sábado, 28 de noviembre de 2009

LA SEGUNDA PARTE!!!

Capitulo #17
El Partido
PARTE # 2

Subí a mi habitación y elegí la ropa mas deportiva que tenia en el closet… un pantalón de buzo color negro… y una sudadera mangas largas blancas, mas una cazadora negra. Mientras me quitaba la elegante ropa de hace rato me observe un momento en el espejo. No era tan debilucho como ellos decían que era, tenia músculos… no serian tan grandes como los de Emmett o Jacob, pero por lo menos tenia con que defenderme. Además Bella no me quería por mis músculos.

Aunque empezaría a trabajar más en ellos y dejaría de ser un “couch potato” empedernido.
Me puse el buzo y la sudadera, mientras intentaba amarrar las trenzas de mis zapatillas deportivas alce la vista y me di cuenta de que era muy tarde.

Tendría que ir a toda velocidad, aunque según Leah mi monovolumen no resistiría mucho. Baje las escaleras corriendo, Charlie se me quedo mirando unos segundos.

—Ya sabes Eddie… no vuelvas tarde. Y por favor cuídate mucho hijo.
—Ok, no volveré tarde.
—Me saludas a tu novia de mi parte, dile que ansió conocerla. Y que ojala no sea tan rara como su hermana.
—Bueno, le daré tus saludos.

Lo admito, conduje como loco, creo que no respete ninguna señal de transito… pero bueno tenia tanta suerte de ser el hijo del jefe de la policía, además las calles de Forks casi siempre estaban desiertas. Llegue lo más aprisa que pude y bueno, lo más aprisa que daba mi pobre coche.

Al llegar a la mansión Cullen, Bella ya me estaba esperando sentada en el porche de la lujosa casa, me dedico una de sus mejores sonrisas en cuanto me vio.
Me baje apresuradamente del coche, y corrí hacia ella, ella me abrió sus brazos y nos abrazamos como si no nos hubiéramos visto en años. Y eso que solo habían pasado unas 2 o 3 horas.

