domingo, 26 de julio de 2009

Capitulo # 3 "El Prodigio"

Capitulo #3

“El Prodigio”


Esa mañana desperté con un frio ensordecedor, me comencé a sobar los brazos para que fricción me calentara un poco. Fui directo hacia la ventana para ver si Charlie ya se había marchado, me sorprendí bastante al ver los arboles cubierto por una leve capa de nieve.

Baje las escaleras con mucha rapidez, entonando el estribillo de mi canción favorita. Al llegar a los tres últimos escalones me impulse desde la baranda y los salte.

-Edward Masen, sabes que afuera está nevando y tu estas en esas fachas-dijo mi padre sorprendido al verme en Shorts.

-Ups lo siento – me disculpe – lo que pase es que en Phoenix dormía siempre así, debe ser que me he acostumbrado, además no tengo mucha ropa de invierno que digamos. Reí mientras mi padre suspiraba tétricamente.

-Vaya…parece que tendremos que arreglar eso – decía él como si lo dijera para sí mismo…tan bajito, pero aun así lo escuche.Tendré que comprarle algo de ropa ¿Qué le gustara ponerse a los jóvenes? Le diré a Sue me que acompañe a Port Angeles esta tarde.

-Ahhh ¿Tú qué haces despierto tan temprano Papá? ¿No se supone que tu turno empieza a las 09:00?-. ¿Quién rayos era Sue?

-¿Me estas interrogando hijo? - dijo Charlie en tono divertido-Por cierto, esta mañana te noto distinto.-me dijo él mientras notaba que mis mejillas se me ponían de un rojo intenso.- ¿Alguna chica que te haya gustado?-repitió. Bueno, al parecer ya le gusta alguien… de seguro es todo un rompe corazones.

-No, apenas llevo un mes aquí papá…

-Ok- dijo el -Dios santo, ya es tarde, mejor vete a cambiar, Eddie.-dijo él mientras miraba el viejo reloj de la sala.

-Rayos, no lo había notado - respondí mientras subía muy deprisa a cambiarme de ropa. Vaya no tenía mucho de donde escoger, la verdad es que no tenia ropa de invierno… ¿Quién necesita ropa de invierno en Phoenix? Escogí lo primero que encontré, genial tendría que repetir el jean azul de ayer, en si lo único que cambio de mi vestuario un suéter verde más grueso y un impermeable negro por si llovía…también repetí mis viejas lonas negras.

Charlie ya se había marchado para cuando baje, así que desayune solo de nuevo, bebí leche del cartón y di una buena mordida a un donuts. Me dirigí hacia mi Monovolumen, y cuando lo hacia el hielo casi me juega una mala pasada…suerte que siempre había tenido buenos reflejos.

Subí al coche sin ver nada que estuviera a mi alrededor, cuando puse el arranque para mi sorpresa encendió rápido…yo apostaba a que no seria así. Mi trayecto hacia el instituto fue normal, casi me quedo anonadado cuando llegue al instituto sin patinar o algo parecido en la carretera, que por cierto estaba cubierta por una fina y resbalosa capa de hielo.

El monovolumen no parecía tener ningún problema en avanzar por la carretera cubierta de hielo ennegrecido, pero aun así conduje muy lento…rayos, que me frustraba conducir lento.

Cuando llegué al instituto y salí del coche, vi el motivo por el que no había tenido percances. Un objeto plateado me llamó la atención y me dirigí a la parte trasera del monovolumen, apoyándome en él todo el tiempo, para examinar las llantas, recubiertas por finas cadenas entrecruzadas. Charlie había madrugado para poner cadenas a los neumáticos del coche.

Estaba de pie junto a la parte trasera del vehículo, nunca pensé que Charlie se preocuparía tanto por mi…la verdad es que no estaba siendo agradecido con él… tendría que empezar a portarme bien con Charlie, después de todo era mi padre.

Cuando baje mi mochila de dentro del monovolumen sentí algo frio golpearme directamente en el rostro, sentí mis mejillas arder de la rabia. Visibe la figura de Angela, Jessica y Eric al frente mío. Sacudí la cabeza, y me limpie el rostro con el dorso de la mano.

