sábado, 28 de noviembre de 2009

GANO ROBERT PATTINSON


ahhhhhhh si este monumento de Hombre gano en nuestra encuesta!! no se si se acuerdan pero bueno yo si jejeje, y si desbanco a todos sus demas co-estrellas de la exitosa franquisia!!

Ahhh yo sabia que por lo menos aqui el no perdeeria! xD
Gracias por votar por el!!
Ah y sigan votando en las otras encuestas se los ruego!

LA SEGUNDA PARTE!!!

Capitulo #17
El Partido
PARTE # 2

Subí a mi habitación y elegí la ropa mas deportiva que tenia en el closet… un pantalón de buzo color negro… y una sudadera mangas largas blancas, mas una cazadora negra. Mientras me quitaba la elegante ropa de hace rato me observe un momento en el espejo. No era tan debilucho como ellos decían que era, tenia músculos… no serian tan grandes como los de Emmett o Jacob, pero por lo menos tenia con que defenderme. Además Bella no me quería por mis músculos.

Aunque empezaría a trabajar más en ellos y dejaría de ser un “couch potato” empedernido.
Me puse el buzo y la sudadera, mientras intentaba amarrar las trenzas de mis zapatillas deportivas alce la vista y me di cuenta de que era muy tarde.

Tendría que ir a toda velocidad, aunque según Leah mi monovolumen no resistiría mucho. Baje las escaleras corriendo, Charlie se me quedo mirando unos segundos.

—Ya sabes Eddie… no vuelvas tarde. Y por favor cuídate mucho hijo.
—Ok, no volveré tarde.
—Me saludas a tu novia de mi parte, dile que ansió conocerla. Y que ojala no sea tan rara como su hermana.
—Bueno, le daré tus saludos.

Lo admito, conduje como loco, creo que no respete ninguna señal de transito… pero bueno tenia tanta suerte de ser el hijo del jefe de la policía, además las calles de Forks casi siempre estaban desiertas. Llegue lo más aprisa que pude y bueno, lo más aprisa que daba mi pobre coche.

Al llegar a la mansión Cullen, Bella ya me estaba esperando sentada en el porche de la lujosa casa, me dedico una de sus mejores sonrisas en cuanto me vio.
Me baje apresuradamente del coche, y corrí hacia ella, ella me abrió sus brazos y nos abrazamos como si no nos hubiéramos visto en años. Y eso que solo habían pasado unas 2 o 3 horas.

—Oh, Edward, ya estás aquí… conmigo—dijo Bella abrazándome tan fuerte que casi sentí dolor, pero no importaba ella podría aplastarme pero ni aun así me importaría.
—Sí, mi dulce Bella ya estoy aquí. Dije agachándome un poco para besarla, sin importarme que estuviéramos al frente de su casa.
Ella me miro y cerró los ojos, nuestros labios se acercaron mas y… y empezó la discusión.
—A que hueles? —dijo oliéndome la ropa.
—Pues… a mi? —dije extrañado por su psicótica reacción.
—No… hueles a otras cosa… hueles a mujer…!¿Ella… la indita… te ha besado? ¡—casi grito Bella.
—Su nombre es Leah no “indita”… y no se a que viene todo esto Bells.
—Es que tu cara huele a ella… es su aroma. —Bella me miraba de una manera que era mejor ni contarla. —Dime Edward… te ha besado.
—Sí pero en la mejilla. —dije algo enfadado por la falta de confianza que me tenia Bella. Si tan solo pudiera leer su mente y saber que era lo que estaría pensando.
—Ushhh… la odio, si se te acerca de nuevo…— se detuvo, intentado tranquilizarse.
—Ya calma Bells, tu eres la única que me gusta… que es que acaso no me tienes confianza, que tu no sabes que eres todo para mi… eres todo.
—Edward, lo siento es solo que no puedo contralar mis celos. Me perdonas. —dijo ella abrazándome cariñosamente.
—Yo te perdono lo que sea, oye ¿Dónde estan todos?
—Ah, ellos ya se fueron al campo de beisbol… yo me quede a esperarte eso si aun quieres ir a verlos jugar… podríamos quedarnos aquí, estamos solos.
—Mmm yo creo que no, tus padres podrían molestarse…además quiero ver a los vampiros en acción.
Ella hizo un atractivo puchero y me tomo de la mano, caminamos juntos a través de un sendero el cielo nublado como siempre anunciaba la llegada de un aguacero, Bella y yo caminamos un buen rato, la paciencia no era uno de mis dones así que de rato a rato soltabas suspiros de irritación, y bueno la irritación aumentaba aun mas cuando Bella caminaba más lento a propósito.
—Bells… ya llevamos buen rato por aquí… a qué hora piensas que vamos a llegar a ese maldito campo?
—Edward, vamos no presiones—dijo ella colgándose de mi espalda—El campo está a solo unos metros… me he dado cuenta de que tengo un novio muy pero muy impaciente ¿no?
Le quería decir que sí, que yo no era la persona más paciente del universo pero no pude pensar coherentemente cuando ella estampo sus labios con los míos. Se me hizo muy raro ¿cómo es que se bajo tan rápido de mi espalda? Nuestros labios se movían sincronizadamente, era como si hubiéramos nacido para esto, pero bueno decir algo así hubiera sido raro. Como siempre Bella me estrecho muy fuerte entre sus brazos y mis pulmones empezaron a clamar por aire, deje que mis pulmones esperaran un poco.
—Bella ya basta o sino jamás llegaremos —susurré contra sus labios. Ella alzo la vista y me dedico una sonrisa.
—Sabes algo Edward, me he dado cuenta de que tu sangre ya no me afecta en lo absoluto.
— ¿En serio? O bueno supongo que ya no soy especial para ti entonces.
—Eres un tonto Edward, sabes lo que significa… significa que ya no te deseo de aquella forma, ya sabes… ya no deseo matarte. Dijo ella mirándome ceñuda, alce un dedo y le suavicé la leve arruga que se le formo entre las cejas.
—Lo sé amor, solo estaba jugando… adivina ya le dije a Charlie que estamos saliendo. Ella me miro feliz y me abrazo tan fuerte que juro que si fuera más debilucho me habría partido por la mitad.
—Ouch, me alegra que te pongas feliz Bells… aunque al principio se preocupo y no tengo idea del porque ahora lo entendió.
—Cuanto me alegra, voy a ir mañana a visitarle ¿puedo? —pregunto ella inocentemente.
—Bueno obviamente que si ni siquiera tiene que preguntarlo.
Edward, demonios a qué hora se supone que van a llegar, Emmett se esta impacientando Jasper está irritado y no querrás que Rosalie desquite su ira contigo. dijo Alice mentalmente.
—Humm, Bells esto… creo que hay que ir de una buena vez al campo… tu familia se debe estar molesta. Les hemos hecho esperar demasiado.