—Oh, Edward, ya estás aquí… conmigo—dijo Bella abrazándome tan fuerte que casi sentí dolor, pero no importaba ella podría aplastarme pero ni aun así me importaría.
—Sí, mi dulce Bella ya estoy aquí. Dije agachándome un poco para besarla, sin importarme que estuviéramos al frente de su casa.
Ella me miro y cerró los ojos, nuestros labios se acercaron mas y… y empezó la discusión.
—A que hueles? —dijo oliéndome la ropa.
—Pues… a mi? —dije extrañado por su psicótica reacción.
—No… hueles a otras cosa… hueles a mujer…!¿Ella… la indita… te ha besado? ¡—casi grito Bella.
—Su nombre es Leah no “indita”… y no se a que viene todo esto Bells.
—Es que tu cara huele a ella… es su aroma. —Bella me miraba de una manera que era mejor ni contarla. —Dime Edward… te ha besado.
—Sí pero en la mejilla. —dije algo enfadado por la falta de confianza que me tenia Bella. Si tan solo pudiera leer su mente y saber que era lo que estaría pensando.
—Ushhh… la odio, si se te acerca de nuevo…— se detuvo, intentado tranquilizarse.
—Ya calma Bells, tu eres la única que me gusta… que es que acaso no me tienes confianza, que tu no sabes que eres todo para mi… eres todo.
—Edward, lo siento es solo que no puedo contralar mis celos. Me perdonas. —dijo ella abrazándome cariñosamente.
—Yo te perdono lo que sea, oye ¿Dónde estan todos?
—Ah, ellos ya se fueron al campo de beisbol… yo me quede a esperarte eso si aun quieres ir a verlos jugar… podríamos quedarnos aquí, estamos solos.
—Mmm yo creo que no, tus padres podrían molestarse…además quiero ver a los vampiros en acción.
Ella hizo un atractivo puchero y me tomo de la mano, caminamos juntos a través de un sendero el cielo nublado como siempre anunciaba la llegada de un aguacero, Bella y yo caminamos un buen rato, la paciencia no era uno de mis dones así que de rato a rato soltabas suspiros de irritación, y bueno la irritación aumentaba aun mas cuando Bella caminaba más lento a propósito.
—Bells… ya llevamos buen rato por aquí… a qué hora piensas que vamos a llegar a ese maldito campo?
—Edward, vamos no presiones—dijo ella colgándose de mi espalda—El campo está a solo unos metros… me he dado cuenta de que tengo un novio muy pero muy impaciente ¿no?
Le quería decir que sí, que yo no era la persona más paciente del universo pero no pude pensar coherentemente cuando ella estampo sus labios con los míos. Se me hizo muy raro ¿cómo es que se bajo tan rápido de mi espalda? Nuestros labios se movían sincronizadamente, era como si hubiéramos nacido para esto, pero bueno decir algo así hubiera sido raro. Como siempre Bella me estrecho muy fuerte entre sus brazos y mis pulmones empezaron a clamar por aire, deje que mis pulmones esperaran un poco.
—Bella ya basta o sino jamás llegaremos —susurré contra sus labios. Ella alzo la vista y me dedico una sonrisa.
—Sabes algo Edward, me he dado cuenta de que tu sangre ya no me afecta en lo absoluto.
— ¿En serio? O bueno supongo que ya no soy especial para ti entonces.
—Eres un tonto Edward, sabes lo que significa… significa que ya no te deseo de aquella forma, ya sabes… ya no deseo matarte. Dijo ella mirándome ceñuda, alce un dedo y le suavicé la leve arruga que se le formo entre las cejas.
—Lo sé amor, solo estaba jugando… adivina ya le dije a Charlie que estamos saliendo. Ella me miro feliz y me abrazo tan fuerte que juro que si fuera más debilucho me habría partido por la mitad.
—Ouch, me alegra que te pongas feliz Bells… aunque al principio se preocupo y no tengo idea del porque ahora lo entendió.
—Cuanto me alegra, voy a ir mañana a visitarle ¿puedo? —pregunto ella inocentemente.
—Bueno obviamente que si ni siquiera tiene que preguntarlo.
Edward, demonios a qué hora se supone que van a llegar, Emmett se esta impacientando Jasper está irritado y no querrás que Rosalie desquite su ira contigo. dijo Alice mentalmente.
—Humm, Bells esto… creo que hay que ir de una buena vez al campo… tu familia se debe estar molesta. Les hemos hecho esperar demasiado.

Ella sonrió melancólicamente, nos volvimos a tomar de las manos. Me llevó unos cuantos metros más adelante, a través de altos helechos mojados y musgos que cubrían un enorme abeto, y de pronto nos encontramos allí, al borde de un inmenso campo abierto en la ladera de los montes Olympic. Tenía dos veces el tamaño de un estadio de béisbol. Era absolutamente impresionante.
Allí vi a todos; Esme, Emmett y Rosalie, sentados en una lisa roca salediza, eran los que se hallaban más cerca de nosotros, a unos cien metros. Aún más lejos, a unos cuatrocientos metros, se veía a Jasper y Alice, que me dedico una diabólica mirada.
Hasta que al fin se dignaron a venir. Dijo Alice lanzándole algo a Jasper que no pude identificar bien que era.

Visibe a Carlisle a lo lejos, está marcando las bases a mi parecer. Hasta que al fin llegan, Alice ya me estaba poniendo los nervios de punta.
Los tres que se encontraban sobre la roca se levantaron cuando estuvimos a la vista.
—Hola Edward, es un enorme gusto verte de nuevo. —dijo dulcemente Esme, era muy raro… Esme pensaba exactamente sus palabras antes de decirlas. Rosalie paso por mi lado sin siquiera dirigirme palabra alguna. Era como si yo no existiera para ella. Maldito humano tonto.

Emmett me miro divertidamente y luego miro hacia la dirección de Bella. Que suciedades habrás estado haciendo en el bosque hermanita… al parecer lo tuyo no es lo “manitas sudadas” vas más lejos. Hay que orgulloso estoy de ser tu hermano.
—Hola Esme, Hola Emmett—los salude. Mire hacia la dirección de Emmett y no pude evitar reirme.
—Esto… y de que te ríes? — me pregunto Emmett mirándome completamente confundido. Esta loquito o qué? Bueno tal vez por eso la pulga de Bella lo eligió.
—De nada, Hey no te he visto últimamente.
—Ejem... si… estaba ocupado mejor dicho estaba tranquilizando a Rose.
Nos quedamos callados unos momentos, Esme y Bella se habían ido unos momentos a decirlos nose que Carlisle, así que se nos hizo un momento bastante incomodo.
—Bueno el partido va a empezar- grito Alice interrumpiendo el tan incomodo silencio que se había formado.