-Muy chistoso Yorkie-sonreí y me dirigí hacia donde estaban ellos. Me agache y cogí una piedrecilla del suelo, se la tire a Eric.

-Ouch, me la tiraste en el rostro-chillo el dramáticamente.

-Eres un bebé Eric… Hola Edward-me saludo Jessica tomándome del brazo.

-Ja jaja hubieras visto el rostro de Jessica cuando le tiramos la bola de nieve a ella-rio Angela saludándome con un beso en la mejilla, Jessica le miro enfadada.-No te tenia precio.

-Ahhh debió ser muy gracioso-murmure, mire discretamente hacia el otro extremo del estacionamiento. Bella charlaba con Alice, su hermana, quien no me quitaba la vista de encima. Aquello me incomodo y me voltee para seguir platicando con mis amigos.

-Has hecho el trabajo de historia, esta horrendo o sea yo no viví en esa época así que no sé quien rayos sea Enrique VIII, pero bueno con el internet todo se puede-hablo Jess mientras revisaba en su mochila mientras nos alejábamos rápidamente del estacionamiento, el que ella siquiera tomándome de el brazo me incomodaba demasiado.

-Me he olvidado mi trabajo en el coche-me solté del agarre de Jessica y fui corriendo hacia el estacionamiento, llegue hacia mi coche, abrí la puerta y cogí mi trabajo que estaba en el asiento contiguo al mío. -Allí estas. Murmure.

-Edward apresúrate-grito Angela a lo lejos. Camine esta vez y vi hacia el piso, una de mis cuerdas estaba desamarrada. Me agache para amarrarla de nuevo, pero en ese instante oi gritos de pánico… dicen que cuando estas al borde de la muerte toda tu vida pasa en frente de tus ojos, yo no vi nada de eso. Solo vi el auto de Tyler venir descontroladamente rápido hacia mi dirección, ni siquiera tendría tiempo hacerme a un lado. El coche vendría y me aplastaría.

Cerré los ojos fuertemente esperando lo inevitable, pero entonces sentí unos brazos aferrarse a mí y apartarme torpemente rápido de el carril de coches. Era como si hubiera venido un toro a embestirme por el costado empujándome violentamente contra los arbustos, tratando de salvarme de la muerte. Vaya mi extraña suerte. Sentí un fuerte golpe en mi cabeza, y un estruendo casi ensordecedor, los gritos y chillidos de todas las personas. Luego solo sentí un golpe leve en el hombro.

Abrí los ojos mientras sentía la fría brisa del viento en mi rostro, Bella estaba al lado mío jadeando, nos rodeaba los arbustos del estacionamiento. Me agarre la frente mientras la veía aun shockeado. ¿Ella me había salvado la vida? No… ella me odiaba, debía estar muerto.

Mi respiración alterada por lo que acababa de ocurrir me confirmo que estaba vivo, bueno además del fuerte dolor en la cabeza.

-Woow-jadee la palabra mientras intentaba pararme, escuchaba las voces y los gritos aterrados a lo lejos, alce la cabeza y mire hacia mí alrededor, el coche de Tyler se había estrellado contra los coches de Carter Watson y Jennifer Steven.

— ¿¡Estas bien!?-grito ella a mi lado.

—Estoy bien Bella… pero que demo... como… no te has…

Mi propia voz me resultaba extraña…pareció que la fascinación de ese momento no se acabaría nunca. Intenté incorporarme nuevamente pero me di cuenta de que su pequeña mano me sujetaba fuertemente y me mantenía aun el suelo.

-Me quiero levantar-susurré mientras miraba nuestras manos juntas. Ella lo noto y quito su mano rápidamente.

—Con cuidado —Susurró avergonzada—. Creo que te has dado un buen golpe en la cabeza.

Sentí un dolor palpitante encima del oído izquierdo. Pero eso no importo… en estos momentos nada importaba en lo absoluto. Aunque el dolor en mi cabeza me trajo de vuelta a la realidad.