Ella sonrió melancólicamente, nos volvimos a tomar de las manos. Me llevó unos cuantos metros más adelante, a través de altos helechos mojados y musgos que cubrían un enorme abeto, y de pronto nos encontramos allí, al borde de un inmenso campo abierto en la ladera de los montes Olympic. Tenía dos veces el tamaño de un estadio de béisbol. Era absolutamente impresionante.
Allí vi a todos; Esme, Emmett y Rosalie, sentados en una lisa roca salediza, eran los que se hallaban más cerca de nosotros, a unos cien metros. Aún más lejos, a unos cuatrocientos metros, se veía a Jasper y Alice, que me dedico una diabólica mirada.
Hasta que al fin se dignaron a venir. Dijo Alice lanzándole algo a Jasper que no pude identificar bien que era.

Visibe a Carlisle a lo lejos, está marcando las bases a mi parecer. Hasta que al fin llegan, Alice ya me estaba poniendo los nervios de punta.
Los tres que se encontraban sobre la roca se levantaron cuando estuvimos a la vista.
—Hola Edward, es un enorme gusto verte de nuevo. —dijo dulcemente Esme, era muy raro… Esme pensaba exactamente sus palabras antes de decirlas. Rosalie paso por mi lado sin siquiera dirigirme palabra alguna. Era como si yo no existiera para ella. Maldito humano tonto.

Emmett me miro divertidamente y luego miro hacia la dirección de Bella. Que suciedades habrás estado haciendo en el bosque hermanita… al parecer lo tuyo no es lo “manitas sudadas” vas más lejos. Hay que orgulloso estoy de ser tu hermano.
—Hola Esme, Hola Emmett—los salude. Mire hacia la dirección de Emmett y no pude evitar reirme.
—Esto… y de que te ríes? — me pregunto Emmett mirándome completamente confundido. Esta loquito o qué? Bueno tal vez por eso la pulga de Bella lo eligió.
—De nada, Hey no te he visto últimamente.
—Ejem... si… estaba ocupado mejor dicho estaba tranquilizando a Rose.
Nos quedamos callados unos momentos, Esme y Bella se habían ido unos momentos a decirlos nose que Carlisle, así que se nos hizo un momento bastante incomodo.
—Bueno el partido va a empezar- grito Alice interrumpiendo el tan incomodo silencio que se había formado.

Todos los Cullen se dividieron en dos equipos Alice, Emmett y Esme eran el primero Carlisle, Jasper, Rosalie eran el otro primero, le tocaba batear a el equipo de Carlisle así que Rosalie tomó su posición ella sería la primera en batear todos los demás tomaron sus respectivas posiciones, Emmett estaba en la tercera base y Esme en la cuarta. En lo que ellos jugaban Bella y yo nos fuimos a sentar en una roca donde se podía ver bien todo el partido.

“Bien Edward listo para ver cómo juegan los vampiros el béisbol” esa era la voz de Alice podría jurarlo.

—Ya Alice?— pregunto Emmett impacientemente.

—Espera—dijo Alice poniendo un rostro en el cual parecía que estaba pensando.

Después de eso en mi mente apareció algo espectacular una escena en donde aparecía un trueno y en ella también aparecían los Cullens jugando Rose comenzaba a batear cuando el trueno se escuchaba Rose comenzaba a correr y después todo desapareció.

Me quede callado y como en estado de shock, me puse a pensar y algo me despertó de mi ensoñación.

—Edward mi amor estas bien. — me pregunto Bella pasando una de sus manos enfrente de mi cara.
Después escuche otra voz.

lo siento Edward pero con eso de que puedes leer mentes, no sabía que también verías mis visiones perdón” oí los pensamientos de Alice en mi cabeza.
Después de un rato de eso lo entendí lo que había visto fue una visión del futuro que Alice había tenido. Después de todo este don estaba resultando muy bueno.

—estoy bien amor no te preocupes— dije abrazándola y pegándola más a mi
“Si Edward sigue pegándose más a mi hermanita lo matare” pensó Jasper, y por eso tuve que sepárame un poco de ella pero no deje de abrazarla.

