dije y me dirigí lo más rápido posible hacia el calor del instituto.

-Es que tenía que darle una oportunidad a la pobre Kate ...

-Sí ... eso me parecio y vaya que eres una cupido profesional .- dije completamente fuera de mis cabales.

-Sigues enfadado ... te entiendo ... ya sabes nadie se lleva bien conmigo y con mi familia ...

-Meter a tu familia en esto que no va a hacer que mi coraje y mi rabia hacia ti disminuyan Bella-dije y la mire de reojo mientras seguia andando hacia dentro del instituto.

-Ok ... lo sé, lo sé ... le dije a Alice que no funcionaria-murmuró ella.

- ¿Qué? - dije pretendiendo dije que no la escuchaba.

-Nada-sonrió ella.

-Ah, vale ... Bella ... ¿Por qué no me dejas en paz? ¿Qué no tienes alma torturar otra que? - Dije exasperado.

-No ... al menos no una como tu-dijo ella tristemente mirando hacia abajo.

-Lo siento-y apenado dije trate de confortarla pero luego desistí ... quizás ella se molestaría si la tocaba.

-Lo volviste a hacer.

- ¿Qué? - Dije extrañado por la respuesta de ella.

-Siempre te echas la culpa de todo ... eres un mártir ... .- dijo con autosufiencia.

-Te burlas de mi ... que mas podría esperar de ti ...

-Te estaba queriendo decir algo ... pero ...-Se interrumpió ella-No puedo si sigues escapando de mi.

-Si tienes que decir algo dilo. Dije y me pare.

-He oído que el baile de primavera se acerca y me preguntaba si tu ...

-Por favor Bella-dije enfadado-no juegues con esto ya he tenido bastante.

- ¿Me dejas terminar? - Me dijo ella

-Vale-le respondí, aun Pero así no dejaba de estar a la defensiva ... ir al baile con ella ... oh ... El corazón me latió muy deprisa.

-Me preguntaba si quisiera ir de paseo conmigo ... es que voy a y Seattle odio ir sola ... además mis hermanos no van a estar en la ciudad ¿Quieres dar un paseo conmigo? ... Que dices ... ¿si o no?

-Bueno ... claro que me ... Espera un segundo ¿Tu sabias que yo Iría Seattle? - Dije confuso.

-Lo oí por ahí ... ya sabes pueblo chico ...-dejo la frase incompleta.-Bueno, yo pense... crei que tal vez me dejarias ir contigo...digo a Seattle.

-Ok... ahora yo tengo una duda.

- ¿Si? ... Dímela, soy todo oídos ... pero creo que sería mejor que nos refugiáramos ... está comenzando a llover .- dijo insistente.

-Quiero saber por qué haces todo esto ... que dijiste tu y yo no debíamos ser amigos .- dije recordando sus palabras.

-Dije eso?, bueno creo que es cierto ... pero dije que no debíamos ser amigos ... no dije que no quería ser tu amiga-dijo en tono fanfarrón.

-Ah, si vaya,eso aclara todas mis dudas-dije sarcásticamente, ella al escuchar mi tono me dio una sonrisa. Era tan hermosa cuando sonreía.

-Edward ...

- ¿Si? - Respondí.

-Gracias ... por ser mi amigo, pero te recuerdo que acabas de tomar la peor decisión de tu vida, aun puedes arrepentirte-dijo ella y su rostro Rápidamente se vio oscurecido por la tristeza de su mirada.

-Bella, creo que ya soy grande ... y además creo que soy muy capaz de tomar mis propias decisiones y si son malas ... bueno de eso aprenderé ¿no crees? - Afirme y me di cuenta de lo bien que me sentia al decir auqellas palabras y también, me di cuenta de que con Bella no habian vocecillas molestosas ni nada que pudiera perturbarme ... lo único perturbador era su asombrosa belleza.

-Vaya ... eres muy maduro para Tener 16 años-sonrió ella.

-Bella tengo 17, y gracias por lo de Maduro-me dieron ganas de sacarle la lengua pero eso se iba a ver de verdad muy inmaduro así que me aguante las ganas.

-Bien-entonces se dio la vuelta como si alguien hubiera dicho su nombre, pero claro que nadie lo había dicho ... por lo menos yo no lo escuche.

-Te veo en clase Edward, tengo unos asuntos que resolver-dijo exasperada por lo que sea que hubiera ocurrido en su cabeza y se marchó por el camino que habíamos recorrido.

Me quede un rato pensativo ... ¿Lo que había pasado había sucedido en realidad? Todo se me hacía cada vez más increíble ... Bella ... era la extraña persona y más increíble que jamás había conocido.

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