martes, 8 de junio de 2010

nuevoo capituloo

Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Steph Meyer… (¿Mas que obvio no?) Nosotras solo jugamos un poco con ellos xD
-Letra normal: dialogo. (Obviamente)
-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.
Capitulo 23 parte 1
Extraños visitantes


— ¿Eres feliz? — pregunto Bella acariciándome el cabello, aparte cuidadosamente su mano y la bese con delicadeza.
—Si estoy contigo si… estar en último año no es tan malo si tus estas aquí— Nada era horrendo, al menos no si era mi dulce Bella la que estaba a mi lado.
—Hay Edward ¿Por qué eres tan perfecto? —Bella me beso castamente en la frente, cosa que agradecí pues ahora su hermoso rostro estaba cerca del mío, agarre su barbilla y la atraje hacia mí.
— Tú eres la perfecta-la bese fervientemente, delineé sus labios perfectos con mi lengua pidiendo acceso, bueno acceso concedido, me sonroje levemente ante los pensamientos escandalizados de nuestros compañeros, que no dejaban de observarnos.
Dios… eso no se hace en público
Genial… ahora estaré fantaseando con un beso así toda la semana, gracias Edward…
Wow… ¿ese es Masen y Cullen?

Bueno, las clases aun no habían iniciado, estábamos en el instituto solo para matricularnos nuevamente y bueno para hacer los horarios juntos. No queríamos estar alejados en ninguna clase.
—No sé que miran estos idiotas—murmure apartando ligeramente sus labios de los míos, ella sonrió, se la notaba ruborizada.
—Tienen envidia— respondió sonriente, luego todo astibo de buen humor se alejo de su rostro y fue remplazado con el desagrado.
Voltee a ver lo que mi Bella observaba insistentemente, me quede helado al ver a Harry Clearwater y a mi amiga Leah bajar de su vieja camioneta Ford.
—Hey Edward— me saludo a lo lejos Harry, Seth el hermanito menor de Leah también bajo de la camioneta, me observo y vino sonriente hacia mí.
—Hola Ed — grito eufórico mientras daba pequeños saltitos y ponía sus puños como si estuviera boxeando. Reí, hace algunos días le había enseñado como defenderse de Quil y Embry, quienes le molestaban por ser pequeño, par de idiotas.
—Vas bien Seth- despeine su negra cabellera, ante la atenta mirada de Bella que se encontraba tensa a mi lado, era como si estuviera conteniendo la respiración. — Y Leah? –pregunte casualmente ganándome así un leve bufido de parte de Bella.
—Se vino a matricular aquí ¿no es eso loco? —-respondió el pequeño mientras sacaba con agilidad mi teléfono celular de el bolsillo de mi cazadora. Pequeño travieso.
—Ah, sí que lo es- al fin hablo Bella mirando curiosamente a Seth, Bella podría ser a veces cruel con mi amiga Leah pero no creo que se atreviera a ser cruel con un niño. Menos con uno tan dulce como Seth.
Seth miro a Bella con temor, trate de leer sus pensamientos pero con la gente de la reserva se me hacía muy difícil hacerlo… cada vez más difícil, pero bueno… Seth tenía miedo de Bella, eso fue todo lo que pude leer. Miedos infundados ya que mi amada inmortal era más dulce que la miel, bueno, vale a veces, solo a veces podía ser mala, pero eso si no era mala con los niños.
—Ven S, te presentare a mi novia— tome a Bella de la mano, esta agradeció el gesto dándome un beso en la mejilla— S, ella es Bella; Bella él es S… o bueno Seth aunque yo prefiero decirle S, es mas coto y algo mas fácil.
—Esto…Mucho gusto—dijo Bella haciendo atrás el rostro… parecía como si estuviera conteniendo la respiración. Seth solo asintió con una sonrisa tímida.
—Es muy linda… pero yo pensé que tu y mi hermana… ya sabes…— declaro Seth mientras observaba temerosamente a mi hermosa novia, semivampira; ahora malhumorada.