Ahora el que batearía era Jasper, tenía el bate en sus manos y Alice como toda una profesional del béisbol tiro la pelota con una precisión hacia el bate, la pelota corría con una fuerza imposible hasta que llego al bate con el que la golpeo Jasper se escucho un gran ruido al hacer contacto la pelota con el bate ahora entendía por qué necesitaban los truenos. Emmett salió corriendo por la pelota Rosalie sonreía “ese es mi hombre “pensó.
Mientras Emmett corría tras la pelota, Carlisle también lo hacía en el momento en que la quisieron atrapar los, dos sus cuerpos chocaron era como si hubieran chocado dos grandes rocas en el aire y después de desplomaron, para un simple humano eso lo hubiera matado pero los dos vampiros se reían y empujaban jugueteando.
Ver como jugaban era sorprendente esa escena era magnifica y me la imaginaba con una de mis canciones favoritas Supremassive Black Hole de Muse era magnifico como se veía eso, yo también quería formar parte del juego pero sabía que si por error esa pelota en lugar de golpear el bate me golpeaba a mi me mataría con una contusión en la cabeza.
De pronto sentí unos labios contra los míos, sabían tan deliciosamente que no quería separarme de ellos mi Bella seria mi perdición algún día, si no es que ya lo era.
Pero una voz de nuevo en mi cabeza me saco de mi dulce sueño ya que se oía muy enojada.
“no puede esperar a besarla en otro lugar, si sigue haciendo eso lo voy a matar y no me importa que se enoje con migo al fin al cabo siempre puede conseguirse otro.”
Me asusto lo que Jasper había pensado por eso me separe de Bella pero no tanto la advertencia de Jasper, si no pensar que Bella algún día podría remplazarme eso si me asusto y me dio mucho miedo, definitivamente Bella se había convirtiendo en mi perdición y en mi todo sin ella no podría vivir.
Después de un buen rato de estar viendo como jugaban, el frió intenso de Forks decidió que ya era hora de marcharse, sentí una extraña vibración en el bolsillo de mi pantalón, hurgue en mis bolsillos y exacto, era mi celular, me levante y me aleje unos cuantos pasos.
—Hola? —conteste casi en susurros ante la atenta mirada de Bella.
—Ah, hola Edward es Jessica, Angela me dio tu numero… no te molesta ¿no?—dijo Jessica hablando muy fuerte. La última de las maldiciones, Bella se estaba poniendo de pie y comenzaba avanzar hacia mi dirección.
—Esto… Jess ahora no puedo hablar, te parece si te devuelvo la llamada luego? —dije esto y corte la llamada. Bella llego hacia donde yo estaba y me vio con desconfianza.
—Esa era Stanley? —dijo Bella cruzando sus brazos.
—Ah, si… Angela le dio mi número. —le dije sonriéndole para calmarla
—Ah, que bien—murmuro ella mirando hacia el suelo. —Edward si quieres ya nos podemos ir…
—Sí, le prometí a Charlie que llegaría temprano a casa… y bueno ya está oscureciendo—le dije la abrasé por la espalda, extrañamente ella de desasió de mi agarre. La mire perplejo pero no le dije nada.
Alice vino hacia nuestro encuentro trotando grácilmente, rápidamente llego hacia nuestra dirección me miro como si estuviera enfadada.
¿Qué rayos hiciste Edward?
—Chicos, que pasa el juego aun no termina.
—Sí, pero Edward ya se tiene que ir a su “casa” —dijo Bella rodando los ojos y poniendo énfasis en la palabra casa… como si yo estuviera mintiendo.
No sé realmente que le hiciste a Bella… pero por favor no la hagas sentirse mal. Ella es mi hermana favorita.
—Los siento Alice no volverá a pasar—le dije avergonzado a Alice, Bella me miro extrañada y rio por lo bajo.
— ¿Edward de que rayos te estás disculpando? —dijo ella abrazándome, bueno por lo menos ya no estaba enojada.
—Ok, creo que ya todo está arreglado, nosotros los alcanzamos luego chicos… ahhh una tormenta caerá más tarde, deberían marcharse ya.
Alice se alejo dando brinquitos hasta reunirse con Jasper, que nos miraba inquisidoramente, los otros Cullens se reunieron en como en un semicírculo y alzaron sus manos en señal de despedida.
Bella y yo anduvimos por el mismo sendero, esta vez ya no estábamos tomados de la manos sino que nos abrazamos fuertemente, el frio ensordecedor se hacía cada vez más presente y la oscuridad de el sendero aumentaba.
Al llegar a la mansión Cullen, Bella se detuvo en seco y bueno allí vi venir algo.
—Por que Jessica Stanley no te deja en paz—repuso furiosamente y aquello claramente no era una pregunta— No sabes cuánto me irrita esa niña.
—Tal vez no pero me puedo hacer una idea—dije tomándola por los hombros y besando su frente— Amor, cuando será el día en que te des cuenta de que yo solo te amo a ti, tu eres la única que ha llegado al corazón.
—Lose… y eso es lo que me cuesta creer.
—Bueno… y si no es mucho pedir ¿me darías un beso de despedida? —pregunte acercándome hacia ella.
—Pues te lo daré esta noche te parece.
—No, Bella es peligroso… tú no puedes salir sola en las noches. —dije comenzando a preocuparme.
—Edward me estoy dando cuenta de que eres bastante sobreprotector… y sabes que, me encanta.
Luego de que nos despedimos, yo me dirigí hacia mi monovolumen, y conduje tranquilamente hacia mi casa. Estaba completamente feliz, no había humano sobre la tierra que tuviera más que yo en esto momentos.
Cuando hube llegado aparque el coche y me baje de un salto, había muchos charcos de agua en el pavimento por lo que imagine que el aguacero ya había bañado todo el pueblo. El rayo cruzo el cielo y entonces imagine a Alice siempre tan efectivas con sus predicciones.
Me dirigí hacia el porche de la casa, se escuchaba como si hubieran voces dentro, claro era obvio que Charlie estaba allí… pero ¿Y si Billy había regresado a contarle todo a Charlie? El miedo me hizo sui presa… pero el auto de Billy no estaba por aquí cerca, rogué al cielo que no fuera él. Abrí la puerta principal de prisa y lo que vi me dejo atónito.

AL FIN OTRO CAPITULO!!

N.T: ya se que llevamos un buen de no actulizar sorry!! es que estabamos preparando este capi, y como ya le sdijo Ingrid... tenemos vida jeje no se ofendan!! Las quiero chicas del C-BOX!!