— Ouch —exclamé, sorprendido.

—Te lo he dicho, te has golpeado...-decía ella con suficiencia

Ella parecía aun mas ansiosa que los demás, su cara reflejaba solo pánico… y yo pues yo lo único que quería hacer en este momento era reírme ¿por qué? Ni idea.

— ¿Cómo rayos...? —Me paré para aclarar las ideas y orientarme—.¿cómo has llegado tan rápido? ¿Cómo me has apartado? Te das cuenta de que el coche de Crowly te puso hacer puré a ti también…

-No importa, lo importante es que tu estas a salvo.

-No has contestado mi pregunta… ¿Cómo has llegado tan rápido hasta aquí? ¿Cómo me has

—No recuerdas que estaba a tu lado—dijo; el tono de su voz volvía a ser serio y seco…el maldito tono serio y petulante de siempre.

Quise incorporarme, y esta vez me lo permitió, se alejó cuanto le fue posible en aquel estrecho lugar. Contemplé la expresión inocente de su rostro, lleno de preocupación.

Nos localizaron enseguida. Había un gentío con lágrimas en las mejillas gritándose entre sí, y gritándonos a nosotros. Reconocí una cara conocida inmediatamente…Jessica.

—No te muevas —ordenó alguien.

— ¡Saquen a Tyler de la furgoneta! —chilló otra persona.

El bullicio nos rodeó. Intenté ir hacia allí a ver qué era lo que le había ocurrido a Tyler pero la mano de bella me detuvo y me apretó la mano…de nuevo.

-¿Te das cuenta de que te acabas de accidentar? me dijo con la misma voz dulce de hace rato.

-Si…me doy cuenta, pero como es que tu…-empecé a decirle.

-Shhh…-dijo ella poniendo un dedo en mi boca. Millones de descargar eléctricas me golpearon en aquel momento.

-Pero…-intente protestar. Pero ella no me dejo.

-Confía en mí-dijo

-Me lo explicaras luego, no es cierto –dije con seguridad, porque la verdad es que yo no me iba a quedar con la curiosidad.

-Tu mano…-dije con ataque de pánico mientras miraba una de las manos lastimada de Bella.-te has lastimado.

-Sí, es un rasguño, enserio…no es nada…me curo fácil-. Me dijo ella y le quito importancia a su mano herida. Eran pequeños raspones, pero no podía creer lo preocupado que me puse por aquello, me importaba aun más que mi propia salud.

De pronto los otros chicos del instituto interrumpieron nuestro momento, la verdad es que eso no me molesto…quería que atendieran a Bella, su mano me preocupaba en sobremanera.

-Ya llame al 911- alguien en el fondo.

-Ya yo lo hice, ohhh…miren ya están llegando-decía Jessica secando las lagrimas de sus ojos. Me pareció muy tierno de su parte, me detuve ante aquellas cavilaciones…las voces comenzaban a llegar de nuevo hacia mí y ahora con más intensidad que nunca. Me sentí terriblemente mareado y casi caigo en suelo ah no ser porque un frio y suave brazo me detuvo.

-Vaya- empezó ella- A pesar de ser hombre eres un debilucho de primera… o ¿me equivoco?- decía mofándose de mi…sin pensarlo y sin saber porque, sus palabras me parecieron una burla e hicieron que me irritara.

-Sí, eso me parece…a ti que te impor…-intente decirle, pero de repente su humor cambio y la mirada en su rostro se le endureció. Quise preguntarle que le pasaba pero no me anime en lugar de eso vi las 3 enormes ambulancias entrando por la puerta principal del estacionamiento del instituto. Me aleje de ella, al parecer mi cercanía le resultaba incomoda, así que me mantuve alejado…me dolía la cabeza, tal vez era por el golpe o tal vez por las escandalosas voces de mi cabeza. Los paramédicos se acercaron a nosotros al primero que pusieron en la camilla fue a Tyler que estaba inconsciente, mientras se lo llevaron yo quede aliviado…

-No me llevaron…uff de la que me salve…-dije muy bajo

-¡Señor!-grito Bella que ahora estaba al lado mío-Mi compañero está muy mal, necesita que se lo auxilien. Decía ella totalmente relajada. La mire con furia por haberme vendido de esa manera…traicionera, pensé. El paramédicas miro en dirección nuestra y asintió y nos hizo una seña como para que lo esperáramos. Estaba que ni el sol llameante de Phoenix me calentaba…estaba totalmente furioso y Bella lo sabía entonces me dedico una risita de satisfacción.