—No, el no es el novio de tu hermanita, es mi novio ¿algún problema?-Seth retrocedió tres pasos completamente asustado
—Bella, amor…
—Lo siento—se disculpo—No te quería asustar… yo… disculpa… yo
Una áspera voz interrumpió a Bella
—Ah no? Yo vi que si lo querías asustar mira…—Leah miro hacia todos lados, nadie nos observaba—Mira mestiza, no molestes a mi hermanito o si no te las veras conmigo
—No me rebajare a tu nivel chucha…aunque… quien sabe, podría hacer una excepción
—Hey, Hey chicas tiempo fuera… Lee por qué no me habías comentado que te cambiabas a estas escuela? —pregunté cambiando de tema mientras acariciaba la mano de Bella para que esta se calmase.
Leah cambio rápidamente su amarga y dura expresión por una más amable.
—Era una sorpresa… espero y te haya gustado
—Oh, vaya que me sorprendiste… esto Lee desearía charlar pero tengo que ir a dejar a Bella a su casa, oye muchas gracias por la reparación que le hiciste al Chevy, ha quedado genial… ah y eso de los juego de los Blue Dolphins ¿confirmado no?
—No que ya nos íbamos? —interrumpió Bella jalándome del brazo.
—Oh, sí, vamos... Leah tal vez vaya a merodear por tu cocina al rato—dije mientras Bella conseguía hacerme dar cuatro pasos hacia atrás.
—Hey Edward tu celular— Murmuro Seth corriendo hacia mí.
—O si, que tonto— exclame teatralmente mientras tomaba mi celular—Lo olvide, Hey Seth, piensa rápido
Le propine un leve golpecito debajo de las costillas, el se puso a reír.
—Nos vemos Ed, oye y prométeme que me seguirás enseñando a pelear ¿Lo harás?
—Vale, anda ahora vete, parece que Harry lleva prisa.
El pequeño Seth se marcho corriendo hacia Leah, esta me sonrió y se despidió como siempre haciendo una graciosa seña, juntos caminaron hacia el viejo Ford. Harry se despidió de mí a lo lejos.
—Wow eso si es jugar sucio…—murmuro Bella entristecida soltando el agarre de mi brazo. Me acerque hacia ella y rodé su cintura con mis brazos.
—Que te pasa amor, estabas tan feliz hace unos instantes, no dejes que Leah te irrite… tu sabes cómo es ella...
—Es una tonta, siempre te va a perseguir… no sabes como la odio.
Suspire… ya no me sorprendían estas palabras, tanto Leah como Bella se odiaban y aquel odio iba más allá del odio mutuo que sentían los vampiros hacia los lobos y viceversa. Y todo por aquella vez…
+++Flash Back+++
-Buenas noches, Edward… ¿Qué tal el paseíto?
-Ahhh mi amor… -jadee- Me has asustado
-Tan fea me ves?
-Vamos Bella…
-Por que llegas a esta hora?
-Es temprano…
-Charlie me ha dicho que te has ido desde la mañana, no me has llamado, ni has respondido a mis mensajes, ¿Qué es ese olor?- ella hizo un gesto de asco y camino hacia mí, agarro el borde de mi camiseta y expiro.
-Aghhh eres tu-exclamo tapándose la nariz-Hueles a perro
-No-casi grite mientras olía mi brazo, y la verdad es que no… no olía a nada.-Me acabo de bañar Bella… además esta es mi pijama y solo tiene olor a ti… tu no hueles a perro
-Ah y si tu lo dices ¿Por qué llegaste tan tarde?
-Lo siento ¿Me perdonas?- la mire tiernamente y le sonreí… a lo mejor así esta discusión se daba por finalizada.
-Anda Edward, no me mires así pareces un niño chiquito ¿Ya eres “amigo” de la indita de nuevo?
-No le digas así… y si… bueno ya somos amigos, anda Bella no peleemos, ven vamos a la cama, parece que nos extraña-susurre sensualmente acercándome hacia ella.
-Edward, esta vez no me convencerás… estoy muy molesta- sonó enfadada mas note que una risilla se estuvo a punto de escapar de sus carnosos y hermosos labios.