Capitulo #17
El Partido
PARTE #1

La llovizna empezaba a caer cuando habíamos doblado la calle que daba a mi casa. La alegría que sentía era inigualable, había pasado la prueba, había sido aceptado por la familia vampiro de mi novia. Bueno al menos por la mayoría de los miembros. Mire las manos de Bella que estaban entrelazadas con las mías.
Alcé la vista y entonces vi el coche negro, un Ford desvencijado, aparcado en el camino de entrada mi casa, y de repente vi a Bella tensarse y mascullar algo totalmente inteligible. Visibe la figura de tres personas. La primera que reconocí fue la figura de mi nueva amiga, Leah. Luego vi a Jacob Black que estaba de pie detrás de la silla de ruedas de su padre, Billy Black.
El rostro de Billy se mostraba tan impasible como la piedra, mientras yo aparcaba el monovolumen en la entrada vi a Leah dirigirme una mirada mortificada. Bella noto esto y me sujeto aun con más fuerza de la mano.
—Esto... —la voz de Bella sonaba absolutamente furiosa—. Como es posible… ellos… ¿Qué hacen aquí? —dijo trabándose con sus propias palabras, la furia la hacia expresarse de esa manera. Estaba seguro.
—Ya calma, Bella… de seguro y han venido a visitar a Charlie —dije aterrado por la furibunda mirada que Bella le dirigía a mi amiga.
Bella aun no me soltaba de la mano, Billy nos miraba fríamente, Jacob lucia molesto y Leah aterrorizada. ¿Que mas podría salir mal?
—Mejor voy a ver que quieren —sugerí, ansioso al ver la oscura mirada llena de odio de Bella.
Pensé que estaría de acuerdo, pero como Bella nunca hacia lo que yo me esperaba me agarro del brazo tan fuerte que creí que me lo arrancaría.
—Mejor yo te acompaño, ellos no parecen que han venido en “son de paz”. Aunque… esa, —dijo mirando hacia la dirección de Leah —parece que no sabe nada.
Me molestó la manera en la que uso la palabra «esa».
—Se llama Leah… no es “esa” —le respondí tajantemente
Entonces, me miró, y su ira pareció incrementarse.
—Bueno, pareces que te llevas demasiado bien con “Leah” ——me aseguró con una amplia sonrisa fingida.
Suspiré.
—Bella… no seas ridícula.
—Parece que estas demasiado protector con tu amiguita… esa a la que le coqueteaste en la playa— dijo sin darse cuenta de que a unos pocos metros de nosotros estaban los Black y Leah.
—En otra me abstendré de contarte todos los detalles… ya veo como te pones.
—Insinúas que estoy celosa? —No supe correctamente interpretar su expresión—Yo… Bella Cullen, celosa de… ella.
—Pues sí y no veo que tenga algo de malo. Además Leah solo es mi amiga. Dije mientras le daba un casto beso en los labios.
—Me da mucho coraje que la defiendas… siento que la quieres más que a mí.
—Bella, ella no ejerce ni la cuarta parte de lo que tú ejerces en mí. Tú eres… todo para mí.
Mi tonta semivampira pareció aplacarse, entonces soltó un suspiro.
—Haz que entren a la casa para que me pueda ir —ordenó—. Volveré hacia el atardecer.
— ¿Quieres llevarte mi coche? No quiero que andes por allí tu sola —pregunté mientras le daba un beso en la frente.
Bella puso los ojos en blanco.
—Tonto sobreprotector….
—Esto… no tienes por qué irte Bells —dije con pena mientras le acomodaba un mechón de cabellos y se lo ponía detrás de la oreja.
Sonrió al ver mi expresión abatida.
—Tengo que hacerlo —lanzó a los Black una mirada sombría—. Líbrate de ellos rápido, luego tienes que presentar a tu padre… como tu novia oficial.
Se sonrojo levemente al decir esto.
—Vuelve pronto, te estaré esperando.
Sonrió otra vez, y se mordió el labio de la manera que tanto me encantaba.
—Volveré pronto —me prometió.
—Bella lo que me parece correcto es que yo vaya a tu casa… ya sabes…
—Ah, no me salgas con que eres machista? —frunció un poco el ceño pero luego me volvió a besar en los labios, aceptando así mi propuesta.
—Tú ganas Edward, ve a mi casa pero no tardes… no te olvides del partido de más tarde.
—Claro Bells, primero me deshago de los Black y de Leah, ya luego voy para tu casa, aunque antes que eso le dire a Charlie que estoy saliendo contigo ¿te parece bien?
—Magnifico, pero no tardes Edward en serio… regresa hacia mi pronto.
Sus ojos volaron de nuevo hacia la dirección de mis visitantes y entonces se inclinó para que la besase, y lo hice con todo el gusto de el mundo, este fue un beso cálido, tierno… oí a Bella murmurar algo Eres solo mío. Mire hacia el porche. El rostro de Billy ya no estaba tan impasible, y sus manos se aferraban a los brazos de la silla. Estaba completamente furioso.
—Lo más pronto que pueda mi ángel—susurre en su oído, luego me voltee para abrir la puerta y saltar hacia la lluvia.
Podía sentir sus ojos, mirándome impacientemente mientras avanzaba hacia los visitantes.