Para empeorar las cosas, mi padre llegó antes de que me pusieran a salvo.

— ¡Edward! —gritó con pánico al verme parado cerca de la ambulancia sosteniéndome la cabeza.

—Estoy perfectamente, Char... papá —dije tratando de calmarlo—. No me pasa nada.

Se giró hacia la ambulancia más cercana y allí diviso un para medico para preguntarle el verdadero estado de mi salud. Lo ignoré y me detuve a analizar el revoltijo de imágenes inexplicables que se agolpaban en mi mente. De pronto uno de los paramédicos me tomo del brazo y me examino con detenimiento, rogué para que no se diera cuenta del golpe pero era demasiado tarde…Jessica vino corriendo hacia mí y me pregunto cómo me sentía y se le ocurrió decirle al paramédico que yo estuve a punto de morir arrollado por la furgoneta de Tyler.

El paramédico reaccionó y pidió a gritos una camilla para mi...maldición…el paramédicos me subió en la camilla y me puso un collarín, la peor sensación del mundo.

Cuando me alejaron del coche en camilla, vi una fuerte abolladura en la parte delantera del auto de Tyler. Trague saliva y trate de no pensar.

Y luego estaba la familia de Bella, que nos miraban a lo lejos con una gama de expresiones que iban desde la reprobación hasta la ira, pero no había el menor atisbo de preocupación por la integridad de su hermana. Ni se preocuparon por ella.

Intenté hallar una solución lógica que explicara lo que acababa de ver, una explicación que excluyera la posibilidad de que hubiera enloquecido...aunque ahora yo mismo pensaba en esa posibilidad.

La policía escoltó a la ambulancia hasta el hospital del condado, por descontado. Me sentí ridículo y frustrado…a Bella no la llevaron en camilla y nada por el estilo…es mas ella misma y sin ayuda de nadie subió al asiento de copiloto de la ambulancia, claro siempre escondiendo su mano herida de la vista de cualquier persona.

Todo el tiempo que tardaron en bajarme, y ver a Bella cruzar majestuosamente las puertas del hospital por su propio pie empeoraba las cosas. Me rechinaron los dientes.

Me condujeron hasta la sala de urgencias, una gran habitación con una hilera de camas separadas por cortinas de colores claros. Una enfermera me tomó la tensión y puso un termómetro debajo de mi lengua. Dado que nadie se molestó en correr las cortinas para concederme un poco de intimidad, decidí que no estaba obligada a llevar aquel incomodo collarín por más tiempo. En cuanto se fue la enfermera, lo desabroche rápidamente y lo tiré debajo de la cama.

Se produjo una nueva conmoción entre el personal del hospital. Trajeron otra camilla hacia la cama contigua a la mía. Reconocí a Tyler Crowley, de mi clase de Historia, debajo de los vendajes ensangrentados que le envolvían la cabeza. Al parecer había despertado. Tenía un aspecto cien veces peor que el mío, pero me miró con ansiedad.

— ¡Edward…hermano, lo siento mucho!- me decía escandalosamente. ¿No se ha lastimado? ¿Pero?

—Estoy bien, Tyler, pero tú parece que no. ¿Cómo te encuentras?-dije avergonzado.

Las enfermeras empezaron a desenrollarle los vendajes manchados mientras hablábamos, y quedó al descubierto una infinidad de cortes por toda la frente y la mejilla izquierda.

Tyler no prestó atención a mis palabras.