-Apuesto a que si-corrí hacia ella y la levante haciéndola girar por toda mi habitación, no me importaba si Charlie escuchaba o no. La habitación entera se lleno de su suave risa musical, con sus hermosos brazos rodeo mi cuello y me beso, correspondí gustoso el beso.
Sus hermosos labios parecían que jamás se separarían de los míos, nuestras manos parecían tener vida propia mientras se cercioraban de marcar como suyas cada parte de nuestra anatomía, nuestra respiración se volvía cada vez más agitada, hasta que ella como todas las demás beses llevo sus manos hasta mis cabellos y comenzó a descender hasta mi nuca, la sentí tensarse, entonces Bella se separo casi violentamente de mi.
-¿Bella que te pasa?-murmure aun agitado y sorprendido… Bella nunca se separaba de mí de esa manera, menos cuando iniciábamos nuestra rutina de besos
-Tu… estas… por qué… quien…-Jadeaba incoherentemente, camino rápidamente hacia la ventana y tomo una gran bocanada de aire.
-¿Te sientes bien?-murmure más calmado mientras me acercaba a ella, ella hizo un ademan con su mano para detenerme.
-Espera… por favor-susurro-Dame un minuto… rayos huele…-seguía murmurando cosas que yo no llegaba a comprender del todo.
-¿Qué va mal? ¿Hice algo mal?-pregunte preocupado
-Edward-comenzó ella- Dime como demonios te has hecho eso en la cabeza…-un gruñido escapo de su garganta, me calle… rayos, como había sido tan estúpido… me había olvidado completamente de la jodida herida. Maldición.
-Yo… me he caído Bella
-Mentiroso… tú nunca te caes ni siquiera te tropiezas
-Esta vez sí… he sido torpe, me has contagiado
-No estoy para bromas, ¿fue ella? Ella te hizo eso-se acerco rápidamente hacia mí, y me sujeto los hombros, sus ojos cambiaron de chocolate a un negro intenso, nunca había visto la parte vampiro de Bella, hasta hoy
-La matare, la matare, si ella te ha hecho daño te juro que la matare
-Amor- murmure mientras ella me apretaba los hombros con demasiada fuerza, ahogue un gemido de dolor.-No ha sido su culpa…- casi no sentía mis brazos, el agarre de Bella se intensificaba cada instante mas y mas.
-Bella, escúchame, no ha sido su culpa, no me duele nada… es una herida sin importancia, he sido torpe solo eso, Leah no ha hecho nada solo me protegió de Jacob Black nada más.
-Jacob Black?-dijo ella soltándome-Que te hizo él? Maldito chucho
-Tu sabias que ellos eran… licántropos?
-Qué? No me digas… ¿se han transformado delante de ti?-Un grito de espanto murió en la garganta de Bella.-Ahora si la matare
+++Fin Del Flash Back+++
—Edward? — dijo Bella tocándome el hombro
—Ah? Que paso?
—Eso mismo me pregunto yo… ¿estás bien? Te quedaste así como en blanco varios minutos…
—Ah, es que estaba… recordando algo…
—Ok? Espero que la apestosa no tenga nada que ver…
—No, nada—bese su frente—Oye ¿Sabes para que Alice quiere que vaya a tu casa hoy en la noche?
—Ni idea pero ella ha estado tan extraña últimamente— se agacho y miro tristemente el suelo.
—Tú no estés triste, Leah es mi amiga pero tú eres mi amada inmortal— acaricie sus cabellos mientras nos marchábamos hacia mi coche.
—Hay que profundo me saliste, eso de amada inmortal me ha encantado—me beso dulcemente en los labios, de nuevo todo astibo de tristeza o enfado desapareció de su rostro.
—Sí, hay veces que tengo 80 años en lugar de tener 17… soy muy maduro cuando estoy a tu lado mi amor.
—Así me gustas, mi amado y maduro niño Edward Anthony Masen—de un de repente de colgó en mi espalda, tal y como siempre lo hacia.