Quien será esa… era muy bonita, y eso que Billy y Charlie me dijeron que no tenía novia. Par de mentirosos… ya me las pagaran. La voz dulce e interesada se me hizo fácil de distinguir…Leah.
Esa debe de ser la chica Cullen de la que hablaba papá, vaya este sujeto sí que es estúpido… va directo hacia el matadero. Esa también… era agria y hosca, de seguro y era Jacob Black.
—Hola Billy, Leah… y Jacob —los saludé haciendo uso de todos mis dotes actorales—. Charlie no está, creo que no estará hasta la noche. ¿Le han estado esperando mucho?
—No mucho— contesto Billy con un tono de voz no muy cortes. —solo veníamos a dejarlo esto. —dijo dándome una bolsa de papel. Así que una Cullen…
—Gracias—le dije en el mismo tono que el uso conmigo.
—Tu padre está en el mismo lugar tal vez pueda ir a saludarlo—dijo Billy con un poco de brillo en sus ojos negros como la noche.
—No se fue a otro lado y no sé bien donde es. —el se dio cuenta de mi cambio de expresión y puso mala cara. “sí claro y yo que dedo me chupo ¿eh?” Pensó Billy
—Jake, Leah por que no van al coche y me traen esa bonita pintura que compre en el mercado para enseñársela a Edward. —dijo haciéndoles señas a Jake y a Leah. —Supongo que te gusta el arte ¿no?
— Ok— Dijo Jacob mirándome con enfado. “Claro y que mas quieres que le lavemos la ropa y le limpiemos su zapatos” pensó Jake no entendía por qué estaba enojado con migo yo nunca le hice nada.
—Si, claro que si—dijo Leah con una gran sonrisa. Jake solo se limito a bufar y dirigirse a su coche.
“Soy yo o Edward se ve más sexy y guapo hoy” esta vez fue Leah eso me hizo ponerme un poco incomodo creo que lo de la playa después de todo no fue muy buena idea.
Después de que los dos cruzaron la puerta Billy me miró con sus penetrantes ojos negros.
—Eddie—dijo y después dudó un poco—sabes bien que Charlie es uno de mis mejores amigos. Lo conozco desde hace mucho y bien se que su hijo es su orgullo. Es lo que más quiere en esta vida.
—Si lo sé—dije en un tono no muy amable, mi abuela me hubiera matado si me hubiera oído hablarle así a una persona mayor. Billy no iba a usar a mi padre para chantajearme o amedrentarme.
—He visto que estas con una de las hijas del doctor Cullen. —dijo haciendo una mueca en la cara que deje pasar pero si seguía con esa actitud no podría resistir mas. “como puedes estar con ella, es uno de ellos un frió, no entiendo cómo puedes si quiera acercártele.” Volvió a pensar en Charlie eso me hizo enojar un poco mas
—Sí y que—dije de manera muy cortante.
—Bueno sé que no es asunto mío... — estaba comenzando a fastidiarme.
—Exactamente Billy no es asunto tuyo. —le corte. Y con la mestiza… de todas las Culles tenía que escogerla a ella.
—bueno tal vez no lo sepas pero los Cullen tiene muy mala reputación en la reserva y pues yo solo quiero tu bienestar y el de Charlie. —dijo un poco más calmado. Si le pasa algo… no quiero ni imaginarme la reacción de su padre, si solo estuvo deprimido un año cuando se lo llevo su madre… ya me imagino si se muere…
—Gracias— le dije un poco más calmado también. —pero a lo mejor esa reputación no se la merecen, que yo sepa ellos no ponen un pie ahí.
—bueno creo que estas mas informado de lo que esperaba—admitió mirándome directo a los ojos. “este chico sabe más de lo que yo esperaba supongo que también ha de estar enterado de lo que son los Cullen, pero no preguntare nada hasta no estar seguro”
—supongo que sí— le conteste mirándolo también a los ojos.
—bueno en ese caso creo que tienes razón es asunto tuyo. —dijo con resignación en la mirada. Tú decides…
—Así es —le conteste.
—Pero gracias de todos modos. — le dije suavizándome un poco más.
En ese momento se abrió la puerta y entro Leah y Jacob, estaban un poco mojados por la llovizna Jake se veía irritado y Leah igual que siempre, con aquella sonrisa tan tierna.
—No había ninguna pintura en el coche. Dijo Jake un poco molesto.” solo me mandaste, para nada genial ahora me resfriare y no podré ir a la playa con Sam”
—supongo aquel lo olvide, bueno Edward nos vamos puedes decirle a Charlie que pasamos a verlo por favor. — dijo Billy mirándome.
—por supuesto yo le digo… hasta luego. —le conteste abriendo la puerta para que salieran.
—adiós Edward, ya sabes ven a verme cuando puedas y cuando quieras —se despidió Leah con un beso en la mejilla, un sencillo beso que duro más de lo debido, Jake solo me miro y me mando una mirada envenenada.
“No sé qué le ve Leah a este tipo no tiene nada”, claro… era eso Jake estaba celoso, por que el estaba enamorado de Leah, hay que entupido fui al no darme cuenta antes de eso, ahora tendré que ver como arreglaría eso.
Después de que los tres se subieran a la camioneta espere a que se fueran para cerrar la puerta, cuando se fueron el teléfono comenzó a sonar fui rápidamente a contestar con la esperanza de que fuera Bella otro minuto más sin ella me mataría, ella se había convertido en mi adicción.
— ¿hola? —pregunte después de que descolgué el teléfono.
—Edward, ¿hermano eres tú? —pregunto una voz masculina del otro lado.
—si ¿quién habla? —pregunte un poco decepcionado porque no fuera Bella.
—Hermano soy yo Nicholas— dijo mi viejo amigo de Phoenix.
—Nicholas, hermano como estas. — después de todo me alegre de escucharlo tenía tiempo que No sabía nada de él.
—Bien, aquí hablándote, porque si no lo hacemos nosotros tu ni siquiera te acuerdas de que existimos. —dijo con un poco de enojo en su voz.
—Discúlpame es que he estado muy ocupado—y era verdad había estado ocupado con mi hermosa novia semivampira celosa de casi todas las chicas.
—Está bien, pero tienes que contarme ¿qué has hecho? ¿Cómo has estado?, ¿hay chicas lindas por allá?—me pregunto desesperado por mis respuestas.
—Pues he estado bien, y pues he estado trabajando en proyectos de la escuela en fin y sobre las chicas pues si están bonitas. —Dije pero solo podía pensar en mi Bella.
—órale Eddy suenas como s i ya tuvieras una novia eh? —dijo Nicolás con tono de de burla.
—No sueno… ya tengo una novia muy hermosa por cierto, a la cual amo con todo mi corazón. — le conteste sin pensarlo es que ya no podía esconder mas lo que sentía por Bella si ella ya lo sabía porque no que lo supieran los demás.
— ¿Edward estás hablando en serio?— dijo dudando como si lo estuviera vacilando.
—Sí, así es mi querido Nicolás. — le dije dibujando una gran sonrisa en mi cara. Gracias a Dios Nick estaba al otro lado de la línea y no podía verme.
— ¿a sí y como se llama? —pregunto Nicolás retándome.
—Isabella Cullen pero el digo Bella-— le conteste al instante.
—No me digas que es italiana. —dijo el aun con incredulidad. Como si yo me inventara una novia todos los días.
—No…
— ¿Y va contigo en la escuela? — pregunto se oía algo curioso, me empezaba a creer.
Apenas le iba a contestar cuando oí que la puerta principal se abría.
— ¿Edward estas en casa? — grito mi padre desde el recibidor.
—Lo siento Nicolás te tengo que colgar ya llego mi padre hasta luego salúdame a Steven adiós. — me despedí y colgué el teléfono sin dejarle siquiera despedirse.
—Si papá aquí estoy —le dije mientras entraba al recibidor.
—a que bueno oye ¿te parece si pedimos un pizza? — me pregunto mi padre sentándose en el sillón y prendiendo la televisión.
—Sí, está bien —le conteste con indiferencia.
“Ahora que tendrá esta muchacho… se ve extraño”
¿En verdad me veía extraño? Yo me sentía normal.
Me senté junto a mi padre a ver el partido mientras llegaba la pizza, tendría que decirle sobre Bella antes de alguien más se lo dijera.
— ¿papá? — comencé pero me puse nervioso y me quede callado, era tan incomodo hablar de esto con él.
— ¿dime Edward? — me dijo “ahora que le pasara” pensó mi padre en verdad estaba preocupado por mí.
—bueno quería decirte algo antes de que lo oyeras por alguien más. —le dije bajando la mirada hacia el suelo.
—Edward, que me quieres decir—me contesto preocupado.
—bueno es que estoy saliendo con una chica. —le solté de pronto.
—Ah… era eso— fue lo único que me contesto. “sabía que algún día tendría que enfrentarme a esto, pero nunca pensé que fuera tan pronto… Los chicos crecen tan rápido” pensó Charlie. –Y ¿quién es la chica?- pregunto.
—Bella Cullen— le dije volviendo la mirada al suelo y que tal si él se ponía como Billy esta vez no lo iba a permitir, si el me prohibía andar con Bella… obviamente no le obedecería.
— ¿Una Cullen? —pregunto algo alterado. “dios hijo donde te metiste…tenía que ser precisamente con una Cullen?” pensó Charlie y después de eso sentí que ya se venía la pelea. — bueno supongo que no me queda de otra mas que pedir que te cuides y seas responsable OK—me dijo algo que me tomo por sorpresa ya que sus pensamientos no eran los mismos.
—si papá gracias. —le dije aun perplejo—y bueno supongo que te la tendré que presentar— le volví a decir algo apenado por como seria su reacción.
—Está bien—se limito a contestar.
—Por cierto al rato voy a ir con ella y con su familia a jugar béisbol, ¿si puedo verdad? —agregue eso ultimo para que no sintiera que le quito autoridad como padre. Si me decía que no igual me podría escapar por mi ventana.
—sí, si puedes pero no llegues muy tarde—agrego con el tono de papá protector. “Sería bueno ponerle hora de llegada Con eso de que va con su novia no quiero después sorpresitas, bueno supongo que se sabe cuidar espero que Reneé le haya dicho como, dios mío qué difícil es tener un hijo adolescente.”