Todos los Cullen se dividieron en dos equipos Alice, Emmett y Esme eran el primero Carlisle, Jasper, Rosalie eran el otro primero, le tocaba batear a el equipo de Carlisle así que Rosalie tomó su posición ella sería la primera en batear todos los demás tomaron sus respectivas posiciones, Emmett estaba en la tercera base y Esme en la cuarta. En lo que ellos jugaban Bella y yo nos fuimos a sentar en una roca donde se podía ver bien todo el partido.

“Bien Edward listo para ver cómo juegan los vampiros el béisbol” esa era la voz de Alice podría jurarlo.

—Ya Alice?— pregunto Emmett impacientemente.

—Espera—dijo Alice poniendo un rostro en el cual parecía que estaba pensando.

Después de eso en mi mente apareció algo espectacular una escena en donde aparecía un trueno y en ella también aparecían los Cullens jugando Rose comenzaba a batear cuando el trueno se escuchaba Rose comenzaba a correr y después todo desapareció.

Me quede callado y como en estado de shock, me puse a pensar y algo me despertó de mi ensoñación.

—Edward mi amor estas bien. — me pregunto Bella pasando una de sus manos enfrente de mi cara.
Después escuche otra voz.

lo siento Edward pero con eso de que puedes leer mentes, no sabía que también verías mis visiones perdón” oí los pensamientos de Alice en mi cabeza.
Después de un rato de eso lo entendí lo que había visto fue una visión del futuro que Alice había tenido. Después de todo este don estaba resultando muy bueno.

—estoy bien amor no te preocupes— dije abrazándola y pegándola más a mi
“Si Edward sigue pegándose más a mi hermanita lo matare” pensó Jasper, y por eso tuve que sepárame un poco de ella pero no deje de abrazarla.