— ¡Pensé que te iba a matar! Iba a demasiada velocidad y entré mal en el hielo... mierda mi auto…me van a matar en casa.

Hizo una mueca de dolor cuando una enfermera empezó a limpiarle la cara. Me dio tanta pena es escena. Pero al ver la sangre sentí un frenesí incontrolable…sacudí la cabeza, al parecer ya había perdido la razón.

—No te preocupes; no me alcanzaste. Además ha sido mi culpa también… no debí agacharme en los carriles…

— ¿Cómo te apartaste tan rápido? Estabas allí y luego desapareciste. ¿Cómo?

—Pues... Bella me empujó para apartarme de la trayectoria de la camioneta.

Parecía confuso.

— ¿Quién? Debe de estar bromeando.

—Isabella Cullen…la que se sienta conmigo en biología. Bueno… Estaba a mi lado.

Siempre se me había dado muy bien mentir. Pero ahora no sonaba nada convincente.

— ¿Cullen? No la vi... ¡Vaya, todo ocurrió muy deprisa! ¿Está bien ella? ¿No se lastimo?

—Supongo que debe estar bien. Anda por aquí cerca, pero a ella no le obligaron a utilizar una camilla.

Sabía no que no estaba loco. En ese caso, ¿qué había ocurrido? No había forma de encontrar una explicación convincente para lo que había visto. Pero…pensé, claro si que había explicación, y la única que podría dármela seria ella…Bella.

Luego me llevaron en silla de ruedas para sacar una placa de mi cabeza. Les dije que no tenía heridas, y estaba en lo cierto. Ni una contusión. Pregunté si podía marcharme, pero la enfermera me dijo que primero debía hablar con el doctor, por lo que quedé atrapado en la sala de urgencias mientras Tyler me acosaba con sus continuas disculpas. Siguió torturándose por mucho que intenté convencerle de que me encontraba perfectamente. Claro que fue en vano. En lo que el seguía preferí cerrar los ojos y pensar claro eso fue imposible…una vocecilla me ataco.

-Dios…y si Masen me demanda, mi padre va a matarme… ¡como he sido tan estúpido!- pensé que era mi imaginación…ósea yo no podría estar oyendo los pensamientos de Tyler. ¿O sí? Luego sentí que alguien entraba por la puerta y caminaba por los pasillos, apreté, los ojos con más fuerza, no quería ni siquiera pensar que sería aquella doble cara…traicionera.

-Hola, ya estás bien- dijo una voz dulce y calmada…quien más podría ser….Bella.

-Isabella- empezó a decir Tyler, pero de pronto ella lo callo de solo cuatros palabras.

-Mi nombre es Bella.- dijo ella secamente, luego me sentí que ella miro de nuevo en mi dirección, así que no tuve otra opción más que abrir mis ojos y aun doy gracias a Dios por haberlos abiertos…

Su rostro era más hermoso ahora o seria nada más que me imaginación me estaba jugando una mala pasada…su rostro blanco y perfecto en los que habían dibujados una amplia sonrisa y sus ojos cafeces oscuros.

-Hey, te pregunte si estabas bien- dijo ella insistente. Al parecer mi desgracia la ponía de buen humor.

-Sí, te oí- respondí secamente- lo que pasa es que no hablo con personas dos caras. Se que tal vez mi actitud fue la inapropiada para tratar a una dama, pero ahora Bella Cullen no era mi persona más favorita en el mundo.

-Lo siento Edward- comenzó ella – pero sabes que es mejor así…

-Mejor para ti- le volví a decir secamente

-Tú y Yo…eso no puede ser…-dijo ella con un semblante entristecido en el rostro. Pero que tenían que ver esas palabras con mi accidente y la traición de ella a no ser que… de un de repente Bella se tenso y se aparto de mi lado de la camilla, la mire extrañado.

Entonces entró un doctor y me quedé boquiabierto. Era joven, rubio y parecía recién salido de una de esas revistas que compraba mi madre todos los meses, aunque estaba pálido y ojeroso; se le notaba cansado. Por cómo le miraba Bella supuse que sería tal vez algún familiar de ella.