—Ja jaja amo cuando te cuelgas en mi espalada
—Sí y te amo a ti, pero sabes como que también amo no tener a esa tonta chucha de aquí para allá, observándote como si fueras su tesoro o como si yo te fuera a hacer daño… no la soporto
—Solo no le des importancia… no quiero que ella y tu se peleen como la ves que casi rompes el tratado para ir a reclamarle lo de mi herida en la nuca, aun lo recuerdo la cara de toda tu familia cuando supieron que estuviste a punto de cruzar la línea divisoria para tratar de matar a Jacob y a Leah.
—Ah, vale no tenias por qué haberme recordado eso—suspiro contra mi garganta—Esa tonta y el maldito de Black… algún día me la pagaran, ya verán… le daré su merecido a ambos
—Calla— ella se bajo de mi espalda y ambos nos introducimos en el coche, claro que obviamente yo fui a abrirle la portezuela del coche a mi amada, y cambiante de humor novia semivampira.
La llegada a casa de Bella fue… podríamos decir dificultosa, ya que nuestros instintos y hormonas, en especial mis hormonas adolescentes nos hacían detenernos a cada 10 metros de carretera. Es que jamás me cansaría de Bella, mi adorada droga… se que tendría que controlar mis hormonas y mi necesidad irrefrenable por ella, pero no podía y ella parecía que tampoco podía. Todos los días me preguntaría ¿Cómo es que ella se había fijado en mí? Un ser inferior en casi todo.
—A este paso… no creo que lleguemos a mi casa nunca—murmuro Bella divertida mientras se arreglaba su blusa, sonrío y la bese apasionadamente en aquellos labios que jamás me cansaría de besar.
— Mmm parece que si no llegamos a tu casa Alice nos tendrá en abstinencia hasta el día de la boda—murmure mientras oía la melodía de mi celular sonar por alguna parte del coche… sabia claramente quien era la dueña de aquel tono tan peculiar… Alice Cullen mi futura cuñada en algunos meses más.
—Ah eso si que no, primero la mato—rio Bella, mientras alisaba las visibles arrugas de mi camisa. —Bueno ahora luces presentable… aunque, me gustaría que siempre lucieras impresentable para mí… solo para mí.
—Solo para ti— dije mientras depositaba un beso en su frente, y estos éramos Bella y yo. Bella la hermosa chica semivampira que por alguna loca razón se había enamorado de mi… Edward Masen, un adolescente muy raro que casualmente “escuchaba voces dentro de su cabeza”.
Alice nos recibió al llegar a la mansión, estaba enfada, me lo gritaba con sus pensamientos. Me rasque el cuello.
—Hola chicos— mascullo con los brazos cruzados.- ¿Qué habéis estado haciendo para llegar tan tarde? Por que tienen que ser tan… hormonales, Ashh. Los esperaba desde hace tres horas… ¿sabes qué hora es Edward?
—Alice—la salude aun mirando al suelo. Alice, Alice…
—Hay Alice… además ni siquiera sabemos a qué nos has citado ¿Nos lo podrías decir ya? O es que tenemos que seguir esperando—refunfuño Bella haciendo gesticulaciones raras con el rostro mientras marchábamos casi empujados por Alice hacia la mansión Cullen. Por alguna razón, miré hacia el bosque, voces casi apagadas murmuraban cosas que no podía captar.
—Hay alguien entre los matorrales… —murmure parándome en el porche. Alice miro hacia allí, frunció el ceño.
—Espérenme aquí, iré a ver qué ocurre. No siento a nadie por aquí o al menos no por 20 kilómetros a la redonda. Estas paranoico hermanito.
—Pero yo, no importa… es solo mi paranoia—advertí mientras tomaba a Bella de la mano e ingresábamos a la mansión, aunque por si las dudas eche un vistazo rápido a él cada vez más oscuro bosque.
Al ingresar fueron tres cosas las que más me sorprendieron. Una; no sabía por qué razón todos los miembros del aquelarre Cullen estaban tan malhumorados, hasta Carlisle lucia mal… extraño pues. Dos; tres inmensas maletas estaban justo cerca de la puerta, cerca de ellas encima de la mesita de la repisa estaban lo que parecían ser dos boletos de avión. Tres; por qué demonios Rosalie, la mujer que mas me odiaba en la faz de la tierra me miraba con ¿pena? ¿Lastima?

No hay comentarios:

Publicar un comentario