Ahora el que batearía era Jasper, tenía el bate en sus manos y Alice como toda una profesional del béisbol tiro la pelota con una precisión hacia el bate, la pelota corría con una fuerza imposible hasta que llego al bate con el que la golpeo Jasper se escucho un gran ruido al hacer contacto la pelota con el bate ahora entendía por qué necesitaban los truenos. Emmett salió corriendo por la pelota Rosalie sonreía “ese es mi hombre “pensó.
Mientras Emmett corría tras la pelota, Carlisle también lo hacía en el momento en que la quisieron atrapar los, dos sus cuerpos chocaron era como si hubieran chocado dos grandes rocas en el aire y después de desplomaron, para un simple humano eso lo hubiera matado pero los dos vampiros se reían y empujaban jugueteando.
Ver como jugaban era sorprendente esa escena era magnifica y me la imaginaba con una de mis canciones favoritas Supremassive Black Hole de Muse era magnifico como se veía eso, yo también quería formar parte del juego pero sabía que si por error esa pelota en lugar de golpear el bate me golpeaba a mi me mataría con una contusión en la cabeza.
De pronto sentí unos labios contra los míos, sabían tan deliciosamente que no quería separarme de ellos mi Bella seria mi perdición algún día, si no es que ya lo era.
Pero una voz de nuevo en mi cabeza me saco de mi dulce sueño ya que se oía muy enojada.
“no puede esperar a besarla en otro lugar, si sigue haciendo eso lo voy a matar y no me importa que se enoje con migo al fin al cabo siempre puede conseguirse otro.”
Me asusto lo que Jasper había pensado por eso me separe de Bella pero no tanto la advertencia de Jasper, si no pensar que Bella algún día podría remplazarme eso si me asusto y me dio mucho miedo, definitivamente Bella se había convirtiendo en mi perdición y en mi todo sin ella no podría vivir.
Después de un buen rato de estar viendo como jugaban, el frió intenso de Forks decidió que ya era hora de marcharse, sentí una extraña vibración en el bolsillo de mi pantalón, hurgue en mis bolsillos y exacto, era mi celular, me levante y me aleje unos cuantos pasos.
—Hola? —conteste casi en susurros ante la atenta mirada de Bella.
—Ah, hola Edward es Jessica, Angela me dio tu numero… no te molesta ¿no?—dijo Jessica hablando muy fuerte. La última de las maldiciones, Bella se estaba poniendo de pie y comenzaba avanzar hacia mi dirección.
—Esto… Jess ahora no puedo hablar, te parece si te devuelvo la llamada luego? —dije esto y corte la llamada. Bella llego hacia donde yo estaba y me vio con desconfianza.
—Esa era Stanley? —dijo Bella cruzando sus brazos.
—Ah, si… Angela le dio mi número. —le dije sonriéndole para calmarla
—Ah, que bien—murmuro ella mirando hacia el suelo. —Edward si quieres ya nos podemos ir…
—Sí, le prometí a Charlie que llegaría temprano a casa… y bueno ya está oscureciendo—le dije la abrasé por la espalda, extrañamente ella de desasió de mi agarre. La mire perplejo pero no le dije nada.
Alice vino hacia nuestro encuentro trotando grácilmente, rápidamente llego hacia nuestra dirección me miro como si estuviera enfadada.
¿Qué rayos hiciste Edward?
—Chicos, que pasa el juego aun no termina.
—Sí, pero Edward ya se tiene que ir a su “casa” —dijo Bella rodando los ojos y poniendo énfasis en la palabra casa… como si yo estuviera mintiendo.
No sé realmente que le hiciste a Bella… pero por favor no la hagas sentirse mal. Ella es mi hermana favorita.
—Los siento Alice no volverá a pasar—le dije avergonzado a Alice, Bella me miro extrañada y rio por lo bajo.
— ¿Edward de que rayos te estás disculpando? —dijo ella abrazándome, bueno por lo menos ya no estaba enojada.
—Ok, creo que ya todo está arreglado, nosotros los alcanzamos luego chicos… ahhh una tormenta caerá más tarde, deberían marcharse ya.
Alice se alejo dando brinquitos hasta reunirse con Jasper, que nos miraba inquisidoramente, los otros Cullens se reunieron en como en un semicírculo y alzaron sus manos en señal de despedida.
Bella y yo anduvimos por el mismo sendero, esta vez ya no estábamos tomados de la manos sino que nos abrazamos fuertemente, el frio ensordecedor se hacía cada vez más presente y la oscuridad de el sendero aumentaba.
Al llegar a la mansión Cullen, Bella se detuvo en seco y bueno allí vi venir algo.
—Por que Jessica Stanley no te deja en paz—repuso furiosamente y aquello claramente no era una pregunta— No sabes cuánto me irrita esa niña.
—Tal vez no pero me puedo hacer una idea—dije tomándola por los hombros y besando su frente— Amor, cuando será el día en que te des cuenta de que yo solo te amo a ti, tu eres la única que ha llegado al corazón.
—Lose… y eso es lo que me cuesta creer.
—Bueno… y si no es mucho pedir ¿me darías un beso de despedida? —pregunte acercándome hacia ella.
—Pues te lo daré esta noche te parece.
—No, Bella es peligroso… tú no puedes salir sola en las noches. —dije comenzando a preocuparme.
—Edward me estoy dando cuenta de que eres bastante sobreprotector… y sabes que, me encanta.
Luego de que nos despedimos, yo me dirigí hacia mi monovolumen, y conduje tranquilamente hacia mi casa. Estaba completamente feliz, no había humano sobre la tierra que tuviera más que yo en esto momentos.
Cuando hube llegado aparque el coche y me baje de un salto, había muchos charcos de agua en el pavimento por lo que imagine que el aguacero ya había bañado todo el pueblo. El rayo cruzo el cielo y entonces imagine a Alice siempre tan efectivas con sus predicciones.
Me dirigí hacia el porche de la casa, se escuchaba como si hubieran voces dentro, claro era obvio que Charlie estaba allí… pero ¿Y si Billy había regresado a contarle todo a Charlie? El miedo me hizo sui presa… pero el auto de Billy no estaba por aquí cerca, rogué al cielo que no fuera él. Abrí la puerta principal de prisa y lo que vi me dejo atónito.

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