—Soy el Doctor Carlisle Cullen, el padre de su compañera Isabella Cullen.-dijo él con la voz más bonita que habían escuchado mis oídos…claro que la de bella seguía siendo más hermosa para mí. Aunque Bella y el no se parecían en nada.

—Bueno, joven Masen—dijo el doctor Cullen con la misma voz inigualable —, ¿cómo se encuentra?

—Estoy bien —repetí, me pregunte si alguna vez dejarían de preguntarme lo mismo.

-Bella…Dios mío que imprudente ha sido esta muchachita-

-No ha sido culpa de Bella- dije sin pensarlo dos veces- ella no ha sido la imprudente.

-¿Qué?- me dijo el Doctor Cullen con extrañeza.

Se dirigió hacia la mesa de luz vertical de la pared y la encendió.

—Las radiografías son buenas —dijo—. ¿Le duele la cabeza? Isabella me ha dicho que se dio un golpe bastante fuerte.

—Estoy perfectamente —repetí con un suspiro mientras lanzaba una rápida mirada de enojo a Bella.

El médico me examinó la cabeza con sus fríos dedos. Al parecer la frialdad era de familia. Solo que las manos de Carlisle era 100 veces más frías que la de Bella.

Se percató cuando esbocé un gesto de dolor.

— ¿Le duele? —preguntó.

—No mucho, ya sabe solo ha sido algo sin importancia. Dije tocándome las sienes.

Había tenido jaquecas peores.

Oí una risita, busqué a Bella con la mirada y vi su sonrisa condescendiente. Entrecerré los ojos con rabia.

—De acuerdo, su padre se encuentra en la sala de espera. Se puede ir a casa con él, pero debe regresar rápidamente si siente mareos o algún trastorno de visión.

-O si vuelve a escuchar vocecillas- tosió alguien. La ignore.

— ¿No puedo ir a la escuela? —inquirí al imaginarme el caos que se desarrollaría en casa…Charlie persiguiéndome de aquí para allá…no, eso sí que no.

—Hoy debería tomarse las cosas con calma no crees Papá.-dijo Bella con ironía a el doctor. Al parecer era su padre…

Fulminé a Bella con la mirada.

— ¿Puede ellair a la escuela?-repuse molesto

—Alguien ha de darles la buena nueva de que hemos sobrevivido —dijo con suficiencia.

—En realidad Isabella —le corrigió el doctor Cullen— parece que la mayoría de sus compañeros están en la sala de espera.

— ¡No! —.

El doctor Cullen enarcó las cejas.

— ¿Quiere quedarse aquí?

— ¡No, no! —insistí al tiempo que sacaba las piernas por el borde de la camilla y me levantaba con prisa, con demasiada prisa, porque me tambaleé y el doctor Cullen me sostuvo. Parecía preocupado.-El muchacho es fuerte estará bien.

—Me encuentro bien…además usted está en lo correcto, si…soy muy fuerte —volví a asegurarle. El de nuevo volvió a parecer extrañado por mi respuesta.

—Tome unas pastillas de Tylenol contra el dolor —sugirió mientras me sujetaba.-Pobre…ojala y no le duela mucho.

—No me duele nada, se lo aseguro —insistí. El seguía mirándome completamente perplejo.

—Parece que ha tenido muchísima suerte —dijo con una sonrisa mientras corregía algunos papales del historial clínico. Como es que le puede saber lo que yo…

—La suerte fue que Bella estuviera a mi lado —le corregí mirando con dureza al objeto de mi declaración.

—Ah, sí, bueno —musitó el doctor Cullen, súbitamente ocupado con los papeles que tenía delante. –Isabella…Isabella, estarás en serios problemas en cuanto lleguemos a casa.Al parecer el Doctor Cullen no se había dado cuenta de que yo lo estaba escuchando.

Después el doctor, miró a Tyler y se marchó a la cama contigua. Tuve la intuición de que el doctor estaba al tanto de todo.