Los pensamientos de Charlie me estaban haciendo sentir un poco nervioso, así que decidí ir por unos vasos con soda.

—por cierto papá, vino Billy a verte. — le dije desde la cocina.

—ah y que le dijiste— pregunto él desde la sala.

—Que te habías ido a pescar—le conteste ya en la puerta de la sala con los dos vasos llenos de coca-cola.

—Vale… te dijo que quería?—pregunto mientras tomaba su vaso. Apenas le iba a contestar cuando sonó el timbre lo más seguro era el de la pizza.

—yo voy—le dije levantándome del sillón y dirigiéndome a la puerta, cuando abrí tome la pizza y le pague al chico de la moto y este se fue.

—aquí está la pizza papá—le dije extendiéndole el plato con una rebanada de pizza yo tome otra y comencé a comer después de dos trozos de pizza me fije en el reloj y me di cuenta que ya eran las 5 era tarde y tenía que ir por Bella, no podía permitir que ella siguiera viendo por mi eso no era normal en una relación y mucho menos en un caballero como me había educado.

—Me iré a arreglar Char... papá—no podía decirle todavía Charlie en la cara.

—OK.- se limito a contestar y siguió viendo el partido.

lunes, 9 de noviembre de 2009

CARLISLE

wiii al fin akii les dejamos el siguiente capitulOO!!!


CARLISLE

Bella y yo nos dirigimos hacia lo que según yo recordaba, era el despacho de Carlisle. Ella golpeo levemente la puerta dos veces.
—Adelante —nos invitó la voz de Carlisle.
Bella abrió la puerta lentamente, se veía que disfrutaba de mi nerviosismo. Y si que lo estaba, es mas no fui consiente de lo que había alrededor.
Carlisle estaba sentado en un lujoso sillón de cuero detrás del elegante escritorio de madera. Acababa de poner un marcador entre las páginas del libro que sostenía en las manos. Eché un vistazo a su biblioteca, allí había mas libros de los que yo había visto en toda mi vida.
— ¿Qué puedo hacer por ustedes muchachos? —nos dijo en tono agradable mientras se levantaba del sillón. Bueno tendré que ver mas tarde lo de aquella cirugía.
—Solo quería que le contaras a Edward un poco de nuestra historia —contestó Bella haciendo un sexy puchero—. Bueno, en realidad… tú historia.
—Si esta ocupado… no se moleste —me disculpé leyendo sus pensamientos.
—En absoluto. —dijo el mirándome profundamente—Esto, Bella… Alice te esta buscando, la oigo llamarte ¿Por qué no vas a ver que quiere? Bueno Edward, tenemos que hablar.
Me quede helado… Carlisle lo sabía.
—Pero… —contestó Bella mientras se ponía tensa.
—Anda, ve. — Dijo Carlisle calmadamente—Yo le cuento todo a Edward, no me saltare ningún detalle. Por favor dile que se vaya, a menos que quieras decírselo.
—Bella, anda ve. No hagas esperar a Alice. —dije fingiendo una tranquilidad que no tenia.

—Bueno, pero no tardare. —dijo mientras escaneaba a Carlisle con la mirada. Entonces ella salió torpemente casi tropezando con la alfombra blanca del despacho.