—Lamento decirle que ustedse va a tener que quedar con nosotros un poquito más —le dijo a Tyler, y empezó a examinar sus heridas.

Me acerqué a Bella en cuanto el doctor me dio la espalda.

— ¿Puedo hablar contigo un momento? —murmuré muy bajo. Se apartó un paso de mí, con mucha rudeza a mi parecer.

—Tu papi te espera —dijo entre dientes.

Miré al doctor Cullen y a Tyler, e insistí:

—Quiero hablar contigo a solas, si no te importa.

Me miró con ira, me dio la espalda y anduvo a trancos por la gran sala y casi resbala en uno de los pasillos. Casi tuve que contener la risa pensé que se molestaría y se marcharía, pero se volvió para hacerme frente tan pronto como nos metimos en un pequeño corredor.

— ¿Qué quieres? — me preguntó molesta.

Su mirada era glacial y su hostilidad me intimidó, hablé con más severidad de la que pretendía.

—Bueno creo que me debes una explicación —le recordé.

—Te salvé la vida. No te debo nada, de eso estoy convencida.

Retrocedí ante el resentimiento de su tono. Sus palabras eran tan filosas como navajas.

—Me lo prometiste Bella.-dije con un tono más suave…ella sacudió la cabeza y me dijo:

—Edward, te diste un fuerte golpe en la cabeza, no sabes de qué hablas.

Lo dijo de forma cortante. Me enfadé y le miré con gesto desafiante.

—No me pasaba nada en la cabeza y eso tú lo sabes muy bien, solo estaba fingiendo por tu culpa. Además me he dado muchos porrazos en la vida, con uno o más y uno menos…

Me devolvió la mirada de desafío.

— ¿Qué quieres de mí, Edward?

—Quiero saber la verdad —dije—. Quiero saber por qué razón estoy mintiendo y engañando por ti.

— ¿Qué creesque pasó? —preguntó ella con el tono frívolo de siempre.

—Todo lo que sé —le contesté entre balbuceos nada entendibles y muy raros en mi— es que no estabas cerca de mí, en absoluto, y Tyler tampoco te vio, de modo que no me vengas con eso de que me he dado un golpe muy fuerte en la cabeza. La furgoneta iba a matarnos, pero no lo hizo. Tus manos dejaron abolladuras tanto en la carrocería de la furgoneta como en el coche marrón, pero has salido ilesa, claro que…tu mano no, pero ese no es mi punto.

Me di cuenta de que parecía una locura de pies a cabezas y fui incapaz de continuar... Rechiné los dientes para contener la furia que intentaba explotar en mi interior.

Bella me miró con incredulidad, pero su rostro estaba tenso y permanecía a la defensiva.

— ¿Crees que aparté a pulso una furgoneta?...eso es de locos sabes.

Su voz claramente cuestionaba mi cordura, pero sólo sirvió para alimentar más mis sospechas. Apreté la mandíbula y me limité a asentir con la cabeza.

—Nadie te va a creer, ya lo sabes. Te enviaran al manicomio si dices lo que paso.

Su voz contenía una nota de burla y desdén.

—No se lo voy a decir a nadie. No me creas tan tonto, Bella.

Hablé despacio, pronunciando lentamente cada palabra, controlando mi enfado con cuidado. La sorpresa recorrió su rostro.

—Entonces, ¿qué importa lo que paso o no paso?

—Me importa a mí —insistí—. No me gusta mentir (bueno ahora estaba mintiendo), por eso quiero tener un buen motivo para hacerlo. Dímelo Bella. Dije esas palabras casi como un ruego.

— ¿Es que no me lo puedes agradecer y punto?

—Gracias.

Esperé, furioso, echando chispas.

—No vas a olvidar, ¿verdad?

—No. Absolutamente no.

—En tal caso... espero que disfrutes de la decepción.

Enfadados, .nos miramos el uno al otro, hasta que al final rompí el silencio intentando concentrarme. Corría el peligro de que su rostro, hermoso y dulce, me distrajera. Era como intentar apartar la vista de un ángel.