Carlisle me miraba con detenimiento, yo estaba completamente nervioso. Ahora ya eran dos las personas que sabían mi secreto.
—Por que no te sientas Edward. Bueno, a menos que quieras estar de pie.
—No, prefiero sentarme—dije mientras me sentaba en un sillón de color blanco que estaba cerca de la terraza.
Prefiero que todo esto sea mental —pensó. —Supongo que si no se lo has dicho a nadie debe de ser por alguna razón.
—A… bueno Alice fue la primera en enterarse.
No ella no fue la primera—dijo el sonriéndome para que me tranquilizara un poco.
—Ah… pero yo creí que…
Lo supe el día del accidente, el día que casualmente respondiste a mis pensamientos, claro que se hubiera visto raro si es que te preguntaba allí ¿no?
—Pues si… pero usted no le dijo nada a Bella ¿Por qué?
Tú debes decirle, tú eres el que lo esconde. Además parece que a Alice le agrada mucho que seas un lector de mentes. Dice que eres su confidente.
—Ah si eso — me estremecí un poco. Toda aquella situación era de lo más rara. —No le digas nada, además yo no puedo “leer la mente” de Bella, no se porque, pero no puedo.
tengo una teoría… debe ser por lo de su don…ella ya te dijo que
—Que es un escudo? Si ya me lo dijo.
Su relación… es peligrosa, mas para ti que para nosotros. —pensó el mientras miraba hacia un cuadro que estaba colgado en la pared.
—No me alejare de ella… al menos no hasta que ella me lo diga. —dije algo molesto.
No te enojes, no me opongo a su relación. Me gusta que mi hija sea feliz, y si tu eres su felicidad pues ya te veo como de la familia—detuvo sus pensamientos un momento y luego continúo—Me preocupa tu padre, Charlie es un buen hombre…y no quiero imaginarme su reacción si es que Bella te lastima o si en el peor de los casos te mata.
—Ese es muy mi problema Carlisle… no quiero faltarte el respeto pero…
Lo entiendo, no creas que no. Se lo que es estar enamorado de una humana. Ame a Esme aun antes de que la convirtiera. Aunque bueno, ella no me correspondiera en ese entonces.


— Yo aun no creo que ella me ame… es que Bella es tan linda que… —inquiri feliz.
La puerta se abrió de un sopetón y entonces vi a Bella vestida con una falda verde y un suéter color azul. Era la mismísima visión de un ángel.
—Carlisle, ya dile a Alice que me deje en paz… mira como me vistió!! —grito ella enfadada.
Ojala y no haya escuchado nada. Pensó Carlisle.
—Ya le contaste a Edward la historia? —pregunto Bella intentando disimular su berrinche, sus mejillas ahora lucían de un hermoso color rosado.
—Lo siento —replicó—, pero de hecho llego tarde. Han telefoneado del hospital esta mañana. El doctor Snow se ha tomado un día de permiso. Además a Edward le va a aburrir la historia —añadió, dirigiéndome una gran sonrisa. Si vienes otro día te la cuento, cuida de mi pequeña Edward, ella es nuestra alegría. Yo se que tu sabrás ponerle limites ya que ella parece que a veces no los tienes…ah y con respecto a Alice… lo siento a veces ella es muy efusiva.
Cuando Carlisle se marcho, Bella salto a mis brazos… si enserio salto.
—Te extrañe—susurró ella en mi oído.
—Bella, estamos en tu casa y me da pena con tu familia. —dije mientras ella comenzaba a acariciar mis cabellos.
No podíamos tener estas demostraciones de amor aquí…con toda su familia allá abajo.
—Y esa pintura—dije como queriendo distraerla.
Bella se quedó con la mirada ausente durante bastante tiempo. Dio unos golpecitos en la enorme pintura que teníamos delante con el dedo.
—Carlisle estudió en Italia cuando descubrió que allí había otros. Eran mucho más civilizados y cultos que los demás que conoció
Rozó a un cuarteto relativamente sereno de figuras pintadas en lo alto de un balcón que miraban con calma el caos reinante a sus pies. Estudié al grupo con cuidado y, con una risa de sorpresa, reconocí al hombre de cabellos dorados. Carlisle.
—Los amigos de Carlisle fueron una gran fuente de inspiración para Francesco Solimena. A menudo los representaba como dioses —rió entre dientes—. Aro, el líder, Marco, el aburrido, Cayo el mas imbécil—dijo conforme iba señalando a los otros tres, dos de cabellos negros y uno de cabellos canos——, Los muy malditos… los odio.
— ¿Qué fue de ellos? —pregunte extrañado por su reacción.
—Siguen ahí, como llevan haciendo desde hace quién sabe cuántos milenios —se encogió de hombros—. Carlisle sólo estuvo entre ellos por un breve lapso de tiempo, apenas unas décadas. Admiraba profundamente su amabilidad y su refinamiento, pero persistieron en su intento de curarle de aquella aversión a su «fuente natural de alimentación». Ellos intentaron persuadirle y él a ellos, en vano. Llegados a ese punto, Carlisle decidió probar suerte en el Nuevo Mundo. Soñaba con hallar a otros como él. Ya sabes, estaba muy solo.

«Transcurrió mucho tiempo sin que encontrara a nadie, pero podía interactuar entre los confiados humanos como si fuera uno de ellos porque los monstruos se habían convertido en tema para los cuentos de hadas. Comenzó a practicar la medicina. Pero rehuía el ansiado compañerismo al no poderse arriesgar a un exceso de confianza.
«Trabajaba por las noches en un hospital de Chicago entonces fue cuando encontró a mi madre… fue exactamente el día del incendio... el ya había visto a mi madre con anterioridad. Ella fue a verlo un mes antes de lo del incendio… ella se quejo de dolores en el vientre, nadie había sospechado que mi madre tenia encuentros amorosos con un vampiro. Ni siquiera Carlisle. Ella solo estuvo embarazada un mes… Carlisle la encontró tirada a las afueras del hospital, el incendio ya había comenzado… todos gritaban, y entonces fue Carlisle quien me vio nacer…desde entonces estoy con el…
Ahora, cuando dejó la frase inacabada, su voz era apenas un susurro. Aquello parecía dolerle.
Una angelical sonrisa iluminaba su rostro cuando se volvió hacia mí.
—Y así es como el se convirtió en mi padre —concluyó.
—Entonces, ¿siempre has estado con Carlisle?
—Si, con el y con Esme.
Salimos del despacho y caminamos sin rumbo, tomados de las manos. Contemplándonos mutuamente.
Nos habíamos detenido frente a la última puerta del vestíbulo.
—Esto…Mi habitación —me informó al tiempo que abría la puerta y me hacía pasar.
Era un lugar muy acogedor, millones de veces más lujoso que mi vieja habitación. Tenía una colección de novelas sorprendente.
— ¿Jane Austen? —dije mientras tomaba un libro en mis manos
Bella rió entre dientes y asintió con la cabeza. Estaba nerviosa.
—Aún sigues esperando que salga huyendo ¿verdad?—supuse
Una ligera sonrisa curvó sus labios y asintió.
—Disfruta de la decepción Bella —dije sonriéndole—: Un cachorro me da más miedo.
Se detuvo fingiendo indignación y arqueó las cejas con manifiesta incredulidad. Una sonrisa ancha y traviesa recorrió su rostro.
—Edward… no deberías haber dicho eso.
Ella se aproximo lentamente hacia mi… de forma seductora… mi corazón empezó a palpitar desbocado.
—Bella…
—No deberías haberlo dicho.
De repente se abalanzo hacia mí sujetándome por la camisa, haciendo volar unos cuantos botones por el aire. Me empezó a besar el cuello, aunque la palabra besar no era correctamente exacta. Ella se quito el pequeño saco negro que tenia y lo arrojo hacia el otro extremo de su habitación. Agarro mis manos y las puso en su cintura. Sentí que mi corazón iba a salirse de mi pecho. Recordé entonces las palabras de Carlisle. Yo se que tu sabrás ponerle limites ya que ella parece que a veces no los tienes…
—Ya Bella para—grite fuertemente, haciendo que ella se echara a reír.
— ¿Qué era lo que decías? —preguntó acariciándome los cabellos.
—Eres aterradora… Me das tanto miedo que me voy a desmayar—repliqué sarcásticamente.
—Mucho mejor —aprobó.
—Esto... —forcejeé intentando quitar mis manos de su cintura——. ¿Puedes soltar mis manos?
Se limitó a reírse.
— ¿Se puede? —preguntó una voz que parecía proceder del vestíbulo. Edward… ¿Qué estaban haciendo? Jeje.
Bella se sentó en mis piernas aun sin soltarme las manos. Entonces vi en el vestíbulo a Alice y a Jasper detrás de ella. Me puse tan nervioso, pero Bella parecía a gusto.
—Pasa Alice —contestó Bella, que aún seguía riéndose discretamente.
Alice no pareció hallar nada inusual en nuestro abrazo y seguía torturándome con sus pensamientos. Caminó —casi bailó, tal era la gracia de sus movimientos— hacia el centro del cuarto y se dobló de forma sinuosa para sentarse sobre el suelo. Jasper, sin embargo, se detuvo en el umbral un poco sorprendido. Quita las manos de mi hermanita… pervertido... si tan solo pudiera acercarme a ti... te mataria.
Clavó los ojos en el rostro de Bella. Si supiera Jasper que era Bella la que se negaba a liberar mis manos de su cintura.
—Bella, parecía que ibas a almorzarte a Edward —anunció Alice—, y veníamos a ver si la podíamos compartir. Espero que sepas en que sentido hablo Edward. No me malentiendas… solo quiero hacer rabiar a Bella.
—Lo siento Alice. No creo que haya bastante para compartir —ahora rodeándome con sus brazos.
—De hecho —dijo Jasper, sonriendo a su pesar cuando entró en la habitación—, Alice anuncia una gran tormenta para esta noche y Emmett quiere jugar a la pelota. ¿Te apuntas? El olor… el olor…. Mierda, el huele muy bien.
Los ojos de Bella se iluminaron, pero aun así vaciló.
—Traerías a Edward, por supuesto Ahí va Jasper, para que aprendas a tratar a Edward… Bien. —añadió Alice jovialmente. Había creído atisbar la rápida mirada que Jasper le lanzaba.
Alice estas loca, como demonios puedes hacerme eso.
— ¿Quieres ir? —me preguntó Bella, animada y con expresión de entusiasmo.
—Bueno… yo creo que si—no podía decepcionar a un rostro como ése—. Eh, ¿adonde vamos?
—Hemos de esperar a que truene para jugar, ya verás la razón —me prometió. -¿Necesitaremos un paraguas?
Alice y Jasper se rieron.
— ¿Lo van a necesitar? —preguntó Jasper a Alice.
—No; —estaba segura—. La tormenta va a descargar sobre el pueblo. El claro del bosque debería de estar bastante seco. Huy van a pasar mas tiempo juntos… desearía poder ver su futuro… pero si no se puede ni modo.
—En ese caso, perfecto. Dije al leer los pensamientos de Alice.
—Vamos a ver si Carlisle quiere venir.
Alice se levantó y cruzó la puerta de un modo que hubiera roto de envidia el corazón de una bailarina.
—Como si no lo supieras —la pinchó Jasper. Alice y sus bromistas futuristas… que le voy a hacer, así es el amor.
Ambos siguieron su camino con rapidez, pero Jasper se las arregló para dejar la puerta discretamente cerrada al salir.
— ¿A qué vamos a jugar? —quise saber.
—Nosotros solo vamos a mirar —aclaró Bella—. Ellos jugaran al beisbol.
Levanté los ojos hacia el cielo, imaginándome a Bella jugando Beisbol. No podía.
— ¿Tu juegas Beisbol?
—Me mataría… soy demasiado torpe, pero ellos son geniales —me replicó con burlona solemnidad.

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esperemos les guste chiikas comenten Ok!!!
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