— ¿Por qué te molestaste en salvarme? —pregunté con toda la frialdad que pude.

Se hizo una pausa y durante un breve momento su rostro frágil y dulce fue inesperadamente vulnerable. Su mirada me enterneció y yo la mire directamente a los ojos.

—No lo sé —susurró. Desviando la mirada de mí.

Entonces me dio la espalda y se marchó.

Estaba tan enfadado que necesité unos minutos antes de poder moverme o pensar con coherencia para no dejarme llevar por la ira cuando me encontrara con mi padre. Cuando pude andar, me dirigí lentamente hacia la salida que había al fondo del corredor.

Y bueno, al menos el doctor Cullen decía la verdad. Todos aquellos a quienes conocía en Forks parecían hallarse presentes, y todos me miraban fijamente. Charlie se acercó a toda prisa. Levanté las manos.

—Estoy perfectamente —le aseguré, hosco. Seguía exasperado…más que todo estaba frustrado, y decepcionado por confiar en alguien que solo decía puras mentiras.

— ¿Qué dijo el médico? Por favor que este bien su madre va a matarme.

—El doctor Cullen me ha examinado y dice que estoy bien, así que ya vámonos a casa.

Suspiré. Jessica, Mike y Eric me esperaban y ahora se estaban acercando.

—Vámonos rápido—le dije con insistencia.

Charlie se dio cuenta así que me agarro por los hombros con mucho cuidado y me condujo hacia la salida. Saludé tímidamente con la mano a mis amigos con la esperanza de que comprendieran que no había de qué preocuparse. Fue un gran alivio para mí al subirme al coche patrulla de Charlie.

Viajábamos en silencio. Estaba tan encerrado en mis cosas que apenas era consciente de la de que Charlie estaba allí. Estaba seguro de que esa actitud de Bella en el pasillo no era sino la confirmación de unos sucesos tan extraños que para nada me hubiera creído si me lo hubieran contado.

Cuando llegamos a casa, Charlie habló al fin:

—Eh... Esto... Tienes que llamar a Renée.

Embargado por la culpa, agachó la cabeza. Me asuste en sobre manera. Mi madre…debía estar demasiado preocupada.

— ¡Se lo has dicho!- casi le grite

—Lo siento. Respondió el avergonzado.

Al bajarme, cerré la puerta del coche patrulla con un portazo más fuerte de lo necesario. Fui corriendo hacia el teléfono de Charlie y llame a mi madre…la charla no fue para nada placentera.

Mi madre se había puesto como loca, por supuesto. Tuve que asegurarle que estaba bien por lo menos cien veces antes de que se calmara. Me suplicó que volviera a casa, pero resistir a sus súplicas me resultó mucho más fácil de lo que pensaba. El misterio que Bella representaba me consumía; aún más, ella me obsesionaba, cada parte de ella era cada vez más interesante para mí.

No tenía tantas ganas de escapar o salir corriendo de Forks como debería, como hubiera lo hubiera hecho cualquier persona normal y cuerda. Claro que normal y cuerdo no eran exactamente las palabras que me definían.

Decidí que sería mejor acostarme temprano esa noche. Charlie no dejaba de mirarme con preocupación y eso hacía que mi irritación fuera en aumento cada vez más y más. Me detuve en el cuarto de baño al subir y me tomé tres pastillas de Tylenol. Calmaron el dolor insoportable de cabeza que sentía. Me acosté en mi cama y entonces sentí Morfeo* se apoderaba de mi

* En la mitología griega, Morfeo es el dios de los sueños.

N.T:Chicas lo sé ... se que se parece en casi todo a Crepúsculo (versión de Meyer) lo que pasa es que lo escribí Así y así me salió del mar Porque tal vez me he leído Crepúsculo unas 34 veces y me lo sé de memoria y como Algunas (o muchas) frases y escenas surgieron ... pero sí que esta es diferente Algunas partes!! Por favor, no piensen que el Fic es un remake y Burdo"Copiado / pegado / cambiado"... Es lo que me salió y se los dejo aquí de todo corazón!

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